La entrada de un frente frío en altura va a provocar hoy un descenso brusco de las temperaturas máximas de hasta diez grados en la provincia pasará de los 35 grados de este lunes (Orihuela y Elche) a unos 23/24 grados, según la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología y el Laboratorio de Climatología de la UA. Jorge Olcina, su director, advierte, en este sentido, que “al haber mucho calor acumulado en altura el paso del frente va a provocar tormentas, algunas de fuerte intensidad en el interior de la provincia”. El verano va ser muy caluroso con abundancia de noches tropicales en Alicante, cuando el termómetro no baja de los 25 grados. En Alicante el termómetro ha subido hasta los 34,4 grados, en el aeropuerto de Alicante-Elche a 34 y en Xábia, 33, según la Aemet.

Alicante ha vivido un fin de semana tórrido debido a la primera ola de aire del Sáhara del año. El calor, aunque disminuye esta semana, ya no se va a retirar porque, como subraya Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, el verano ya está aquí. “Una consecuencia directa que estamos observando sobre el cambio climático es que la temporada estival crece por los extremos. Es decir, que en mayo y junio llega el calor y no se retirar hasta finales de octubre lo que estirá también la temporada turística”.

El verano se va a caracterizar este año, por otro lado, por el calor y la estabilidad meteorológica, aunque con algunas particularidades. En los meses de junio, julio y agosto, la media de las temperaturas máximas llega a superar los 35 ºC en zonas del valle del Guadalquivir y de las vegas del Guadiana. En puntos del sureste peninsular ese promedio se aproxima a los 34 ºC, al igual que en los valles del Ebro y Tajo. 

Los valores diurnos más suaves se registran en la alta montaña, litoral cantábrico, noroeste de Galicia y las islas occidentales de Canarias, aunque debemos tener en cuenta que ni siquiera estas zonas, entre el 15 de julio y 15 de agosto, se salvan de la etapa más cálida del año: la canícula.

También son temidas las noches tropicales, que en los últimos 10 años han aumentado de forma evidente durante el verano. Se producen sobre todo en la vertiente mediterránea, el valle del Guadalquivir, el golfo de Cádiz y los archipiélagos. En la meseta sur y valle del Ebro son menos frecuentes.

En verano las lluvias son escasas y se producen, sobre todo, en el interior de la Península y zonas de montaña, con las temidas granizadas que pueden devastar el campo, y en el extremo norte donde, a pesar de ser la estación más seca del año, la media sobrepasa los 200-300 l/m2.

Según Meteored, este verano será muy caluroso. Los valores podrán situarse de 1 a 2 ºC por encima de lo normal en el interior de la Península, mientras que el resto del territorio y en Baleares podrían sobrepasar hasta en 1ºC el promedio. Estas anomalías se extenderán por el resto de Europa quedando al margen, curiosamente, solo el golfo de Cádiz y Canarias, donde los valores serán los habituales para la época.

Este escenario podría venir dado por la dorsal anticiclónica que se mantendrá fuerte en latitudes medias y altas, provocando muchas horas de sol y viento encalmado. Esto propiciará un calentamiento progresivo de la zona continental. Además, el mar Cantábrico y el Mediterráneo mostrarán valores por encima de lo habitual con las consecuencias que ello conlleva, como el aumento de noches tropicales. 

En España, las precipitaciones estarán por debajo de lo normal en todo el territorio, sin olvidar que en el centro, sur y archipiélagos esta estación de por sí es muy seca. No obstante, esto no quiere decir que no se vayan a desarrollar, en días puntuales, tormentas intensas durante estos próximos tres meses. Ese riesgo siempre está presente.