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El Puerto asume el desguace de la "réplica" del Santísima Trinidad ante el riesgo de hundimiento y falta de ofertas

El coste alcanza los 80.000 euros y los trabajos durarán diez meses desde que Capitanía Marítima conceda el permiso

El "artefacto náutico" permanece amarrado cerca de los muelles donde irá el centro de congresos Manuel Lorenzo /EFE

El puerto de Alicante ultima los permisos necesarios para el inminente desguace de la "réplica" del galeón español Santísima Trinidad, unas labores que cuentan con un presupuesto de 80.000 euros y que se prolongarán durante más de dos meses a partir de que se tenga la autorización final.

El director de la Autoridad Portuaria de Alicante, Carlos Eleno, ha explicado hoy que ya se dispone del contrato de adjudicación con la empresa que procederá al desguace, el grupo Braceli, y que las tareas solo están pendientes del visto bueno definitivo por parte de Capitanía Marítima. Será este último órgano el que otorgue los permisos necesarios una vez que estudie el proyecto de la mercantil para que el desmontaje se efectúe con seguridad y sin vertidos.

El Santísima Trinidad está amarrado al muelle 7 del puerto de Alicante, en la zona de Levante, y después de que el propietario se declarara insolvente se ha buscado una solución final por su avanzado estado de deterioro, que se refleja en la caída de dos de los tres palos que sujetan las velas.

Incluso, cuando hay temporales marítimos, los técnicos deben asegurar los amarres para evitar que cause daños en las naves colindantes o en el propio muelle. El desguace comenzará desde el agua para quitar parte de la estructura y en una segunda fase se eleva la plataforma sobrante a tierra para, una vez allí, ser cortada.

El "artefacto flofante" Santísima Trinidad llegó al puerto alicantino procedente de Málaga hace una década y durante los primeros años estuvo abierto al público como restaurante hasta octubre de 2016, cuando cerró las puertas y comenzó un estado de deterioro que hoy es muy avanzado y con peligro de hundimiento.

De 63 metros de eslora y 140 cañones en cuatro alturas, el Santísima Trinidad original fue el buque insignia de la Armada española durante la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX hasta su trágico final en la batalla de Trafalgar.

La Autoridad Portuaria de Alicante llegói a convocar una subasta pública en 2018 para tratar de deshacerse de la réplica del Santísima Trinidad con un precio de salida de 152.000 euros. El Puerto declaró la embarcación en situación de abandono y ahora trató de venderlo al mejor postor.

Fuentes cercanas al proceso aseguran que el problema no era el precio de la subasta, porque si el barco pudiera abrirse al público se amortizaría en menos de tres temporadas, pero para que Capitanía Marítima autorice su actividad debía pasar previamente una inspección en un dique seco, y ello conlleva un remolque hasta Cartagena o Dénia, más las actuaciones a que obligue Capitanía tras la inspección, un proceso inviable económicamente a no ser que luego opere en alguno de esos puertos. Al final, chatarra.

Además, Eleno se ha referido también a las obras de la dársena portuaria y ha comentado que la remodelación sigue al ritmo previsto "dentro de los problemas de suministro de materiales" por la coyuntura internacional, a pesar de lo cual se mantiene la estimación de que esté todo terminado antes de que acabe 2022. El puerto baraja interrumpir las obras durante algún tiempo en verano para interrumpir lo menos posible el tránsito de turistas en esa época. El objetivo es tenerlo todo listo para enero de 2023, salida de la Ocean Race.

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