Desde que Mark Zuckerberg anunciara a finales de octubre del pasado año la creación de un metaverso, y que incluso la empresa matriz de Facebook pasaba a llamarse Meta, no ha dejado de hablarse de esta tecnología llamada a revolucionar el mundo como en su día lo hizo Internet.

Pese a que el proyecto del fundador de la famosa red social ha acaparado toda la atención mediática, hay varios metaversos en marcha desde hace tiempo que están empezando ya a cambiar la forma en la que interactuamos, tanto social como económicamente.

Dos de los más conocidos son los de Decentraland y OVR (Over The Reality). Ambos venden parcelas de su territorio virtual para que los propietarios puedan desarrollar en ellas sus negocios y actividades.

Al contrario que Decentraland, que configuró su propio mundo virtual, la particularidad de OVR es que creó una capa digital sobre el mundo real hecha de hexágonos de 300 metros cuadrados.

Hay más de 1,6 billones de estas OVRLands que cubren todo el planeta, cada una con unas coordenadas específicas y representadas por un nombre único formado por tres palabras aleatorias, por ejemplo, blue.sky.dream.

Estas parcelas están a la venta a través de su web o su app y se adjudican mediante subasta. El importe promedio de salida ronda los 6 OVR, aunque depende de lo cotizada que esté la zona. El token OVR cuesta en la actualidad 1,35 euros, por lo que hacerse dueño de un terreno virtual en este metaverso de realidad aumentada puede costarte solamente 8 euros si nadie más puja por el mismo espacio. Las subastas se cierran 24 horas después de la última oferta.

¿Y para qué querría alguien comprar eso? A día de hoy habría dos motivos: bien para desarrollar en esos espacios actividades o negocios virtuales solo accesibles de momento con gafas de realidad aumentada y a través de la pantalla del móvil, o para venderlos o alquilarlos.

Al estar esos dominios espaciales mapeados sobre ubicaciones geográficas reales, el dueño de una tienda podría reproducirla en tres dimensiones para que cualquiera la visite de forma remota a través del móvil.

Algunos alicantinos ya están haciendo sus primeros pinitos con este tipo de experiencias inmersivas, que ofrecen la opción de sonido e incluso de interactuar con otros usuarios. Así, en una localización del centro, alguien ha instalado un Ferrari que se puede contemplar al detalle en 3D, por fuera y por dentro, desde casa o donde uno se encuentre.

Otros han plantado en mitad de sus parcelas un enorme dinosaurio y un dragón, mientras que en la Explanada se puede uno topar con una especie de nave espacial o dron gigante que luce los escudos de los Bomberos de Alicante y de la Guardia Civil.

Las posibilidades que abre esta tecnología son innumerables, pero el turismo y la cultura están siendo los sectores pioneros en usarla.

Dentro de un Ferrari desde tu casa y un avatar creado por un alicantino OVR

La propiedad de las OVRLands (en la práctica son tokens no fungibles, los famosos NFT) otorga el control de las experiencias de realidad aumentada en la ubicación geográfica definida. De ese modo si, por ejemplo, el Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) quisiera realizar una exposición en 3D visitable desde el lugar virtual que se corresponde en OVR con sus instalaciones físicas, debería contar con la propiedad o la cesión de esos terrenos digitales.

De igual manera, si una empresa quiere que cuando un transeúnte o avatar, al pasar por su zona, reciba algún tipo de impacto publicitario necesitará poseer esa tierra virtual o alquilar el servicio a su propietario a través de los contratos inteligentes. Lo mismo aplica para la celebración de eventos virtuales como mesas redondas, conciertos o desfiles de moda, algo que ya viene sucediendo en el metaverso de Decentraland.

Y ahí es donde entra en juego el factor especulativo. Pongamos por caso que un particular adquiere hoy una o varias parcelas virtuales del espacio que ocupa en la vida real la EUIPO, Ciudad de la Luz, el Ayuntamiento de Alicante, el Rico Pérez o cualquier otra institución.

Si en unos años el metaverso de OVR acaba siendo, tal y como la cosa parece apuntar, uno de los dominantes y las citadas entidades quieren disponer de las tierras virtuales geolocalizadas en sus sedes físicas, en caso de que estas no estén libres deberán negociar con sus titulares una compra o arrendamiento. En la actualidad hay empresas pagando hasta 1.500 euros mensuales por la cesión de un pequeño terreno en Decentraland.

Es algo similar a lo que ocurrió y aún hoy sucede, aunque menos, con los dominios de Internet. En su día, el que fuera presidente de la Generalitat Valenciana, Eduardo Zaplana, tuvo el error de anunciar el nombre del parque temático que iba a construir en Benidorm antes de haber registrado la dirección de Internet más "pura", que en este caso habría sido terramitica.com. Algún particular o empresa avispada se adelantó y le pidió a cambio de ese dominio un dinero que no se tuvo a bien pagar, por lo que se acabó registrando terramiticapark.com para la página web oficial de Terra Mítica.

En el caso del metaverso descentralizado de OVR no habrá alternativa posible, salvo que la sede física de la institución se traslade a otro lugar... y que esa parcela virtual no esté ya ocupada.

"Es una inversión que puede salir muy rentable"

Un alicantino usuario de la plataforma, al que llamaremos Eugenio porque quiere conservar el anonimato, ya tiene una pequeña colección de OVRLands, entre ellas parte del Ayuntamiento de Alicante y de lugares como el Castillo de Santa Bárbara y el aeropuerto de Alicante-Elche. Todo ello por solo unos 150 euros.

Eugenio considera que es "una inversión a medio-largo plazo que puede salir muy rentable. Muchas personas a las que les he contado mis compras me dicen que estoy loco, que es como tirar el dinero, pero además de que salvo que quieras comprarte una zona entera, te gastas poco, estoy convencido de que acabará valiendo todo mucho más".

Propiedades compradas y en subasta en una captura de pantalla de un usuario de OVR

Otro factor por el que estima positivo introducirse en este mundo es "el aprendizaje". "Es una forma de obligarte a saber sobre las nuevas tecnologías emergentes y la economía descentralizada que van a marcar nuestro futuro", añade.

La plataforma OVR incluye una versión beta de un constructor de "experiencias" para que cualquier usuario pueda convertirse en creador de contenido interactivo en sus parcelas adquiridas.

España en el grupo de cabeza

Las parcelas de OVR vendidas en el mundo, por países

OVR es un metaverso que tiene ya alcance en todo el planeta, pero su calado varía mucho por países.

Al cierre de este reportaje había activas en OVR más de 990 subastas de tierras virtuales. Del total de 821.000 parcelas vendidas hasta la fecha en todo el mundo, más de 88.000 están en España, que se sitúa en la plata del podio mundial por detrás de EE UU y por delante de Turquía.

La mayoría de los terrenos comprados en nuestro país se ubican en Madrid y Barcelona, pero la provincia de Alicante es de las más activas y suma ya más de 2.500 ventas.

Parcelas vendidas en Alicante OVR

¿Cuáles son las zonas más compradas en la ciudad de Alicante? Cualquiera puede verlo visitando la plataforma, donde se indica cuáles han sido ya vendidas, cuáles están en proceso de subasta, las que continúan libres e incluso las que disponen ya de experiencias visitables.

La zona de ocio del Puerto de Alicante, por ejemplo, es una de las que aparece sin apenas huecos disponibles. Sobre los propietarios solamente se puede saber su dirección de billetera electrónica y cuándo y por cuánto realizaron la compra. En el caso de las parcelas del Puerto la mayoría están registradas por la misma dirección y fueron adquiridas hace dos meses a un precio medio de 5,4 OVR cada una.

Las parcelas vendidas en la zona de ocio del Puerto de Alicante

Las zonas geolocalizadas con mayor concentración de tierras vendidas se corresponden en casi todas las ciudades con aquellas más transitadas y concurridas en la vida real.

Por eso otra de las áreas que los inversores de OVR han copado en Alicante es la avenida de Maisonnave.

Maisonnave es otra de las zonas más cotizadas en el metaverso de Alicante

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Un paseo virtual por la avenida de Alfonso El Sabio, la Explanada y la Plaza de los Luceros permite ver también muchos carteles de «Vendido».

En la ciudad de Alicante hay más de 770 parcelas con dueño. Elche ronda los 150, Torrevieja supera los 200 y Benidorm roza ya los 400. Aún hay muchas localidades «vírgenes» a pesar de que las compras se están disparando en los últimos tiempos.