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La mayoría de hosteleros y comerciantes de la provincia dejarán de usar la mascarilla en sus negocios

La medida se aplicará este miércoles pero seguirá vigente en todos los servicios sanitarios, el transporte público y las farmacias

Las mascarillas dejarán de ser obligatorias en el interior de los bares y restaurantes a partir del próximo miércoles PILAR CORTES

El Consejo de Ministros aprobará este martes un Real Decreto que suprimirá, a partir del miércoles 20 de abril de 2022, la obligación de llevar mascarillas en lugares cerrados. No obstante, quienes quieran seguir llevándola por seguridad sanitaria, prevención, miedo o costumbre lo podrán hacer sin ningún impedimento legal.

La medida llega tras dos años de imposición para evitar que el contagioso covid-19 se propagara en lugares muy concurridos o especialmente sensibles como hospitales y centros de salud, así como en espacios donde hay personas vulnerables como los geriáticos y los Centros de Día para Mayores. De ahí que la ministra de Sanidad, Carolina Darias, haya aclarado que la mascarilla seguirá siendo obligatoria en todos los transportes públicos "sin ninguna excepción", así como en centros, servicios y establecimientos sanitarios, incluyendo las farmacias.

La eliminación de la mascarilla supone un "enorme alivio" para los sectores hostelero y comercial de la provincia de Alicante. La inmensa mayoría de sus profesionales dejarán de usarla a partir del próximo miércoles, según apuntan los empresarios y trabajadores de ambos gremios con los que este diario ha contactado.

Cabe puntualizar al respecto que ya no es necesario llevar mascarilla en los espacios cerrados de uso público como son las cafeterías, bares, pub, discotecas y restaurantes, tiendas, grandes superficies comerciales, cines, teatros, salas de conciertos y museos. En estos casos las autoridades sanitarias recomiendan un "uso responsable", al igual que en las reuniones de familiares y amigos y en las celebraciones de ámbito privado.

Fumar en las terrazas

"Nos urge volver a la normalidad y trasmitir esa normalidad a los clientes de nuestros establecimientos", comenta César Anca, presidente de ARA, la Asociación de Restaurantes de Alicante. "Puede haber alguna excepción pero la inmensa mayoría vamos a dejar de utilizar la mascarilla en nuestros negocios. Es un paso muy importante tras dos años de restricciones y nuestro sector lo necesita. Pero nos preocupa que, sin embargo, no se permita a nuestros clientes fumar en las terrazas", advierte Anca cuestionando la medida "porque no hay ninguna evidencia científica, ni en España ni en ningún otro país del mundo, que demuestre que el virus se propaga con más rapidez y facilidad fumando en las terrazas...y más ahora que llega el buen tiempo".

La mascarilla en el exterior se eliminó meses atrás. PILAR CORTES

Para el responsable de ARA "se trata de una nueva excusa de las autoridades para limitar a los fumadores en las terrazas y eso supone para nosotros una nueva cortapisa a nuestra actividad ya que estamos perdiendo cada vez más la sobremesa en nuestros restaurantes".

También María del Mar Valera, la recientemente reelegida presidenta de la Federación Empresarial de Hostelería de la Provincia de Alicante, ha recibido la noticia con satisfacción. "Sinceramente estamos deseando que llegue el miércoles y podamos quitarnos la mascarilla porque otro verano con ellas sería matador", reconoce apuntando a que la gran mayoría de los establecimientos va a dejar de utilizarlas.

"Desde luego las empresas de prevención de riegos recomiendan seguir llevándola en interiores pero no se nos obliga a ello, con lo cual me imagino que la gran mayoría del personal del sector hostelero no las utilizará a no ser -puntualiza- que se trate de personas de riesgo", señala Valera.

Precisamente este lunes la clientela ya se movía prácticamente sin mascarilla por el interior de los establecimientos a pesar de que sigue siendo obligatoria hasta las 24 horas de este martes.

Normalidad en el comercio

Otro tanto va a ocurrir en los comercios. Tanto en las pequeñas tiendas como en las grandes superficies. La comerciante eldense Reme Soler también está deseando que llegue el miércoles para liberarse de la mascarilla. Quiere atender a la clientela de su supermercado sin tener que taparse parte de la cara, como lo hacía hasta que en marzo de 2020 el virus cambió la vida en el planeta. A pesar de ello cree que inicialmente surgirán ciertas reticencias y que algunos comerciantes serán cautelosos, se tomarán su tiempo, y aplicarán la medida en las semanas posteriores. "Yo creo que depende del pensamiento individual que cada uno tenga. Yo estoy deseando quitármela pero hay compañeras del gremio que por miedo, por costumbre o por motivos de salud no se la van a quitar. Pienso que es una situación parecida a la que se produjo cuando se eliminó la obligación de llevar la mascarilla en el exterior. Casi nadie la lleva ya por la calle pero todavía quedan personas que la siguen llevando", explica Reme Soler.

Los hosteleros alicantinos están deseando recuperar la normalidad tras dos años de pandemia. PILAR CORTES

Cabe señalar que en los centros de trabajo serán los servicios de prevención de riesgos laborales los que lo valoren, si bien las directrices del Gobierno central solo aconsejan llevar el tapabocas cuando la distancia interpersonal es inferior a 1,5 metros y no se puede garantizar una ventilación adecuada.

En los centros escolares ni profesores ni alumnos tendrán que llevarla aunque se recomienda que la mantengan quienes estén sujetos a factores de vulnerabilidad o no puedan mantenera la distancia.

Tras dos años de mascarillas volvemos a destapar nuestras caras en los espacios públicos cerrados pero las autoridades sanitarias no descartan que haya que retomarlas en invierno, cuando las condiciones climatológicas ayudan al covid-19 a incrementar su capacidad de contagio.

¿Séptima ola de covid?

La ciencia mantiene diferentes posturas respecto a la complicada decisión de eliminar el uso obligatorio de la mascarilla en la mayor parte de los espacios interiores. Hay virólogos que apuestan por una supresión gradual comenzando por ambientes con menor riesgo, como los colegios, y a la espera de conocer la evolución de los nuevos tratamientos contra el virus.

Otros inmunólogos consideran que habría que haber esperado a alcanzar a una incidencia inferior a 50 casos en la población mayor de 60 años para liberar de la imposición de usar los tapabocas. Sin embargo también hay microbiólogos que defienden la decisión del Gobierno matizando que la pandemia no ha acabado y, aunque el riesgo cero no existe, hay que evaluar el riesgo-beneficio del conjunto de la sociedad. Esta corriente de científicos considera que el número de personas inmunizadas es muy elevado por el efecto de las vacunas o de los propios contagios y, además, la variante que predomina en España no es especialmente dañina.

A pesar de ello un sitio cerrado, mal ventilado y con mucha gente sigue entrañando riesgo sanitario. Por eso es recomendable mantener la mascarilla sin excepción en todos los transportes públicos, en lugares muy concurridos y en geriátricos y centros de salud.

En lo que toda la comunidad médica coincide es que las mascarillas han demostrado ser un medio muy eficaz para evitar la transmisión del covid-19 y que, en toda enfermedad infecciosa que se propaga por el aire si se tienen síntomas, aunque sean leves, o se puede estar con personas de alto riesgo. Por eso insisten en la responsabilidad personal de proteger a los demás y, en tal sentido, usar mascarilla es esencial. Sin ella en interiores es posible que los contagios suban, pero los virólogos señalan que lo importante no es el número de infectados sino el efecto de la enfermedad y las hospitalizaciones.

Entrevista a un experto en el inicio de la sexta ola de la pandemia. Juan Carlos Pérez Gil

Lo que es innegable es que el virus va a seguir propagándose pero en algún momento hay que adoptar medidas para ir recuperando la normalidad. También es muy probable que las mascarillas vuelvan a ser necesarias. De hecho, los expertos no descartan la irrupción de una séptima ola durante el próximo otoño o tras el verano.

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