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Casa Mediterráneo tramita la licencia casi una década después de iniciar la actividad

La sede de la institución se inauguró en 2013 sin terminar el proyecto de obra, por lo que abrió sus puertas sin permiso municipal - La nueva dirección trabaja en los ajustes para regularizar la situación

La sede de Casa Mediterráneo abrió sus puestas en abril de 2013, sin licencia de apertura ni de actividad, una situación que persiste. | RAFA ARJONES

El 1 de abril de 2013, los por entonces ministros de Asuntos Exteriores y Cooperación, José Manuel García-Margallo, y de Fomento, Ana Pastor, presidieron la inauguración oficial de la sede de Casa Mediterráneo en Alicante, ubicada en la antigua estación ferroviaria de Benalúa. La puesta de largo de la institución, prometida por el entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero durante la campaña electoral de 2007, se realizó sin licencia de apertura ni de actividad, tras cuatro años de obras. Hoy, la situación sigue igual, como adelantó Radio Alicante y confirmaron fuentes de la Concejalía de Urbanismo.

Como nunca se llegó a finalizar el proyecto de obra inicial por problemas económicos, la institución ha operado todos esos años sin los permisos municipales necesarios. Desde la inauguración oficial, tres responsables han estado al frente de Casa Mediterráneo: Almudena Muñoz (2012-15), la directora cuando se abrió la sede de la institución diplomática, Miguel Oliveros (2015-17) y Francisco Javier Hergueta (2017-2020), quien reactivó el proceso para conseguir la licencia municipal. La primera directora de la institución dependiente del Ministerio de Exteriores, Yolanda Parrado, participó en la colocación del cartel anunciador del inicio de las obras de rehabilitación de la estación en un acto el 1 de diciembre de 2020. «La licencia de apertura se solicitó cuando se inició la actividad, pero la situación de la dependencia no coincidía con la recogida en el proyecto de rehabilitación», explican desde la dirección de Casa Mediterráneo, donde añaden que con Hergueta se trabajó en nuevos proyectos para finalizar la sede, pero el estallido de la pandemia volvió a paralizar la regularización de la sede de la institución. Desde que llegó el equipo del nuevo director, Andrés Perelló, se trabaja para conseguir la licencia correspondiente: «La solución pasa por dividir el proyecto original en fases, para conseguir el permiso con la fase actual de las obras». Para lograr ese objetivo, según añaden las mismas fuentes, no haría falta acometer más actuaciones, sino ajustar el proyecto a la situación actual, reduciendo el aforo previsto inicialmente, de 1.200 personas, al realmente utilizado, unos 400 asistentes como máximo. «Tenemos previsto presentar el proyecto ajustado en unas dos semanas para conseguir la licencia en un máximo de dos meses. Luego, trabajaremos en una segunda fase de obras para finalizar la rehabilitación de la instalación», apuntan.

Desde el área de Urbanismo, por su parte, confirman que ya se han realizado al menos tres reuniones entre ambas partes. «Casa Mediterráneo tiene que presentar un proyecto que cumpla con los exigido, en materia de accesos, de baños... Ahora mismo, la instalación es como un hangar. Actualmente, lo que hay -según fuentes municipales- es un informe desfavorable de los técnicos, pero existe voluntad para resolver la situación», que todas las partes subrayan que es heredada.

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