Le cuesta creer que es reconocida fuera de los teatros porque no es una cara habitual de la televisión, pese a que Susi Sánchez (Valencia, 1955), es la ganadora de un Goya a la mejor actriz por su papel en La enfermedad del domingo. Su último personaje, Begoña, en la película Cinco lobitos, es el de una abuela que tiene que ver las diferencias generacionales en su hija, Amaia, quien acaba de tener un hijo y sufre en primera persona la brecha de género. Sánchez, quien asegura que le ha costado encontrar papeles a lo largo de su carrera por su altura, 1,76 metros, acaba de recibir el Premio de Honor del 19º Festival de Cine de Alicante por su trayectoria en la gran pantalla.

¿Qué supone para una intérprete recibir un premio a su trayectoria?

Es estupendo, te llena de ganas de continuar. Cuando recibo un premio, tengo la sensación de que me están diciendo: "Vas por buen camino, Susi, sigue". Es un ánimo, un reconocimiento que te da fuerza para seguir trabajando e ir a fondo con las cosas. Y este, en particular, que es un reconocimiento a toda mi carrera me hace darme cuenta de que, claro, ¡tengo una carrera detrás! Hasta ahora, tenía la sensación de que no me conocía nadie al no ser de televisión. Pensaba que no me conocía nadie pero, bueno, parece que alguien sí.

Hablemos del festival, ¿qué importancia tiene para la cultura de una ciudad un festival como el de Alicante?

Un pueblo que no repara en la cultura es un pueblo torpe, sin recursos. La cultura y la educación son las bases de cualquier demostración después, en la vida. Es imprescindible. No se puede decir: “No estoy de acuerdo con la cultura”, es una burrada decir eso, ¿entiendes?

Le iba a responder diciendo que nos convertiríamos en un gran polígono industrial, pero ahí también hay mucha cultura.

¡Claro que sí, claro que sí! Y en la calle, en muchos sitios. Aquí, ahora mismo, hay cultura. La cultura es cómo nos relacionamos, es el lugar desde el que compartimos las cosas.

Estrena el papel de Begoña en Cinco lobitos. ¿Qué destaca de esta película?

Es una película que no es tramposa. En una misma escena en la que hay dos personajes, hay momentos en los que te decantas por uno y momentos en los que te decantas por otro. Eso sucede porque no hay juicio sobre los personajes y todos se expresan de una forma bastante libre, muestran sus luces y sus sombras. Con eso, el espectador se siente identificado y se siente redimido también, porque dice: "Ah, no soy tan malo como yo pensaba. Esto me está diciendo que es normal ser bueno y malo". Es una historia que a la gente le calma aunque salga conmocionada por ella. Pero también le calma porque ve a personajes humanos que sufren, disfrutan, viven y mueren. Es el ciclo de la vida plasmado de manera bastante fiel, sin trampas.

Decía en una entrevista reciente que la película está fuera de lugares comunes. ¿Se suele representar el papel de la mujer con muchos tópicos?

Claro que sí, la mayor parte de las veces. Yo lo he vivido también. En la sociedad tenemos una visión un poco estereotipada de las mujeres.

"Hasta que la mujer no corte la tendencia de ensalzar el patriarcado no será verdaderamente libre"

¿La mujer tiene que cumplir con un patrón mientras que al hombre se le permite tomar caminos diferentes?

Claro, pero esto tiene que ver con la sociedad patriarcal en la que vivimos. Incluso las propias mujeres perpetuamos el patriarcado porque así educamos a nuestros hijos. Hasta que la mujer no corte esa tendencia de ensalzar el patriarcado no será verdaderamente libre. Hay muchas luchas feministas pero hasta que las mujeres no tengamos conciencia real de que somos nosotras las que vamos metiendo en vena a los bebés que van naciendo esta educación pues ahí tendremos un temita.

En los personajes de Koldo, el abuelo, y Javi, el padre, se aprecia la diferencia entre generaciones. ¿Avanzamos los hombres lo suficiente?

Totalmente, los personajes representan ese cambio. Pero lo que te decía, no es solo cosa de los hombres, es también cosa de las mujeres. Es cosa de los dos que se avance de una manera paralela, que no haya privilegios en ningún sentido. Creo que sí hay una diferencia clara entre Koldo y Javi. Koldo es la generación casi de mis padres, en la que el marido vive como algo normal el no hacer nada al llegar a casa, fuera del trabajo, en la implicación familiar o en el hogar, aunque sea muy trabajador. En el caso de Javi, se ve que lo intenta pero está atrapado por esa mentalidad en la que le dice a Amaia: "Claro, no te vas a poner a trabajar tú que acabas de parir, estás todavía frágil", que le da una excusa perfecta para irse de casa y no hacerse cargo del asunto. Es verdad que responde a una necesidad porque los autónomos funcionan desgraciadamente así (los personajes Javi y Amaia, en la película, lo son), pero, al mismo tiempo, es un punto de fuga muy fácil también. En la película, el personaje de Laia Costa (Amaia) le da caña a Javi y le dice: "Eh, que esto no es así, me tengo que conformar pero no es como debe de ser".

¿Se da por hecho que la mujer tiene que ser madre?

Hay una ley tácita bajo la que nos han educado a todas las mujeres. Ahora menos, porque ya las mujeres estudian carreras, trabajan y todo eso, pero antiguamente las mujeres no podían trabajar y estaban educadas solo para ser esposas y madres. Estaban resignadas a eso, y no hace tanto que pasaba. Yo creo que no viviré la liberación total en ese sentido, el acuerdo total entre un hombre y una mujer en la relación de pareja. También es verdad que, por ejemplo, mis sobrinos ahora no tienen nada que ver ni siquiera con la generación de Javi. Ya están en otro plano, hay mucha más equidad, mucho más equilibrio entre los dos a la hora de las tareas domésticas. Trabajan los dos y entonces tiene toda la lógica del mundo porque son inteligentes y no intentan escaquearse. Es lo que toca y ya está, hay que asumirlo.

"Aquí la gente mayor es inservible. El día que deje de ser actriz me meterán en el saco de todas las mujeres viejas de España"

Dijo en una entrevista reciente que había perdido algunos papeles por ser demasiado alta. ¿Son los micromachismos los más difíciles de advertir y cambiar?

Claro, son dificilísimos. Yo misma me sorprendo en pensamientos machistas. Es así, me tengo que decir a mí misma: “Por Dios, ¿a estas alturas todavía?”. Es un inconsciente, vienen de una forma automática porque en nuestra educación está metido todo eso de una manera muy contundente y poderosa. Es muy difícil, hay que estar con el ojo avizor para pillar esas cosas.

Ha comentado también que le llegan menos papeles por la edad. ¿Cree que la barrera de la edad la sufre más una mujer que un hombre?

Sin duda, sin duda. En aquella ocasión sacaron un titular que decía: “Una mujer mayor es una vieja”. Yo no había dicho eso exactamente, pero sí algo parecido, mientras que un hombre parece siempre interesante, con atractivo… en fin, algo tiene siempre un hombre mayor que resulta agradable o atractivo para una mujer. Una mujer mayor no. Y esto es un tema de nuestra cultura. No somos como en países orientales, donde la gente mayor es cuidada y respetada porque son personas sabias que les pueden enseñar cosas que no conocen. Aquí no, aquí somos gente inservible. Yo todavía sirvo porque trabajo como actriz, pero el día que deje de trabajar me meterán en el saco de todas las mujeres viejas de España.

Si un trabajo me gusta y lo puedo encajar en fechas voy directa, no me cuestiono nada, pero ahora puedo elegir más que antes"

A cambio, ¿le da la edad la valentía de proponer un cambio o de rechazar algo que no le gusta?

Sí, me da menos vergüenza, ya son muchos años de experiencia. Yo tengo buena voluntad, es decir, si un trabajo me gusta y lo puedo encajar en fechas voy directa, no me cuestiono nada. Si tengo alguna dificultad o no me veo en el personaje puedo elegir más que antes. Sin embargo, es cierto que cuando era joven también decía "no" a algunas cosas. Por ejemplo, en la época del destape yo no me veía ahí, no me consideraba ese tipo de actriz.

Ha mencionado que todos los personajes de Cinco lobitos muestran sus luces y sombras. ¿Cree que cualquiera que vea la película puede verse reflejado en alguno de los personajes?

Sí, yo creo que muchísima gente. La película tiene mucha honestidad, en el sentido de que te muestra a los personajes tal cual son. No tienen adornos, no hay trampas, no se muestran de una forma equívoca, son honestos. Claro, es verdad que tiene fama la gente vasca de ser así. De hecho, tengo muchos amigos vascos y me encantan precisamente por eso, porque son directos, no se andan por las ramas. En nuestra sociedad no estamos acostumbrados a que la gente sea tan clara. Yo misma soy así muchas veces, mi hermano me decía hace tiempo: “Es que tú tienes un problema, Susi, dices todo lo que piensas”. Bueno, parece que es un problema.