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Vuelve la venta ambulante a las playas de Alicante

El Postiguet parece un mercadillo con la llegada del buen tiempo que ha disparado la ocupación del arenal urbano

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Venta ambulante en el Postiguet Jose Navarro

Venta de bebidas sobre la arena, de pareos y gafas, masajes...La venta ambulante vuelve a las playas de Alicante con el buen tiempo y especialmente el arenal urbano del Postiguet parece un mercadillo al dispararse la ocupación de la playa, que algunos días coincide el desembarco de cruceristas. Mientras tanto, los negocios del entorno se preguntan cuándo se reforzará la vigilancia policial para evitar este mercadeo y para que pongan orden en el paseo por donde circulan bicis y patinetes entre los transeúntes pese a estar prohibido.

Ni siquiera estamos en temporada alta y el Postiguet se ha convertido en escaparate de la venta ambulante ilegal, después de que el pasado verano la presencia de manteros y de vendedores de sangría y mojitos en las playas de Alicante se convirtiera en residual ante la presión policial que les llevaba a buscar otros rincones de la costa de la provincia. Este año ocurre lo contrario, de momento, de ahí el interés de los negocios del paseo del Postiguet en que el despliegue de los agentes de refuerzo se acelere al máximo. Sí han percibido más presencia de Policía Nacional tras denunciarse varios hurtos.

Los "mojiteros" suelen vender fruta y alimentos a la carta, preparan las bebidas a escondidas e incluso reciclan los vasos lavándolos en los lavapiés, de acuerdo a grabaciones realizadas por diversos testigos (contraviniendo todas las medidas higiénicas). Han mantenido precios pues siguen cobrando 5 euros por bebida. Algunos llevan libretas en mano para tomar pedidos y entierran en la arena la nevera con los productos si ven algún policía, modus operandi que mantienen en el tiempo.

"Ya estamos en ocupación muy elevada en las playas, con aumento de cruceristas, y por aquí no se ve seguridad. La Policía pasa rápidamente por el parking sin bajar del coche y el arenal y el paseo están abandonados. Ya hay mercadillo ambulante de bebidas que preparan en los aseos y en la arena, bolsas con latas, masajistas...", indican comerciantes y restauradores, que vuelven a denunciar la competencia desleal de quienes ofrecen bebidas a pie de arena. También se produce la venta por el paseo, y en las propias terrazas de restauración, en este caso gafas.

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Otra de las quejas es el paso continuo de bicicletas y patines por el paseo peatonal, "hasta de motos eléctricas, sobre todo los fines de semana. Más de lo mismo de todos los años. Si llamas a central de Policía Local te dicen que no tienen personal, que van a tope y que intentarán mandar a alguien, que habitualmente da una vuelta rápida por el paseo y desaparece".

El personal de los negocios suma a la falta de vigilancia de la playa "los montones de arena que traen hasta la altura de la ubicación de torre de los socorristas para regenerar la playa que se llevó el temporal. La dejan tal cual la ves durante días". Esta mañana, tras varias jornadas en el mismo lugar, han repartido la arena con máquinas.

También aseguran que el pasado fin de semana los baños públicos estaban cerrados.

Agentes de paisano

El pasado verano, el refuerzo de agentes tanto municipales como de la Policía Nacional de paisano para mezclarse con los bañistas sin llamar la atención, logró acabar con las quejas de los hosteleros que tienen negocios en los paseos marítimos cercanos además de contribuir a una mayor seguridad del bañista contra los habituales hurtos.

La reducción de la presencia de «mojiteros" se debió a una presión policial presente en la arena pero también desde el aire y el agua que tenía mucho que ver con la pandemia. La Policía Local de Alicante desplegó un dispositivo de 74 agentes por las playas del Postiguet, la Albufereta, Urbanova y San Juan caminando de uniforme entre los usuarios de los arenales o en quads. Los agentes hacían uso del dron para vigilar las aglomeraciones desde el aire y de una lancha por mar. "Este operativo ese puede decir que casi ha eliminado la venta ambulante», explicaron entonces desde la Concejalía de Seguridad. Consultado el Ayuntamiento sobre cuándo se reforzará la vigilancia en playas, este diario está a la espera de respuesta.

El dispositivo en 2021 se completaba con una treintena de voluntarios de Protección Civil en bicicleta que patrullan por los paseos entre las 10 y las 20 horas cada día de la semana.

Los agentes de playas también vigilaban que se dejase libre un pasillo en la orilla para que los bañistas pudieran pasear; así como para prevenir hurtos y robos; y colaborar en labores de auxilio y salvamento en el mar. Los hosteleros corroboraron la efectividad de unas medidas que relacionan con una vigilancia más estrecha por la crisis sanitaria.

«Mojiteros siempre existirán pero se ven muy pocos porque además les requisan todo el material y a los manteros también. Han puesto policías permanentes y solo vienen los gorrillas cuando saben que se van o cambian turno», explicaban desde los negocios del paseo marítimo del Postiguet en referencia a los cobradores ilegales que suelen copar el aparcamiento en superficie de la playa donde ya se paga al ser zona azul. Tampoco se veía a personas asiáticas que suelen ofrecer masajes por la arena de las playas.

La Policía Nacional reforzó sus patrullas en las playas del término municipal, tanto de uniforme, como motorizadas en los paseos, y de paisano a pie de playa para prevenir hurtos de carteras y bolsos. «Está habiendo pocas incidencias, son bastante efectivas estas patrullas entre los bañistas», señalaron desde la Comisaría Provincial.

Vigilancia

La Policía Nacional también intensificó la vigilancia de las playas a la hora del cierre de los bares para evitar que los grupos que se reúnen en la arena vayan a beber, especialmente los sábados y domingos por la tarde y la noche. Los hosteleros que tienen sus negocios ubicados en las proximidades de las playas alicantinas se percataron de la presencia de «recaderos», personas que ofrecen, sobre todo a turistas internacionales, latas de bebida o comida que les compran en un supermercado próximo y después entran en la arena para llevarles los pedidos.

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