En una marea azul, color del hábito de los cofrades ceñidos a la cintura con una maroma de barco, y hasta de los cirios y las flores, la procesión de "El Morenet» de los Hombres del Mar conquista Alicante en la vuelta de la Semana Santa tras la pandemia. El público arropa al Cristo desde que sus costaleros han sorteado pasadas las seis de la tarde la antigua muralla para extraer la imagen de la ermita del Raval Roig, salida procesional entonada por el coro de la Casa de Andalucía.
El recorrido culminará a su regreso al templo por la pasarela del Postiguet con el Mediterráneo al fondo. Ese mar por el que llegó a Alicante la talla del Crucificado, de autor desconocido aunque los expertos la dataron entre los siglos XVI y XVI. Es solo una de las cuatro procesiones, con un total de nueve pasos, que recrean distintas escenas de la Pasión de Cristo este Lunes Santo por las calles de Alicante en el segundo día de procesiones en la vuelta de la Semana Santa tres años después, junto a las del Prendimiento; la hermandad Agustina, y la Humildad y Paciencia.
Un Cristo hallado en el Postiguet
La imagen del Cristo Crucificado “El Morenet” es popularmente conocida en Alicante por su vinculación con los marineros de la ciudad y al popular barrio del Raval Roig. Se puede venerar durante el año en la ermita de la Virgen del Socorro, donde se celebra la santa misa los domingos a las 11:30 horas de la mañana. Sus antecedentes provienen de las antiguas cofradías de pescadores del siglo XVIII, concretamente de la denominada cofradía de Santiago y San Andrés.
La talla fue descubierta por unos pescadores en la playa del Postiguet dentro de un baúl tras naufragar un galeón frente a la costa alicantina. La restauración a que fue sometido el Cristo hace 20 años permitió establecer su antigüedad gracias a las pruebas de infrarrojos y rayos x que se hicieron a la talla en un hospital y a catas en la pintura enviadas para su análisis a un laboratorio especializado de Madrid.
Además de la salida de la ermita y el descenso por el Casco Antiguo, la vuelta por la pasarela es uno de los momentos más llamativos por lo complicado de las maniobras de los costaleros. Varios cofrades se tienen que meter por debajo del Cristo para poder levantarlo y guiar a los costaleros en unas maniobras muy medidas, sobre todo en el ascenso con la imagen por las escalinatas de las murallas del Raval Roig. Otras personas se quedan pendientes de los varales traseros para poder encarar el trono en este complicado recorrido.
La hermandad es tan marinera que los hachones de la procesión son boyas de las que se utilizan cuando se faena en el mar para señalizar las redes.
Recuerdo a las víctimas de la pandemia
Esta hermandad es la segunda del Lunes Santo en pedir la venia para entrar con su único trono, el Cristo marinero en la cruz, justo después de la Humildad y Paciencia, que ha salido poco antes de las siete de la tarde desde la parroquia de Nuestra Señora de Gracia de Alicante, con el estreno a las puertas del templo la marcha “Lágrimas de Alicante” en homenaje a los fallecidos por la pandemia de la covid-19. La marcha, compuesta por Rubén Urbán Segura, es una alegoría a las lágrimas que Alicante derrama por la pérdida de esas vidas.
La penitencial hermandad del Santísimo Cristo de la Humildad y Paciencia, Nuestra Señora de las Lágrimas y San Francisco de Asís fue fundada en 1996, y tiene como imágenes titulares al Cristo, obra del escultor Hernández Navarro en 1996; y a la Virgen de las Lágrimas, del mismo autor (2004). La procesión ha comenzado tras una solemne apertura de puertas de la parroquia tras la llamada del "clamator", tiene una espectacular entrada por la Puerta Negra de la Concatedral de San Nicolás para hacer Estación de Penitencia, y en su regreso por las calles San Francisco y Barón de Finestrat se vuelve mas íntima y acogedora.
La procesión desfila envuelta en incienso , desde año con una composición seleccionada, que será el mismo en todos los cultos y actos de la hermandad para marcar su carácter solemne, elaborado con diferentes tipos de resinas aromáticas. Entre los ingredientes, vainilla, romero y benjuí en una mezcla aromática que da como resultado cuantioso humo denso y blanco.
El Cristo de la Humildad y Paciencia se erige sobre un trono de carpintería en color caoba muy elaborado, con su pie desgastado por el roce continuo de los fieles que la tocan y dejan peticiones y agradecimientos en papel, y fotografías, debajo de la talla del Señor. Fue creada, en madera policromada, por el imaginero murciano José Antonio Hernández Navarro en 1996.
Nuestra Señora de las Lágrimas, del mismo autor y fechada en el año 2004, destaca por sus rasgos maduros, de acuerdo a la edad que tendría la madre del Señor en el momento de la Pasión. Es una imagen de candelero, con las cabeza y las manos talladas, mientras que el resto es un armazón de vestir, y desfila austera con algunas joyas, regalo de sus costaleros y devotos. Esta hermandad es de concepción humilde ya que mantiene desde sus orígenes un carisma franciscano. Su eje principal es la asistencia social y la caridad. En la procesión nazarenos mendicantes piden limosna para fines sociales.
Desde los jardines del MARQ
La tercera hermandad en pedir la venia para entrar con sus tronos en la Carrera Oficial de la Rambla, engalanada con bambalinas, es el Prendimiento y Nuestra Señora del Consuelo, que ha salido poco antes de las seis de la tarde desde los jardines del Museo Arqueológico de Alicante (MARQ) en dirección al centro de Alicante. Las imágenes titulares del Cristo y la Virgen regresan a la Semana Santa con nueva policromía, que se había perdido en parte, tarea de la que se ha encargado un escultor sevillano.
Esta restauración se ha acometido aprovechando el parón de la pandemia, aunque era una intervención ya prevista por la hermandad. Otras dos imágenes del paso del Lavatorio y el sanedrín del Prendimiento ya se mejoraron antes del covid-19. Es una de las más largas en recorrido de la Semana Santa de Alicante, desde los jardines del Museo Arqueológico (MARQ) hasta el centro de Alicante; y celebra un Encuentro, de camino, con el Gran poder y la Esperanza en la parroquia de la Misericordia; así como uno propio con sus tres tronos propios en la Plaza del Ayuntamiento.
Ocho imágenes
Esta hermandad posee ocho imágenes del escultor García Mengual. Fundada en 1996 por trabajadores del antiguo Hospital Provincial, saca desde el MARQ cada Lunes Santo el conjunto escultórico de El Prendimiento, con tres tallas a varal; El Lavatorio, con cuatro y empujada a ruedas; y Nuestra Señora del Consuelo, también a varal.
El paso de El Prendimiento representa la escena bíblica en la que Jesús es apresado: Judas besa a Cristo mientras sostiene con la mano izquierda una bolsa con 30 monedas y, detrás, vigila un soldado del sanedrín judío que le condenó. El paso lleva un relicario con hojas y tierra del Monte de los Olivos que se trajo de Tierra Santa el antiguo secretario de la hermandad.
El segundo grupo escultórico, El Lavatorio, es el paso de misterio de la hermandad, ya que porta a Jesús sin crucificar. El Señor lava los pies a San Pedro, de blanco y amarillo, colores papales. De pie están las imágenes de San Juan, también de blanco como símbolo de pureza; y Santiago, igualmente en blanco y en azul porque, en la festividad del apóstol, Alicante obtuvo el título de ciudad abandonando el de villa. En la palangana que lleva esta escena de imaginería va una botella con agua del río Jordán, otra reliquia de Tierra Santa que suma esta procesión, una de las más largas de Alicante. Se mueve por las calles con ruedas, empujado por quienes no pueden cargar peso y por los más jóvenes del colectivo de Semana Santa.
Cierra el patrimonio Nuestra Señora del Consuelo, una talla mariana que luce por las calles una saya confeccionada por el indumentarista alicantino Pepe Espadero, y un manto verde bordado en oro, un diseño de Balbino de la Cerra, de los californios de Cartagena, con los que está cofradía está hermanada.
Las imágenes titulares de la hermandad lucen la medalla de Mayordomo de Honor de la citada Cofradía Californiana de Cartagena. Como muchos de los pasos que aparecen en las hermandades y cofradías alicantinas, tanto el paso del Prendimiento como el Lavatorio constituyeron hermandades propias en el siglo XIX, pero como la inmensa mayoría, desaparecieron durante los sucesos acaecidos en nuestra ciudad en los años 30 del siglo pasado.
Hermandad Agustina
Acaba el Lunes Santo con la hermandad Agustina, la última en entrar en la Carrera Oficial, con la salida en procesión de sus tres tronos a la calle desde la ermita de San Roque, en el Casco Antiguo de Alicante, en el caso del Cristo; y del convento de las Monjas de la Sangre la Virgen y la Cruz de los Niños. Esta hermandad nació en 1998.
La procesión ha retomado este año la carrera que tenía al principio pues en sus últimas salidas previas a la pandemia habían tenido que modificar su itinerario por el Casco Antiguo por problemas con los andamios instalados en algunas calles.
Hacia el final de la Estación de Penitencia protagonizará uno de los momentos más emotivos con el Encuentro de los pasos en la plaza de Abad Penalva, ante la Concatedral de San Nicolás (23.30 horas aproximadamente), cuando un sacerdote hará una oración por la paz en Ucrania y en homenaje a los fallecidos del conflicto bélico y de la pandemia. En todos los actos de la hermandad este año ya han tenido una oración especial por la paz en Ucrania y una misa por los miembros de la hermandad víctimas del covid-19.
El cortejo procesional va encabezado por un nuevo estandarte, bordado por las monjas Clarisas de Alcaudete (Jaen).
Pese al parón de la pandemia, la hermandad se ha reforzado con casi medio centenar de integrantes más, sobre todo niños, dado que es una hermandad colegial.
Saca a las calles el paso de la Cruz, de la Orfebrería Torralba de Calatrava (2016), Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras, de Ramón Cuenca Santos (2002) y la Virgen del Amor y Buen Consejo, de Ramón Cuenca Santos (2000).
La imagen titular acoge una reliquia del papa San Juan XXIII. Lo componen tres imágenes, un joven que sostiene una copa dorada señalando al Cristo, otro que arranca la vestimenta a Jesús, de ahí su advocación, y el propio Señor. La imagen del Cristo es también de Ramón Cuenca, de 2014.
La Virgen del Amor y del Buen Consejo es una talla del mismo escultor imaginero. Es uno de los títulos marianos más venerados por los Agustinos y preside todos sus colegios en España. La alicantina mide 1,77 metros y luce durante la procesión un manto en hilo de oro de terciopelo azul, una saya, un delantal y un fajín bordados por las monjas Clarisas de Alcaudete. Es una escultura que pesa 80 kilos, que sostiene en sus manos un rosario de perlas de nácar bendecido por el papa Juan Pablo II. En la procesión porta en el paso la reliquia del agustino San Alonso de Orozco, que vivió en el siglo XVI.
Con la cruz van menores pues se trata de una escuela de costaleros: cuando alcanzan la mayoría de edad deciden si quieren integrarse en el paso del Cristo o en el de la Virgen, que estrena este año nueva toca de sobremanto obra también de las Clarisas de Alcaudete.
