Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La pandemia deja a 64.000 personas con covid persistente en la provincia de Alicante

La enfermedad provoca hasta 200 síntomas, entre ellos fatiga, insomnio o pérdida de memoria - La gravedad con la que se ha pasado el covid es independiente y lo sufren más las mujeres

Consulta de covid persistente en el Hospital de Sant Joan AXEL ALVAREZ

“Tengo la casa llena de notas y el otro día incluso me perdí en la calle. No sabía volver a casa y tuve que llamar a mi chica”. Javier Vallaure tiene 42 años y arrastra un sinfín de problemas de salud a raíz de contraer el covid en noviembre 2020. Sufre lo que los médicos califican como covid persistente, un conjunto de secuelas que persisten tres meses después de haber superado la enfermedad. Afecta hasta un 15% de los pacientes que se han contagiado del virus, por lo que en la provincia de Alicante serían unas 64.000 las personas que lo padecen o lo van a padecer en los próximos meses, teniendo en cuenta a quienes se han contagiado en esta sexta ola.

Insomnio, cansancio, falta de concentración, pérdida de olfato, depresión… se han llegado a describir hasta 200 síntomas diferentes. Esos son los más habituales pero, según recoge el Ministerio de Sanidad, se han descrito otros menos prevalentes, como erupciones, caída del pelo, debilidad en las uñas, dificultad para tragar, pitidos en los oídos, ojos secos o conjuntivitis.

El covid persistente comenzó a describirse en verano de 2020, cuando pacientes que se habían contagiado en la primera ola seguían padeciendo síntomas de la enfermedad meses después.

Dos años y medio después de estallar la pandemia, los investigadores no saben muy bien la causa de esta persistencia en los síntomas. “Aún no hay una definición muy clara del postcovid”, explica Marisa Asensio, médico en el servicio de Medicina Interna del Hospital de Sant Joan y una de las responsables de la consulta de covid persistente de este centro sanitario. Los pacientes llegan hasta esta consulta aquejados de que los síntomas del covid continúan y aquí se les hace una batería de pruebas para descartar otras patologías que puedan estar detrás de estos problemas. “Cuando les haces pruebas, todo sale bien. Es como una inflamación de persistente, que no puedes ver con las herramientas convencionales pero que a los pacientes les provoca una pérdida en su calidad de vida enorme, es como si en ellos pasaran diez años de golpe”, sostiene esta especialista.

Volviendo al caso de Javier, antes de contraer el virus llevaba una vida activa, en la que viajaba y hacía mucho deporte. Durante los cinco meses siguientes, los dolores de cabeza, la pérdida del olfato y de la memoria no le abandonaban, aunque de una manera leve. Sin embargo, el pasado mes de julio estos síntomas se agudizaron de repente y aparecieron otros, como las palpitaciones en el pecho. Vallaure sospecha que se reinfectó, aunque en ese momento no se hizo ninguna prueba, pero una serología posterior reveló un alto nivel de anticuerpos. Desde entonces no levanta cabeza. “En septiembre el médico me dio la baja porque no podía seguir así. Es muy duro porque sientes que tu vida, tal y como era, se ha terminado”. Desde entonces, acude a la consulta del Hospital de Sant Joan, donde tratan de buscar respuestas a lo que le ocurre a él y a miles pacientes.

“Hay personas a las que la vida les ha cambiado radicalmente tras haber pasado el covid”, explica Rosario Sánchez, jefa de sección de Medicina Interna en el Hospital General de Alicante y una de las responsables de la consulta de covid persistente que se ha abierto en este hospital. En abril comenzó a funcionar esta consulta y ya ha atendido a un centenar de pacientes.

Perfil

El perfil está muy definido. “Atendemos a un mayor número de mujeres, pero quienes peor están son los hombres”. La gravedad del covid no guarda correlación con sufrir o no covid persistente. “En la consulta atendemos también a personas que no han estado hospitalizadas” y aunque aún hay que corroborarlo con estudios más profundos, “creemos que con la vacunación ha descendido el número de pacientes atendidos por covid persistente”, sostiene Sánchez. Aún está por ver también si la variante ómicron, a priori más leve que su antecesora, la delta, reducirá la incidencia de esta enfermedad.

A la consulta del Hospital General llegan los enfermos derivados principalmente de los centros de salud y que presentan síntomas en distintos órganos, ya que en los servicios e Neurología o Neumología también atienden a pacientes postcovid. “Primero hacemos una valoración telefónica y dependiendo del nivel de urgencia o gravedad los citamos en el hospital”, señala Estrella Rufete, enfermera responsable de la consulta. Al paciente se le hacen pruebas para descartar otras enfermedades, como cáncer o dolencias de carácter autoinmune, y se le pasan escalas que miden la calidad de vida o las afectaciones psicológicas.

Consulta de covid persistente en el Hospital General de Alicante. PILAR CORTES

Hasta un 20% de los pacientes con covid persistente en la consulta del Hospital General de Alicante sufren ansiedad o estrés postraumático. Y es que los daños que produce el covid en todo el organismo ya son conocidos, en contraste con las primeras olas, en las que se pensaba que sólo afectaba a los pulmones y que los síntomas neurológicos estaban ligados a la falta de oxógeno. “Ahora se sabe que el virus infecta al endotelio y provoca una inflamación en todos los órganos. En el cerebro esto puede producir pequeños microinfartos, que sería la consecuencia más grave”, explica Salvador Martínez, investigador del Instituto de Neurociencias, centro mixto del CSIC y la Universidad Miguel Hernández.

Sin embargo, aunque no haya microinfartos, esa inflamación por sí sóla “es mala y se asocia a depresión, cansancio, pérdida de olfato y a otros síntomas que se han descrito en el covid persistente”. Según la Sociedad española de Neurología los motivos de consulta más frecuentes e pacientes con covid persistente a los neurólogos son por cefaleas (41%), síntomas cognitivos (21%), pérdida de gusto u olfato (12%) y trastornos sensitivos (12%), con una duración media de estos síntomas de más de cuatro meses después de haber padecido la enfermedad. Solo una minoría de los pacientes tratados (un 12%) tuvieron que ser ingresados en planta o en la UCI.

Rosario Sánchez explica la diferencia entre el covid persistente y las secuelas que deja la enfermedad. “Las secuelas son como una cicatriz que tú ves, por ejemplo, a través de una radiografía de los pulmones. En covid persistente no hay causas que puedas ver en las pruebas diagnósticas, pero altera la calidad de vida del paciente”.

Aunque los síntomas del covid persistente se prolongan durante meses, lo normal es que al año desaparezcan, “aunque se estima que un 10% de los enfermos que lo sufren siguen con ellos dos años después de haber contraído la enfermedad”, sostiene por su parte Marisa Asensio.

Los problemas que genera el covid persistente ya se conocían de otras infecciones víricas, como la mononucleosis infecciosa, conocida popularmente como la “enfermedad del beso”. “La parte positiva es que como a nivel mundial se ha infectado tanta gente de coronavirus, vamos a poder estudiar mucho mejor este tipo de secuelas. Es como un laboratorio a nivel mundial del que seguro van a salir pronto respuestas y tratamientos”, señala la especialista del Hospital de Sant Joan.

La Conselleria de Sanidad también tiene en marcha un estudio desarrollado por dos hospitales valencianos para estudiar el covid persistente y en el que participan 90.000 pacientes de tota la Comunidad Valenciana.

Compartir el artículo

stats