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La provincia lidera en España la donación de órganos altruista de personas vivas

Cuatro personas han donado un riñón a un desconocido en Alicante y 18 en toda España . Este sistema de donación necesita de una evaluación médica y psicológica y de la autorización de un juez

Carlos de Santiago, junto a una de las donantes altruistas de la provincia

“No me podía pasar toda la vida esperando y con el por si acaso siempre presente. Si no te arriesgas, no cruzas el mar”. Quien así habla es una mujer, uno de los cuatro buenos samaritanos que tiene la provincia de Alicante. Es decir, son personas que han donado un riñón a un enfermo que lo necesitaba y al que no conocían de nada. En toda España se han hecho 18 donaciones de este tipo, por lo que la provincia es líder al concentrar el 22% de todas ellas.

Este tipo de trasplantes son diferentes a otros en los que el donante está vivo y que dona un riñón a un familiar o amigo que lo necesita. En el caso del buen samaritano no existe ningún vínculo con la persona que va a recibir el órgano.

La persona que se plantea realizar una donación de estas características “tiene que pasar por una serie de controles y entrevistas para verificar, primero, que goza de buena salud y después que no tiene ningún tipo de trastorno psicológico. El proceso suele prolongarse un par de meses”, explica Carlos de Santiago, coordinador de Trasplantes del Hospital Dr. Balmis de Alicante, donde se han llevado a cabo estas cuatro donaciones.

Una primera evaluación la hace la propia Organización Nacional del Trasplante, que es la primera en admitir o rechazar la donación. Si todo sigue adelante, el donante altruista tiene que pasar una serie de controles médicos en el hospital dónde se va a realizar el trasplante y en su propio centro sanitario, ya que hay motivos de descarte, por ejemplo si tiene hipertensión, diabetes u obesidad. El Comité de Ética del hospital también le entrevistará y debe emitir un informe favorable para que el proceso siga en marcha.

La última palabra la tiene el juez, que es quien verifica que se cumplen todas las condiciones legales, regunta al donante si conoce los riesgos de la intervención, y finalmente autoriza o rechaza la donación. Si la aprueba, el donante puede entrar a quirófano al día siguiente. De Santiago recuerda cómo en el primer caso de donante altruista que tuvieron en el hospital “la juez se emocionó y terminó llorando”.

"No me podía pasar toda la vida esperando y con el por si acaso siempre presente", afirma una de las donantes altruistas

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Por todo este proceso pasó la donante entrevistada por INFORMACIÓN, quien no quiere revelar su identidad, pero sí ofrecer su testimonio para a animar a otras personas a que den este paso. Ella no dudó en ningún momento que duró proceso desde que entró por primera vez al hospital para comunicar su intención hasta que se sentó en la mesa de operaciones. “Tenía 50 años y mis hijos ya eran mayores. Si seguía esperando por si ellos o alguien de mi entorno podían necesitar mi riñón llegaría un momento en el que por edad ya no podría hacerlo. En la vida hay que asumir riesgos, sobre todo cuando no comportan algo vital”, sostiene.

Oyendo un programa en la radio sobre estos donantes se decidió a pasar por el quirófano. Asegura esta mujer que en ningún momento tuvo miedo de vivir sólo con un riñón. “De hecho, hay muchas personas que nacen con uno sólo y pasan buena parte de su vida sin enterarse. Se puede vivir perfectamente con uno”.

Donación por comunidades autónomas

Una vez que tuvo la decisión tomada y pasó por todas las evaluaciones médicas y psicológicas, esta donante no dijo nada a su familia. “Lo plantee a posteriori porque era una decisión personal y no tenía por qué dar explicaciones a nadie. No tenía sentido que nadie opinara en este tema”.

La operación para extraer el riñón se hace a través de laparoscopia, “en una técnica que requiere de mucha especialización, ya que no es lo mismo extraer un riñón en una persona viva que en alguien que ha fallecido”, señala el doctor Carlos de Santiago. A los dos días la donante se marchó a su casa “y a los tres ya estaba trabajando”. De por vida pasará revisiones periódicas para comprobar su estado de salud. “Llevo una vida completamente normal y me siento muy arropada por los médicos y enfermeros del hospital, ya que no te abandonan en ningún momento. No se puede pedir nada más”, señala.

En su mayoría, los donantes buenos samaritanos son varones, con una media de edad de 48 años, sin cargas familiares y con una clara trayectoria vital altruista. Por ejemplo, son donantes de sangre o de médula ósea, con tarjeta de donante colaboradores o miembros de ONG… en el caso de la donante de Alicante, también se cumple esta vocación de ayuda, “ya que siempre he estado ligada a entidades sociales”.

La forma en la que el riñón de los donantes llega finalmente a un enfermo renal que lo necesita es especial. El órgano lo recibe un paciente al que un familiar le había ofrecido previamente ser el donante, pero no eran compatibles, por lo que el trasplante no se pudo realizar. Ese familiar a su vez dona el riñón a otro paciente renal en idéntica situación. De esta manera se inicia una cadena de trasplantes con donantes vivos que inicia el buen samaritano.

Evolución de la donación en los últimos años

En el caso de la donante alicantina se logró realizar una cadena de siete trasplantes. “Fue enormemente satisfactorio, porque siempre pensé que se beneficiaría sólo una persona. Es una alegría pensar que finalmente fueran tantos los pacientes beneficiados y sus familias. Muchas personas van a tener una mejor calidad de vida gracias a una simple laparoscopia”.

En estas cadenas de trasplante la coordinación es una máxima, ya que el órgano, una vez extraído debe llegar al receptor en 24 horas como mucho. “Generalmente usamos vuelos regulares o trenes para trasladarlo al hospital de destino”.

La provincia de Alicante es líder en muchos aspectos de la donación de órganos. Por ejemplo, en el llamado “modelo Alicante” de entrevista familiar y que consigue que prácticamente todas las familias que han perdido un ser querido acepten donar sus órganos. Así, la provincia se sigue manteniendo como una de las primeras en cuanto a aceptación de las familias, con un 92% de casos en los se accede a donar los órganos de la persona fallecida. A nivel nacional esta cifra se sitúa en el 83%, con un descenso en el último año "fruto quizá del agotamiento de los médicos de las UCI por la pandemia y por la tensión general del sistema", cree De Santiago.

150 personas en lista de espera en la provincia

Cerca de 150 personas están en lista de espera para recibir un riñón en los hospitales Dr. Balmis y el General de Elche. La media de espera para esta intervención s de unos 120 días, según la información facilitada por el servicio de Coordinación de Trasplantes del Dr. Balmis. Algo más se espera en el caso de los trasplantes de hígado, hasta un total de 156 días y hay 17 personas en estos momentos en lista de espera en el centro sanitario alicantino. En la provincia también se llevan a cabo trasplantes de cornea. Para recibir otros órganos, como corazón o pulmón, hay que viajar a otros hospitales de la Comunidad Valenciana o del resto de España. Pese a este segundo año de pandemia, 2021 ha sido muy positivo y las donaciones de órganos en el Hospital General de Alicante han aumentado en 2021 un 50%, volviendo a las cifras que se registraban antes de la pandemia. En el caso de las donaciones de hígado, el aumento ha sido del 11% y en córneas un 50%

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