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Puig busca encaje para Sanguino en el segundo escalón del Consell

El presidente de la Generalitat trabaja para encontrar acomodo al portavoz socialista de Alicante en un cargo intermedio del Botànic para así aplacar los ánimos en el grupo municipal y en la dirección local con la vista puesta en las elecciones municipales de 2023

Puig observa a Sanguino bajo la mirada de Franco, en un acto en Alicante Jose Navarro

Ahora o nunca. En el entorno del presidente de la Generalitat Valenciana, el socialista Ximo Puig, son conscientes de que la actual remodelación del Consell es la oportunidad perfecta, como caída del cielo, para buscar una salida al portavoz municipal del PSOE en la ciudad de Alicante, Francesc Sanguino. Así se apaciguarían los ánimos, tanto en el grupo municipal como en el partido, en este año que queda para las próximas elecciones municipales, que se celebrarán en mayo de 2023. Con esa idea se trabaja. Se habla de una posible dirección general, tal vez ligada a la Conselleria de Cultura, al tratarse del ámbito profesional de Sanguino cuando fue reclutado por el propio Puig, con el siempre necesario aval en Alicante de Ángel Franco, para liderar la lista socialista en el paso por las urnas municipales de 2019 tras el fiasco del tripartito.

No es la primera vez que en las altas esferas del Consell se intenta encontrar acomodo al que, por deseo del propio Puig, fuera alcaldable en la última cita electoral, aunque tardó lo justo en renegar de su apuesta personal. Hasta ahora, eso sí, no ha habido éxito en esa «operación salida». En círculos socialistas esperan que, esta ocasión, sea la buena. De no serlo, parece difícil, porque en política no hay nada imposible por inverosímil que parezca, que se presente otra oportunidad en el tiempo que resta hasta que el PSOE entre en "modo electoral" poniendo cara a su próximo cartel electoral en la capital alicantina, ya sea la síndica Ana Barceló, la consellera Josefina Bueno o cualquier «outsider». 

De hecho, hace un año, también se movieron hilos en los despachos nobles de Presidencia de la Generalitat para apartar a Sanguino de la dirección del grupo municipal debido, entre otros motivos, a su errática gestión, la nula estrategia de oposición y su actitud imprevisible. Nada ha cambiado en este tiempo. Tal es su desconexión con el día a día municipal que, desde hace meses, apenas participa activamente de la oposición que los socialistas, con un éxito cuestionable, intentan realizar al gobierno encabezado por Barcala. 

En el Consell dan por hecho que los cambios obligados en el segundo escalón no se demorarán en demasía, con el objetivo de cerrar cuanto antes la crisis de gobierno provocada por la marcha forzada de Manolo Mata como Síndic del PSPV en las Cortes Valencianas.  

Si finalmente Sanguino abandona el Ayuntamiento de Alicante con la tradicional «patada hacia arriba», las miradas para ocupar la portavocía del grupo apuntan a dos candidatos, no hay otros: al secretario local, Miguel Millana, y sobre todo a la portavoz adjunta municipal y portavoz de la Ejecutiva local, Trini Amorós. Ambos son «peones» del exsenador Ángel Franco, que controla un grupo municipal que lleva roto desde casi el principio del mandato. De hecho, por momentos, ha sido lo más parecido a un polvorín. 

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