¿De dónde provienen los plásticos que aparecen en heces humanas? ¿Nos puede afectar? Investigadores de Ingeniería Química de la Universidad de Alicante trabajan sobre el origen de los microplásticos que consumimos a diario para tratar de mejorar los sistemas de filtrado tanto en alimentos envasados como en las depuradoras.
El catedrático Juan Antonio Conesa, que dirige la investigación junto al también catedrático Andrés Fullana, subraya que aunque no existe evidencia científica sobre el efecto biológico de los microplásticos para el organismo, porque se trata de muy pequeñas cantidades de partículas de hasta 100 micras cuando una mota de polvo tiene unas 500 micras, "si los plásticos llevan adheridos otros contaminantes representan un problema mayor".
Microplásticos en las heces
Ya se han encontrado microplásticos en heces humanas y en lo que están enfrascados en los laboratorios de la Universidad de Alicante es en extraer esos microplásticos y determinar los contaminantes asociados "porque disponemos de las técnicas adecuadas".
Para aguas y sustancias solubles emplean filtros del tamaño del poro adecuado para retener las partículas, algo que igualmente les sirve para el análisis de microplásticos en líquidos como el aceite, la cerveza, vinos o zumos.
Su trabajo, originalmente centrado en el análisis de las sales, tanto la marina como la que consumimos, no advierte diferencias significativas entre ambas aunque en principio se pueda esperar más en la del agua el mar. "Los números indican que no, hemos encontrado niveles entre 50 y 280 de microplásticos por kilo de sal marina y entre 115 y 185" en la sal de mesa.
Ingesta de microplásticos
Los científicos apuntan que si se respeta la ingesta máxima de sal que recomienda la OMS de 5 gramos diarios, "como mucho el consumidor español come cada año una cantidad teórica de 510 micropartículas".
Como mucho el consumidor español come cada año una cantidad teórica de 510 micropartículas
Conesa concreta que la cantidad no es alta, porque en otros alimentos marinos se han detectado concentraciones mucho mayores, como en un solo mejillón que puede tener hasta 178 microfibras de plástico.
"Para el organismo implica pequeñísimas cantidades pero nuestra preocupación radica en buscar el origen, si proceden del aire incluso, porque hay medidas de microplásticos que pueden estar flotando en el aire, como super pequeñas motas de polvo e interesa saber cómo afectan".
Microplásticos en el agua
Analizan las vías por las que ingerimos más microplásticos y ampliando el trabajo hacia todo tipo de alimentos los están midiendo en la miel o en el atún en conserva "porque hay microplásticos hasta en la sopa", añade Conesa.
Hasta el momento concretan no se aprecia que los alimentos envasados contengan mayor cantidad de microplásticos. Y están comporbando si el depurado de aguas residuales en las plantas elimina los microplásticos o por el contrario los lanzan al mar.
Los ingenierios químicos desarrollan para ello procesos de filtración que servirían para eliminarlos, aunque advierten que el filtrado total no es posible.
"Vamos a ver si las plantas depuradoras son efectivas y en su caso ver cómo mejorar su efectividad, porque se sabe que al cien por cien los microplásticos no se eliminan", concluyen.
