Puede parecer un acto común y normal, carente de nada extraordinario, pero por alguna razón, se ha convertido en un gran fenómeno viral en estas últimas semanas. Ha sucedido en la Escuela Oficial de Idiomas de Alicante, ubicada en la falda de las Escaleras del Jorge Juan, y ha sido un propio alumno del centro quien ha contado lo sucedido. Nadie mejor, ya que él es el protagonista de esta historia.

Lo ha hecho en su cuenta de Twitter bajo su pseudónimo digital, @alvarobi. El joven, estudiante de francés, ha explicado lo que ha pasado en su clase este curso. Concretamente, ha relatado lo que ha ocurrido desde que él tomó la decisión de hablar en valenciano delante de sus compañeros. 

El alumno afirma en su publicación que, a principio de curso, ninguna de las personas con las que compartía aula usaba el valenciano, pero este hecho no le impidió ser fiel a su idea de querer hablar en esta lengua. Eso sí, su determinación de utilizar el idioma que da nombre a muchas de nuestras costumbres, palabras... e incluso a nuestra propia comunidad, no fue lo que convirtió su tweet en un alegato en favor del valenciano.

Ese mérito recayó seguramente en la reacción que tuvieron sus compañeros de clase, que lejos de adoptar una actitud reacia, se animaron poco a poco a responder también en el mismo idioma. "Ahora, a final de curso, casi un tercio de la clase habla valenciano entre ellos", detalla en un tweet que ha conseguido más de 4.000 interacciones.

Quizá su relato no represente más que un hecho cotidiano y corriente, como el que viven multitud de familias, que de una manera espontánea y natural, convierten a los nuevos miembros que van llegando en valencianohablantes. Un acto sencillo, común y normal, sí, pero cargado de un enorme valor cultural, que por muy cotidiano que sea, tal vez sí merezca ser viral.

No sería justo hacer noticias de casos aislados en los que el valenciano ha sido un foco de conflicto, y no hacerlo de anécdotas como esta, que demuestran que las lenguas, lejos de ser un arma arrojadiza, vertebran sociedades y unen más que separan.