El doctor Chipont siempre ha mantenido una especial relación con la Oftalmología. Fue una vocación en su primera juventud y una realidad al término de sus estudios universitarios. Su vida profesional está dedicada al cuidado de la visión de las personas, a lo que piensa seguir destinando aún muchos años más. Esa vocación tiene visos de futuro: su hijo Héctor ultima su preparación para continuar con la tradición familiar que su padre ha creado.

Doctor Chipont, ¿cómo nos ve?

En líneas generales, cuidamos cada vez nuestra salud ocular. Hay más información acerca de los problemas que puede generar no prestar atención a los ojos desde edades tempranas. Madres y padres nos traen a sus hijos casi desde recién nacidos para evaluar su salud visual y esto permite una atención pronta importante.

¿Dos años de pandemia dejan huella en los ojos?

La pandemia ha cambiado nuestros hábitos de vida y de trabajo. ¿Cómo no iba a cambiar también los de visión? Utilizamos mucho más la visión en distancias cortas. Y esto, afecta a nuestros órganos visuales. Pero no sólo en edades adultas. Con la pandemia todos hemos usado mucho más los dispositivos tecnológicos y hemos forzado la visión cercana. La consecuencia ha sido un incremento de terminadas patologías. Sobre todo, la miopía, que se presenta a edades más tempranas.

Utilizamos mucho más la visión en distancias cortas y esto afecta a nuestros órganos visuales Alex Dominguez

¿Ha cambiado el modelo de paciente oftalmológico con la pandemia?

Las clínicas y hospitales hemos tenido que adaptarnos a una nueva realidad asistencial y procedimental, siguiendo recomendaciones de las autoridades sanitarias. Hemos creados espacios seguros, circuitos separados y aplicado la distancias de seguridad entre pacientes y también entre médico y paciente. Pero hay algo que no cambia: los pacientes quieren que pongamos nombre y apellidos a sus síntomas, que efectuemos el diagnóstico adecuado y que resolvamos el problema que les ha traído a la consulta. Esa, es nuestra labor. Y hay que tenerlo claro. La visión del paciente necesita certezas que sólo el oftalmólogo puede darle.

¿Qué mensaje daría a una persona de 40-50 años con problemas visuales?

Depende del problema. A esa edad, uno de los problemas habituales que aparece es la presbicia o vista cansada, que es consecuencia de eso, de la edad. Hasta no hace tanto, la presbicia nos obligaba a utilizar gafas para ver de cerca, pero ahora es posible acabar con la presbicia y con la necesidad de utilizar gafas mediante una cirugía sencilla, que dura en torno a 15 minutos, no requiere hospitalización y para la que se utiliza anestesia local.

Aumentar la esperanza de vida ¿ha hecho crecer los casos de cataratas?

Las cataratas son una opacidad del cristalino, también a consecuencia, sobre todo, de la edad. Pero, como ocurre con la presbicia, tiene solución quirúrgica, con una cirugía que dura 15 minutos, que no necesita hospitalización y para la que usamos anestesia local. Lo importante no es si los casos han aumentado, sino si disponemos de los conocimientos, herramientas y espacios para solucionar el problema de las cataratas a quien lo padece y viene a la consulta. Y la respuesta, en este caso, es sí.

Las cataratas tiene solución quirúrgica, que dura 15 minutos y no necesita hospitalización

¿Es seguro utilizar el quirófano en tiempos de covid?

Totalmente. Los quirófanos son ahora espacios más seguros que nunca. Yo aposté en su momento por contar con un quirófano propio, porque entendía que hay un intangible muy importante en la medicina, que se llama confianza. El paciente pone sus ojos en mis manos y, contando con un quirófano propio, lo hace en un espacio que conoce y con la atención de un equipo que no le es extraño. Por tanto, su estrés pre quirúrgico se reduce extraordinariamente. Algo que, a día de hoy, es muy importante.

En un mundo en que los dispositivos móviles se han hecho imprescindibles, ¿cuál sería su recomendación para salvaguardar la visión?

El ojo humano está diseñado para ver a media y larga distancia. Esto, es fruto de la evolución, como tantas cosas. Sin embargo, ahora, los dispositivos móviles han multiplicado el tiempo de uso de la visión cercana. Y nuestros ojos comienzan a fallar. Se cansan y pierden precisión. Es conveniente que cada 10-20 minutos de uso de esos dispositivos, levantemos la cabeza y dediquemos entre 20 y 40 segundos a mirar a lo lejos, a larga distancia. Evitaremos dolores de cabeza, lagrimeo, ojos rojos y, en suma, fatiga visual. Y, también, que pongamos el móvil a la altura de los ojos y no los ojos a la altura del móvil. Evitaremos problemas cervicales, mareos y sensación de inestabilidad visual.

Ahora que habla usted de lagrimeo y ojos rojos: ¿son síntomas suficientes para acudir al oftalmólogo?

El lagrimeo y los ojos rojos no forman parte del estado natural del ojo. Por tanto, si aparecen y siguen ahí es porque algo sucede. Cualquier síntoma que nos genere inseguridad, dudas o molestias visuales o relacionadas con los órganos de la vista debe ser objeto de examen oftalmológico. Los síntomas suelen ser alertas del organismo que advierten de que algo no va bien. Cuanto más tiempo pasemos sin saber qué no va bien, más puede empeorar. Por tanto, los pasos son tres: llamar al oftalmólogo, concertar cita y acudir.

El doctor Chipont siempre ha mantenido una especial relación con la Oftalmología

¿Qué no debe hacer un paciente de cataratas?

No debe hacer aquello que pueda empeorarle. En el caso de las cataratas, y también pasa con otras patologías, siempre tendremos la tentación de esperar para ver si mejora. Pero, la realidad, es que, en el caso de las cataratas y de cualquier patología, el problema irá a peor. Por eso, cuanto antes lo tratemos, antes volveremos a disfrutar de una buena visión. Las cataratas, además, nos van haciendo poco a poco más dependientes de otros e impiden que un día realicemos labores que sólo poco antes desarrollábamos con normalidad. De ahí, la importancia de actuar a tiempo.

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