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El Puerto coloca la cubierta de la nave de graneles que se retrasa hasta marzo

Las dificultades para recibir materiales por las restricciones derivadas de la crisis del covid habían ralentizado las obras en las últimas semanas - El tráfico de cemento y clínker, clave para los muelles, cayó un 6% durante 2021

Dos operarios de Eiffage trabajando ayer en la colocación de la cubierta en la futura nave cerrada para los graneles del puerto. | HÉCTOR FUENTES

La falta de algunos materiales debido a los problemas logísticos derivados de la crisis provocada por la pandemia del covid retrasará, al menos hasta la primavera, la puesta en marcha de la terminal cerrada para mover los graneles en el puerto de Alicante. Los trabajos se ralentizaron los dos últimos meses y no se cumplirá, por lo tanto, el plazo previsto de este principio de año, pero en los últimos días, el grupo Eiffage ha comenzado a fijar ya la cubierta de la nave. Una infraestructura que tendrá una superficie, de ocupación en planta, de casi 14.000 m², y una altura aproximada de 26 metros. La nave dará cabida a toda la maquinaria necesaria para el tratamiento de los graneles, en sus procesos de carga y descarga al buque, y eliminará las emisiones de partículas a la atmósfera.  El grupo Eiffage ejecuta desde febrero de 2021 las obras para construir la terminal cerrada. El inicio de los trabajos acumulaba un retraso de un año, y en noviembre de 2020 pasado se cumplieron ya cuatro años de la resolución de la Dirección General de Medio Ambiente de la Generalitat, que ordenaba al puerto a dotar a los muelles de esta terminal. El tráfico de graneles es clave en el puerto, tanto por el trabajo directo de las empresas estibadoras como el indirecto. Sin este movimiento, no existiría, por ejemplo, la cementera de San Vicente.

Eiffage terminó de levantar la estructura de la futura terminal cerrada de graneles del puerto de Alicante el verano pasado e, incluso, preveía que la infraestructura, que acabará con el movimiento de carga al aire libre y la contaminación en el sur de la ciudad, pudiera estar operativa a final del año pasado pero al final no ha sido posible. La estructura se ha convertido ya en un nuevo icono de la zona industrial portuaria. La nueva edificación tendrá una ocupación en planta de casi 14.000 m², una longitud de 300 metros, 46,65 metros de anchura y una altura, en su punto más elevado, de 25,8 metros para poder dar cabida a toda la maquinaria que hará que la instalación esté automatizada, eliminando las emisiones de partículas.

El tráfico de graneles resulta estratégico, tanto por el trabajo directo de las empresas estibadoras como el indirecto. Sin este movimiento no existirían, por ejemplo, las cementeras y se encarecería la construcción. En 2020 se movieron casi 1,4 millones de toneladas, un 3% menos por la pandemia. En 2021 se habían movido hasta noviembre un total de 1,2 millones de toneladas, lo que representó también un descenso del 6% debido a las restricciones a la movilidad por la pandemia, algo a lo se sumó una menor capacidad operativa debido a las obras de la nave.

El 100% de la operativa será a cubierto, dentro de la instalación, y todo será automatizado, sostiene Eiffage, que cambió el proyecto para modernizar más el proceso. En la nave inicial los movimientos eran con métodos tradicionales, con palas y personal en la zona. Luego se replanteó el método. El sistema va a ser todo automatizado y por ordenador. La carga se hará con unas trompas que se meterán dentro del barco para evitar el polvo en la carga, lo que asegura casi al 100% que no habrá emisiones de partículas al ambiente. Un barco que antes se tardaba en cargar tres días ahora estará cargado en un día o un día y medio, con lo que casi se triplica la capacidad de movimiento.

El proyecto de ejecución supone una mejora sustancial sobre el proyecto básico, tanto desde el punto de vista técnico, totalmente automatizado, como desde el de la salud laboral, y un incremento de la inversión hasta los 14 millones de euros. El pasado junio el Comité de Distribución del Fondo de Compensación de Puertos de Estado aprobó por unanimidad la subvención a nueve proyectos con un total de cuatro millones de euros. Una de las iniciativas para recibir subvención del proyecto Puertos 4.0 era la nave de graneles, y contó con el apoyo de la Autoridad Portuaria de Alicante, que actuaba como facilitadora. A través de un sistema de sensores que escanearán las acumulaciones de carga, se realizará un modelado 3D, facilitando que un operador pueda definir los puntos de trabajo en cada momento de la operativa.

Una inversión de 140 millones de euros hasta 2024

El Puerto prevé invertir hasta 2024 un total de 140 millones de euros, de los que 22 corresponderán a actuaciones propias, y los otros 118 millones de euros llegarán de los concesionarios. Sobre la mesa está también el convenio de colaboración con Adif para construir un aparcamiento para trenes de mercancías de 750 metros de longitud en la línea Alicante-La Encina, algo por lo que compiten los ayuntamientos de Elda y Villena. Este proyecto es clave para que el puerto pueda quedar conectado con el Corredor Mediterráneo.

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