Hace ya dos años que el director del Centro de Coordinación de Emergencias y Alertas Sanitarias, Fernando Simón pronunció aquella frase: "España no va a tener, como mucho, más allá de algún caso diagnosticado". Poco después los casos fueron diagnosticándose, Pedro Sánchez decretó un Estado de Alarma y todas las farmacéuticas fueron a la carrera para desarrollar la vacuna contra el coronavirus.
En la provincia de Alicante los tres primeros casos confirmados tuvieron lugar a principios de marzo. Tal como anunció la Conselleria de Sanidad, bajo la dirección de Ana Barceló, fueron una mujer en Torremanzanas, un vecino de la Vega Baja y otro de San Vicente. La terna permaneció en hospitalización domiciliaria mientras que el posible contagio pudo ser el haber viajado o haber estado en contacto con alguna persona que viajó a Italia en las semanas anteriores, donde había un foco importante de la epidemia.
Los tres primeros casos en la provincia fueron en Torremanzanas, San Vicente del Raspeig y la Vega Baja
Progresivamente los casos fueron sucediéndose y las olas de la pandemia llenando los televisores y prensa escrita. En Alicante, el pico de la primera ola tuvo lugar a finales de marzo, concretamente el día 29, cuando los casos diagnosticados alcanzaron los 412. Hospitales y UCIs colapsados, al igual que la Atención Primaria, consultas telefónicas y sanitarios salvando vidas reutilizando Epis para proteger la suya.
Restricción de movilidad, calles vacías, clases por skype, teletrabajo, toque de queda, comercio y restauración cerrados. El verano trajo consigo la relajación de las medidas y la llegada de los primeros turistas a Benidorm. El final del mes de agosto estuvo marcado por un leve ascenso de los positivos por covid, comenzando así la llamada segunda ola. No hubo mucha separación entre esta última y la tercera, alcanzado cifras nunca vistas en la provincia tras las fiestas navideñas. El pico máximo de contagios fue el lunes 25 de enero con 4.537. El 2021 comenzó con los enfermos de los hospitales desplazados a otras estancias como los lucernarios o incluso la capilla. Y volvieron las restricciones para hostelería y comercios.
Esperanza, la palabra con la que muchos describieron el 27 de octubre de 2020 la llegada de las vacunas. Pfizer, Moderna, Janssen o AstraZeneca comenzaron a llenar nuestro vocabulario y la información de actualidad. Al igual que lo harían las variantes Delta y Ómicron del virus. Residencias de mayores y sociosanitarias, personal sanitario y tercera edad iban inoculándose el suero contra el coronavirus. Por cohortes de edad, en vacunódromos y centros de salud se administraron las dosis.
La presión hospitalaria hizo que muchos hospitales tuvieran que trasladar enfermos a la capilla o al lucernario
La pandemia continuó y la cuarta onda epidémica hizo acto de presencia entre abril y mayo, en forma de meseta, con unos datos y una incidencia mucho menor al resto de autonomías tras sufrir las mayores tasas de mortalidad en la tercera ola. La incidencia acumulada de la provincia a finales de abril era de 23,08 por cada 100.000 habitantes. Unos días después el jefe del Consell anunció la "desescalada prudente" con la relajación de algunas medidas como el aforo de actos culturales y celebraciones, y la apertura hasta las 22 horas de hostelería y comercio.
La quinta ola del covid-19 tuvo lugar a finales de julio de 2021. Una onda epidémica que triplicó los ingresos en planta y UCI con una reducción de plantilla al encontrarse varios sanitarios en periodo vacacional y la falta de refuerzos. A finales de julio, el día 28, según los datos facilitados por la Conselleria de Sanidad, los pacientes ingresados ascendían a 152, 26 de ellos en cuidados intensivos. Estas cifras contrastaban con los ingresos hospitalarios registrados 14 días antes, cuando hubo 44 contagiados en planta y cinco en UCI. El pico de contagios tuvo lugar el lunes 9 de agosto, cuando los guarismos marcaban 1.829 positivos por PCR en la provincia.
Los últimos meses del pasado año trajeron consigo el pasaporte covid para acceder a establecimientos de restauración, el inicio de la vacunación infantil para menores de 12 años, las manifestaciones de quienes niegan la existencia del virus y el despegue de la sexta ola. Durante las pasadas fiestas navideñas los contagios comenzaron a rozar los 2.000 positivos diarios, llegando al pico máximo el jueves 27 de enero con 10.894 positivos. La curva de contagios comenzó a disminuir y la pasada semana ya apuntaba menos del millar de contagios diarios. Y el pasado 21 de febrero el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, anunció un "tiempo nuevo" en el que desaparecen la mayor parte de las restricciones. De momento.
Así que dos años, 730 días, contagios, hospitalizaciones, enfermos intubados, secuelas, rehabilitación postcovid, importancia de la salud mental, caída de la economía, vuelta presencial al trabajo y a las aulas. Un virus microscópico que deja en la provincia un total de 450.963 personas que han contraído el virus y 3.437 fallecidos.
