Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

La ordenanza de mendicidad o el fracaso de toda la sociedad

La norma que penaliza a indigentes y prostitutas sale adelante gracias a un gobierno local en el que el PP se apoya sin rubor en la ultraderecha y con un partido, Ciudadanos, desintegrado

Pleno telemático en el que se aprobó la ordenanza HÉCTOR FUENTES

El PP, Ciudadanos y Vox han aprobado esta semana la mal llamada Ordenanza de Convivencia Cívica, que va a regir la vida de miles de personas en la ciudad. Aprobada por un partido, PP, que no sabe a dónde se dirige, que cree que va a engullir a Ciudadanos y no tiene rubor en apoyarse en una ultraderecha que le va a comer la tostada aún más, después de la pública y publicitada guerra interna del PP. Aprobada por un partido, Ciudadanos, que está desintegrado y cuyos concejales son los últimos en darse cuenta, un partido que ni está ni se le espera, que no va a ser nada en la próxima corporación. Aprobada por Vox, un partido que normaliza el racismo, el machismo y la LGTBIfobia.  

La máxima autoridad del Ayuntamiento, la persona que representa a los alicantinos, se permite la licencia de soltar vergonzosas frases. «Hay gente de espíritu libre, como centroeuropeos y nórdicos, que les gusta vivir así. Y no son mendigos», afirma Luis Barcala, para distinguir entre los mochileros y los sin techo, que son los que le estorban. Le invito a pasearse por el estadio del Hércules y por la zona del Monte Tossal, por donde pasamos mi pitufa de 9 años y yo todas las semanas a pie; antes a ella le sorprendía que hubiera personas cuyo «hogar» fueran unas mantas y unos cartones, pero la costumbre hace que ahora ya no me pregunte por ellos. La pérdida de la inocencia, ¿se la tengo que agradecer a Barcala? Espíritu libre es Ayuso, alcalde, los que duermen en la calle son personas a las que la vida les ha llevado a una situación de pobreza, exclusión o desigualdad, personas a las que no hay que estigmatizar, criminalizar ni convertir en invisibles.

El concejal de Seguridad, José Ramón González, defendió la norma «justa, útil y solidaria, para hacer una ciudad mejor y más segura». Que no, que por mucho que repitamos una idea no se va a convertir en verdad.

La ultraderecha, que tiene agarrado por el pescuezo al PP, afirma ufana que la ordenanza «garantiza la libertad de los ciudadanos». ¿Debemos entonces dar las gracias a Vox? ¿Nuestras vidas durante todo estos años han sido oprimidas, estábamos en una especie de cárcel y con la aprobación de la norma somos libres? Seguimos engañando. 

Y Ciudadanos, el partido de los políticos que necesitan tener asesores por doquier, afirma que la norma «viene a mejorar la vida en esta ciudad». Ay, la vida, qué amargados estábamos y qué afortunados vamos a ser, ¿no sienten ya el cosquilleo del cambio profundo que va a ocurrir en nuestras vidas? No, claro, porque no va a pasar, pero esas frases quedan muy bonitas en el diario de sesiones del pleno.

Unos por perpetrarlo, otros por consentirlo, otros por escudarse en las palabras sin ser capaces de movilizar a la gente

decoration

Pero más allá de los partidos del gobierno y el que le sustenta, la aprobación de la ordenanza no es más que la constatación del fracaso de la sociedad alicantina. Que ahora en las Cortes Valencianas se echan las manos a la cabeza los del Botànic, que la izquierda en el Ayuntamiento dice que es «cruel e inhumana», que Cáritas lamenta que va contra los vulnerables, ... sí, pero cuando una ciudad saca adelante un texto así, el fracaso es de todos: unos por perpetrarlo, otros por consentirlo, otros por escudarse en las palabras sin ser capaces de movilizar a la gente. 

Los colectivos sociales se mueven, pero ¿cuántos fueron a la protesta contra la ordenanza? 150 personas. Ciento cincuenta. La fundación HOGAR SÍ ha conseguido en apenas 24 horas más de 36.000 firmas en contra de la ordenanza de mendicidad y prostitución. ¿Tarde? ¿Insuficiente? La reclamación pasa por que la Ley de Igualdad de Trato y No Discriminación que se debate en el Congreso de los Diputados recoja la prohibición de normas contra todo tipo de discriminación en espacios públicos. Teniendo en cuenta cómo anda el patio de revuelto en la Cámara Baja, con guerras internas y partidos peleados entre sí, no parece que vaya a tener recorrido.

Mientras, arranca la cuenta atrás para que el Ayuntamiento multe a sin techo y prostitutas. Menudo fracaso.

Compartir el artículo

stats