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El palco de la Semana Santa en Alicante, de presencias nada casuales a ausencias más que puntuales

La zona noble de la Rambla ha sido testigo de gestos políticos excepcionales, como la aparición de Ana Barceló, consellera de Sanidad y principal aspirante a alcaldable socialista en Alicante para 2023, y la desaparición del alcalde, Luis Barcala, al paso de la Sentencia de Castedo

Barceló, junto a Barcala, al paso de uno de los tronos de la hermandad de la Santa Cruz

Que un conseller del Botànic presencie una procesión de la Semana Santa de Alicante no es nada habitual. Es toda una excepcionalidad. Ni al presidente Puig, que suele visitar "La Marinera" de València, ni a la vicepresidenta Oltra, aunque la pasada semana durmiera en la capital alicantina y en su entorno se afanen por negar que la Semana Santa sea patrimonio de la derecha, les resulta suficientemente atractiva la Semana Santa alicantina. Al menos, eso demuestran. Tampoco lo ha sido este año, tras la declaración de Fiesta de Interés Turístico Nacional en 2022.

La cita, sin embargo, no se la quiso perder la consellera de Sanidad, Ana Barceló. Celebración religiosa al margen, son tiempos, por lo que pueda pasar, de empezar a dejarse ver en Alicante. En el palco de autoridades, junto al alcalde, la socialista hizo acto de presencia. El día elegido, pese lo desapacible que acabó siendo, no fue casual. En política, pocos movimientos son fruto del estricto azar. La consellera decidió acudir uno de los días grandes, siguiendo así desde primera fila tal vez la procesión más popular de la ciudad. De hecho, fue la única que vio, porque solo Santa Cruz se animó a salir a la calle en un Miércoles Santo marcado por la lluvia.

Barceló, en una Rambla con menos expectación de la habitual por las intensas precipitaciones que cayeron desde última hora de la tarde, vio pasar al Cautivo, al Gitano, a la Virgen de los Dolores y al Descendimiento. También vio procesionar a representantes políticos, entre ellos concejales socialistas como Trini Amorós, Manuel Martínez y Lola Vílchez, los habituales estos días del grupo municipal tras los tronos, junto a Llanos Cano.

Puede que no sea la última vez que Barceló disfrute de Santa Cruz durante este mandato político. La próxima Semana Santa, la de 2023, caerá a principios de abril, es decir, a poco más de un mes de la fecha reservada para las elecciones municipales. Ahora, cuando aún falta un año para esa cita con las urnas, el nombre de Ana Barceló como alcaldable socialista por Alicante es por el que menos se paga en las casas de apuestas. Es decir, para los legos en la materia: es el favorito. Aunque, tratándose del PSOE, todo puede pasar en los próximos meses, como ya demostraron en la última ocasión. Entonces, tras proponer el cargo como quien ofrece pipas en el fútbol, el puesto pasó de manos del médico municipal Andrés García Trillo al dramaturgo Francesc Sanguino, que se impuso en unas primarias forzadas desde Madrid a Eva Montesinos y José Asensi gracias al aval de Ximo Puig y a los siempre necesarios votos de Ángel Franco.

Ahora, algo más de tres años después, parece que el presidente Puig se decanta por una mujer de cara conocida, tras la apuesta fallida por Sanguino. ¿Nuevo “dedazo” a la vista? Pese a que los movimientos anunciados desde el Palau para acercar a Barceló a Alicante con una remodelación en el Consell se han quedado en meras intenciones, la consellera sigue al frente de una carrera interna cuyo desenlace ya se espera para finales de año. Por ahora, su presencia en los actos públicos de la ciudad sigue siendo casi anecdótica. ¿Será el Miércoles Santo otro hecho excepcional o formará parte de una nueva estrategia política de los socialistas de cara a elecciones en la segunda ciudad de la Comunidad y territorio clave para la continuidad de Puig? En cuestiones festivas, la consellera tendrá una nueva oportunidad de dejarse ver por Alicante en unos días, con la romería de la Santa Faz. Y en breve, con las Hogueras.

Castedo saluda al único miembro del gobierno municipal en el palco de autoridades al paso de la procesión ALEX DOMINGUEZ

De hacer acto de presencia en más eventos festivos, seguro que vuelve a coincidir con el alcalde, Luis Barcala, que ha sido un fijo durante toda la Semana Santa. La mayoría de los días, el regidor ha seguido las procesiones desde el palco de autoridades de la Rambla. Ha habido dos excepciones: procesiones en las que ha participado, como la “oficial” de la ciudad, y en la que se “borró”, la matutina de ese mismo Viernes Santo. Esa mañana, la zona noble estaba prácticamente vacía. Frente al habitual “toque de corneta”, hubo desbandada. En el palco, sólo se dejó ver un representante del gobierno municipal, el concejal José Ramón González (PP). De nuevo, el alcalde popular optó por la estrategia de la avestruz, evitando esa foto con la exalcaldesa Sonia Castedo que tanto le incomoda.

Una ausencia puntual, la de Barcala del palco al paso de la “Sentencia” de Castedo, nada casual. Como puntual, y tampoco nada casual, fue la presencia de Barceló el Miércoles Santo. ¿Habrá un mano a mano entre ambos en la próxima campaña por la Alcaldía de Alicante? ¿O finalmente el PSPV no se decantará por la consellera? ¿O será Barcala el que busque nuevos aires?

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