Para el escultor burgalés Frutos María, afincado desde 1986 en Alicante, donde ha desarrollado casi toda su carrera, es «una satisfacción personal» que su obra Armonía vertical sea entregada a los ganadores de los premios «Importantes» de INFORMACIÓN «porque la tendrán personas que se han esforzado en la vida». El autor, que en 1974 inició sus estudios de Maestría Industrial e hizo sus primeros «pinitos» en el arte con solo 14 años, afirma que su escultura «es una obra de crecimiento, de armonía, equilibrio y fuerza, una obra simbólica del esfuerzo y el sacrificio, que dan paso al progreso, lo que son las etapas de la vida». Diseñada por él, se trata de una pieza vertical en hierro macizo forjado a base de soldadura, con oxidación y pátina de acabado.
Frutos María considera Armonía vertical el testimonio de lo que es «la vida misma». «Tiene tres piezas encajadas en una base. La pequeña es la niñez, la segunda es una persona adulta y la más alta el anciano. Representa las edades del hombre». Esa verticalidad concuerda a la perfección con la «I» de «Importantes» y de INFORMACIÓN. «Para mí es una obra espectacular, mi intención es que se exponga en un sitio público», afirma. Tuvo un proyecto para construir una obra de grandes dimensiones en Emiratos Árabes que no cuajó, y afirma que Armonía vertical es la base de otras que ha hecho en hormigón y madera. «Estamos, con la pandemia, en un estado de inestabilidad absoluto y universal. La armonía vertical es una vía para sobrevivir, para organizar, nombrar o entender. La armonía es belleza, identidad, camino, dispositivo y técnica», señala el autor, que sostiene que en esta pieza todo depende del equilibrio, «de la difícil composición a partir de un mismo punto hacia arriba. Esta pieza es un acorde, una frase que identifica. Si nos atenemos al sentido musical, la armonía solo puede ser vertical, y en una obra la belleza solo puede ser belleza si tiene armonía».
«Con la pandemia estamos en un estado absoluto de inestabilidad. La armonía es una vía para sobrevivir»
