Vicente Gimeno Beviá, uno de sus cuatro hijos, no lo pudo describir mejor. «Quienes conocían a mi padre saben que estos actos le abrumaban, pero este le hubiera gustado porque se vincula su nombre al de una sala de juicios. No se me ocurre mejor modo de representarle». Pero, siendo cierto, no es lo único por lo que el jurista Vicente Gimeno Sendra, fallecido en noviembre de 2020 a los 71 años, hubiera disfrutado del cálido homenaje que compañeros, alumnos y una nutrida representación del mundo académico y judicial de dentro y de fuera de la provincia le ofrecieron este jueves en la Universidad de Alicante, donde desde ayer la Sala de juicios de la Facultad de Derecho lleva su nombre. 

En su breve pero emotiva alocución, su hijo volvió de nuevo a dar en el clavo. «Hubiera valorado además que el tributo procede de una universidad donde comenzó a impartir clase, donde creó una escuela de Derecho Procesal que fue pionera y en la que conoció al amor de su vida, que es mi madre». 

No fueron las únicas palabras de reconocimiento a la bondad y a la valía profesional de quien atesora, entre otros logros, haber sido uno de los magistrados más jóvenes del Tribunal Constitucional que se escucharon en una sala donde se encontraban el presidente de la Audiencia, Juan Carlos Cerón, el fiscal jefe, Jorge Rabasa, el magistrado de Tribunal Supremo Vicente Magro, el íntimo amigo de Gimeno Sendra y también fiscal del Supremo Juan Carlos López Coig, los representantes de la Abogacía de Alicante y Elche, Ignacio Gally y Vicente Pascual, y la decana del Colegio de Procuradores, Pilar Fuentes, entre otros.  

Sentido fue también el reconocimiento del catedrático de Derecho Procesal José María Asencio, quien definió a su amigo y maestro como una persona «respetuosa con todos sin discriminar por razón de origen, creencias o ideologías» y «una cita obligada para quien quiera saber qué es el Derecho Procesal garantista y dogmático».

«El profesor Gimeno brilló con luz propia en el ámbito del proceso penal», dijo Asencio, quien lo situó «en esa clase de juristas que yo llamo de la democracia porque se enfrentaron a la ardua tarea de reformar el Derecho Procesal partiendo de la legislación y práctica del franquismo hasta convertirla en una propia de un Estado de Derecho. Nunca perdió de vista la necesidad de ser útil a la sociedad».

Una idea en la que también incidió el decano de Derecho, Jaume Ferrer, quien destacó «la importancia que tiene para España haber podido contar con personas como Vicente, quien contribuyó a que los cimientos de nuestro sistema político estén asentados, lo que, como estamos viendo en el caso de Rusia, no sucede en todos los países».  

De homenajeado destacó la rectora, Amparo Navarro, que nunca dijera no a una Universidad que sentía como su casa y en la que ayer también estuvo presente la cúpula de la Fundación Mediterráneo, con su presidente Luis Boyer a la cabeza, de la que era patrono.