Como para no estar de enhorabuena

Alicante, visto lo que cuesta todo en la ciudad de las oportunidades perdidas, debe estar de enhorabuena después de que, tras los retrasos habituales (en julio se aprobó el proyecto), la sociedad Avant licitara hace apenas unos días la construcción de una infraestructura muy reclamada por los vecinos de la zona, con José María Hernández Mata al frente. Realmente, aunque la eterna espera pueda dar a entender lo que no es, se trata simplemente de tres pasos peatonales (con cinco accesos en total) de carácter provisional. Un carácter transitorio, eso sí, que suele consolidarse como definitivo en Alicante, siempre atascada en los mismos debates desde hace décadas. Una inversión, en consonancia con esa eventualidad del proyecto, que no alcanza ni los 300.000 euros, una cifra nimia para una entidad financiada por el Gobierno central, la Generalitat y el Ayuntamiento. 

Ubicación de los tres pasos, con cinco acceso, sobre los terrenos ganados por el soterramiento Avant

Pero Alicante tiene que estar de enhorabuena porque, tal vez, sea el principal avance palpable desde hace años sobre los terrenos del Plan Especial de la OI/2, esa vasta superficie de unos 468.000 metros cuadrados (unos setenta campos de fútbol, por eso de facilitar la representación visual) sobre la que, algún día, se construirán cientos de pisos y, sobre todo, una enorme zona verde de unos 160.000 metros cuadrados, el conocido Parque Central. València ya tiene el suyo. De ese proyecto, en Alicante, poco se sabe, más allá de contratos para asistencias técnicas que se sacan continuamente a concurso. Realidades, ninguna. Para este año, reseteando las fechas por enésima vez, se espera el diseño propuesto para el Plan Especial OI/2 y, también, para la estación intermodal, que pretende ser un nodo del transporte para acabar, de paso, con la provisionalidad de otra infraestructura temporal en su día, la estación de autobuses del puerto. 

Esta espera no es nueva. El Ayuntamiento de Alicante, en la anterior etapa del PP al frente de la Alcaldía, llegó a aprobar un reparto del espacio. Sin embargo, se quedó en papel mojado con el cambio de gobierno en 2015. Doce años antes de esa aprobación baldía, nació la sociedad Avant para promover la llegada de la alta velocidad a la ciudad y, en consecuencia, para darle sentido a todo ese terreno ganado con el soterramiento de las vías ferroviarias. 

Vistos los tiempos que se gastan en Alicante, ¿cómo no se va a estar de enhorabuena con los tres pasos peatonales provisionales? Para descorchar cava. Y dan ganas de ir a Luceros, pero merece un respiro, que acaba de finalizar su restauración. 

Y pese a los mínimos avances de los últimos años sobre los terrenos en los que algún día se construirá un gran pulmón en la ciudad, el Ayuntamiento de Alicante se ha lanzado a impulsar otro espacio verde. En este caso, en el acceso sur, en el entorno de la antigua estación de Benalúa. Dicen desde Urbanismo, con Adrián Santos Pérez al frente, que los tiempos serán más reducidos. Eso, en «alicantino», tiende a significar que la espera en lugar de ser eterna, solo será agotadora. Verán.  

Más pronto van a empezar a llegar a la ciudad los millonarios fondos europeos para la reconstrucción, pese a las dudas partidistas manifestadas por un gobierno municipal liderado por Luis Barcala más pendiente de realizar viajes a Bruselas para hacer seguidismo político al entonces (no hace ni dos semanas) líder omnipotente de los populares y hoy caído en desgracia, Pablo Casado, que de trabajar con otras administraciones, sean del signo político que sean, para lograr mejores infraestructuras para la ciudad. Pese a las críticas sobre un supuesto reparto partidista desde el Gobierno central, en el Ayuntamiento se daba por hecho desde hace tiempo que Alicante recibiría los 15,6 millones solicitados, que suponen algo menos de la mitad del coste del proyecto para limitar el tráfico en la ciudad. Y así ha sido. 

Lo dicho. Entre los pasos peatonales que se desbloquean tras años de lucha vecinal y las ayudas europeas que llegan pese a las dudas de algunos, Alicante debe estar de enhorabuena.