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Más de siete mil alumnos de la provincia de Alicante están sin clase diaria por los contagios de covid

Colegios e institutos ponen a los alumnos trabajos y deberes en la plataforma web para no perder el contacto - El conseller Vicent Marzà urge al Gobierno permisos retribuidos para los padres con niños confinados

Uno de cada cinco centros tiene aulas confinadas por haber registrado cinco positivos. | INFORMACIÓN

Más de siete mil alumnos de la provincia están sin clase diaria a consecuencia del covid. Muchos de ellos directamente contagiados y el resto confinados a su vez porque el aula supera el 20% de casos positivos, la cifra de alumnos afectados por la pandemia en su aprendizaje sigue en aumento semana a semana.

En la actualidad en la provincia hay cerradas 278 aulas de colegios e institutos a consecuencia del coronavirus, dato que repercute en cerca del 6% de todos los alumnos y en uno de cada cinco centros ya que el 20,8% de los colegios e institutos tienen alguna aula confinada como refleja la estadística facilitada por la Conselleria de Educación esta semana.

Clases de ocho niños en los colegios más pequeños han tenido que cerrar sumando apenas tres casos positivos ya que los contagios superan el 20% de los niños del aula burbuja.

No obstante estos casos son excepcionales. La mayor parte de las aulas confinadas son burbujas de entre 25 y 30 alumnos y con cinco positivos como mínimo. Colegios consultados en la provincia concretan haber superado incluso los ocho contagios en la misma aula y contabilizan una media de cuatro a cinco alumnos que están faltando a clase en la mayoría del resto del centro.

También trasladan los directores de colegios que los contagios de alumnos en los institutos se están trasladando a su vez como si de un dominó se tratara a sus hermanos matriculados en colegios, por lo que la cadena de confinados parece no cesar.

Enero se está presentando por todo ello como un mes «negro» para la comunidad educativa, el profesorado y responsables de los centros coinciden en señalar el deseo de que acabe el mes con la esperanza de que la variante ómicron rebaje la incidencia que está demostrando.

La elevada transmisión de esta variante del covid está rompiendo todas las previsiones y ni siquiera haber aumentado a cinco los contagios por aula para decretar el cierre de la clase está pudiendo rebajar lo que se esperaba el confinamiento general de aulas.

En los centros educativos, con cinco puntos menos de incidencia que el año pasado en estas mismas fechas, ansían que se reproduzca la situación y la actual tensión pueda ir a menos, porque el alumnado confinado no está recibiendo clases con normalidad.

A través de la plataforma Aules, puesta a disposición por la Conselleria de Educación, colegios e institutos hacen llegar a los alumnos confinados las tareas o trabajos que deben completar mientras estén aislados en casa para no descolgarse del resto de la clase, pero las clases como tal no las están recibiendo como destacan los directores consultados. «Es complicado porque también hay profesorado confinado o sustituyendo a compañeros», explica una portavoz del colectivo.

Conocedor de la difícil situación y del problema que están teniendo a su vez los padres trabajadores para poder atender a los hijos confinados, el conseller, Vicent Marzà, ha remitido sendas cartas a los ministros de Trabajo, Yolanda Díaz, y de Seguridad Social, José Luis Escrivá, para urgirles a implantar premisos retribuidos para que los tutores puedan quedarse con los alumnos aislados en casa sin que les penalice laboralmente.

Marzà se hace eco de la reclamación que a su vez ha recibido en reiteradas ocasiones de representantes de padres y sindicatos docentes sobre dicho permiso, y a quienes hasta ahora había manifestado su respaldo, al tiempo que señalaba que no era de su competencia. Ahora se dirige a los ministros competentes a los que urge soluciones.

Mes negro para la comunidad educativa también el año pasado

Hace ahora un año los colegios e institutos arrojaron los peores datos de la pandemia, con apenas cuarenta y seis aulas cerradas más que en el momento actual y tras contabilizar un solo positivo por clase para decretar el cierre. Solo después de la última semana de enero los contagios empezaron a estabilizarse para pasar a descender a partir del mes de febrero. Enero se presenta como un mes «negro» para la comunidad educativa y el profesorado y responsables de los centros coinciden en mostrar su deseo de que acabe, con la esperanza de que la variante ómicron rebaje la elevada incidencia que está demostrando también este año.

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