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El Gobierno recorta el Júcar-Vinalopó a ocho meses al año y con la mitad del caudal previsto

El Consell, la administración central y los regantes de la Ribera Baixa coinciden en que el agua ahorrada en los sistemas de regadío debe ir a parar a la conservación del parque natural de la Albufera antes que a los cultivos de la provincia de Alicante

El agua del Júcar es clave para garantizar la producción de uva de mesa en la comarcas del Vinalopó en la provincia de Alicante. | ÁXEL ÁLVAREZ

Menos agua, de peor calidad y solo durante ocho meses al año. Los regantes de la Ribera del Júcar, haciendo valer el acuerdo que firmaron hace un año (12 de enero de 2021) con la consellera de Agricultura, Mireia Mollà, se han sumado al Consell y al Gobierno en la decisión de que todo el agua que se ahorre en la modernización de los regadíos de la Acequia Real vaya a parar al parque natural de la Albufera, lo que reduce casi a la mitad el agua del trasvase desde Cullera para la provincia. Según los datos de la propia Confederación Hidrográfica del Júcar, a la desembocadura del Júcar no llegan más de 50 hm³ al año de media y de dudosa calidad lo que reduce un 30% el agua que estaba previsto enviar a las comarcas del Vinalopó, l’Alacantí y Benidorm para acabar con la sobreexplotación de los acuíferos.

Tras conocerse el documento de alegaciones del Consell al plan de cuenca, apoyando que el agua vaya a la Albufera, y la amenaza de la Junta Central de Usuarios del Trasvase Júcar-Vinalopó de denunciar el asunto en Bruselas, que financió con 120 millones de euros la obra, llega ahora el anuncio de los regantes valencianos, que, incluso, acusan a los alicantinos de esquilmar los acuíferos. Además, también se ha sabido que en el plan de cuenca figura que el trasvase solo funcionará cuando no haya campaña de riego en el Júcar, lo que lo reduciría a ocho meses al año el aporte de caudales, estos cargados de restos de pesticidas.

La Junta y el Instituto de Geografía de la Universidad de Alicante, denuncian, en este sentido, que sorprende el empeño del Ministerio para la Transición Ecológica de fijar caudales ecológicos en el Tajo para asegurar la calidad del agua, y no hacer lo mismo, por ejemplo, en la desembocadura del Júcar.

El paso adelante dado por el Gobierno, avalado ahora por el Consell y respaldado por los regantes de la Ribera Baixa fue calificado este lunes como una «traición para la provincia de Alicante y rompe con dos acuerdos que se firmaron por todos los regantes en 2001, el primero y el 30 de octubre de 2018 cuando por unanimidad se firmó que todo el agua obtenida del ahorro de la modernización de los regadíos de Alicante fuera para abastecer a Castilla-La Mancha con 80 hm3 que reciben sin problemas y con otros 80 hm3 para el Vinalopó, l’Alacantí y la Marina Baixa. Ahora, cambian las reglas y los únicos perjudicados somos los alicantinos», subraya Ángel Urbina, presidente de la Comunidad General de Usuarios del Medio Vinalopó y l’Alacantí, y miembro del equipo de gobierno de la Junta Central del Trasvase Júcar-Vinalopó. «El envío de agua del Júcar a Alicante es un ejercicio de vertebración y con los movimientos respaldados por el Consell se rompe la unidad. Es inconcebible, una traición». Urbina exige que «nos dejen sentarnos en la mes del reparto del agua y nos consideren concesionarios».

En el acuerdo del 30 de octubre de 2018, ya con el Botanic gestionando el Consell, ya figuraba que el problema de la Albufera de Valencia no es de cantidad de agua sino de calidad y que la solución pasaba por dragar el lago, según recuerda Ángel Urbina y así establece el punto 3. Tres años después, el 12 de enero de 2021 empezó a cambiar el escenario con un acuerdo firmado por la consellera Mireia Mollá con los regantes valencianos, en concreto con el presidente y el secretario general de la Acequia Real de Júcar con el compromiso de inversión de 4,4 millones de euros y la derivación a la Albufera del agua ahorrada por la modernización.

El Consell insiste, pese a que no es directamente competente, que hasta Villena llegarán 80 hm3 todos los años desde el Júcar pero sin determinar ni el precio, ni por asegurar que en Cullera se generarán esos 80 hm para elevar después hasta el Alto Vinalopó, «un desastre desde el punto de vista energético y de calidad del agua» según advierte Antonio Rico, director del Instituto Universitario de Geografía de la Universidad de Alicante, que considera todo un disparate hídrico.

El nuevo plan también elimina un embalse estratégico

En la nueva propuesta del plan de cuenca del Júcar desaparece el embalse de Bellús como presa de gestión, algo que figuraba como tal en el plan hasta 2015, junto a los tradicionales Alarcón, Contreras y Tous. Doce hectómetros cúbicos de la asignación de los 80 hm³/año para el trasvase debían partir de ahí, de Bellús, y ahora se elimina. «Pero lo grave es que lo hace en la normativa, no así en los modelos de simulación utilizados en para la elaboración de los escenarios tenidos en cuenta en el propio borrador del plan propuesto», denuncian fuente de la Junta Central de Usuarios del Trasvase.

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