En los 27 años que lleva la fuente de Bañuls como centro neurálgico de las mascletás de Hogueras, el monumento ha sufrido varias intervenciones de calado, desde su desmontaje y traslado en 2006 para su rehabilitación mientras se ejecutaban las obras de la estación del TRAM a la última restauración, en 2021, con una inversión de 300.000 euros. Sin embargo, las mascletás como una de las causas del deterioro del monumento están en el punto de mira desde que, hace casi una década (en septiembre de 2013), el Ayuntamiento decidió eliminar los disparos pirotécnicos de Luceros para evitar daños mayores al monumento, pidiéndole a la Federación de Fogueres ubicaciones alternativas.
El entonces concejal de Cultura, Miguel Valor, del PP, subrayaba la importancia de trasladar las mascletás y explicaba que "la fuerza de la onda expansiva de los espectáculos pirotécnicos se asemeja a la vibración que provocaría el golpear la obra con un mazo de goma de forma repetida", un hecho, que según afirmó, estaba avalado por informes técnicos municipales, que advertían de que las ondas expansivas y la pólvora provocan fisuras y dañan la piedra del monumento. Ocho meses después, las mascletás "volvían" a Luceros: el Ayuntamiento daba marcha atrás en la decisión de llevarse los fuegos a otro lugar.
Según han coincidido reiteradamente distintos expertos, el que la fuente se estropee continuamente y reaparezcan los desperfectos no tiene una sola causa sino una suma de varias. Desde la mala calidad de los elementos empleados en la construcción (1930) a su corrosión por el agua junto a agentes externos como el tráfico, el paso del tranvía, el clima salino y los espectáculos pirotécnicos que se disparan cada año. Para colmo, en 2019 un hombre golpeó los caballos con un martillo. Sin olvidar que el entorno es escenario de celebraciones deportivas, manifestaciones y actos de índole similar.
El debate del impacto de las mascletás en el bien patrimonial se reabre con la vuelta de las Hogueras tras la pandemia y con ello del concurso pirotécnico a raíz de la denuncia en Fiscalía de un grupo de defensa del patrimonio y de que la Conselleria de Cultura haya enviado un requerimiento al Ayuntamiento en el que le da diez días para que comunique las medidas que piensa tomar para impedir la afección negativa del monumento, incorporando además la justificación técnica sobre la idoneidad de las mismas.
Este año se lanzarán siete mascletás, entre el 18 y el 24 de junio, frente a las 13 de 2019, último año de Hogueras, sumando las de los fines de semana de la primera mitad de junio. Además, por la crisis, las pirotecnias lanzarán menos pólvora. Hace tres años la mayoría rozaban el máximo permitido, 150 kilos de pólvora. Pero entonces el monumento estaba sin restaurar y ahora luce en buen estado.
En el informe firmado por el Servicio Territorial de Cultura se hace referencia a las noticias aparecidas en medios de comunicación del riesgo que, para el monumento supone el disparo en su entorno inmediato de la pólvora como bien integrante del patrimonio histórico o cultural; explicando que el inmueble conocido como fuente de Levante figura en el Catálogo de Protecciones de Alicante como Bien de Relevancia Local sujeto a protección general integral. En la evaluación patrimonial apuntan a una de las posibilidades que ya señalaron en 2017 expertos de la Universidad de Alicante en un estudio que se publicó en una revista científica, como es reubicar el punto de detonación.
Este requerimiento a las puertas de las fiestas ha causado una enorme polvareda, con el alcalde de Alicante afirmando que no permitirán que las mascletás se muevan de Luceros mientras que la directora general de Cultura y Patrimonio de la Generalitat, Carmen Amoraga, ha indicado que se limitan a solicitar las medidas de protección que se aplicarán en la fuente durante las mascletás como Bien de Relevancia Local.
Marcha atrás
¿Por qué decidió el Ayuntamiento dar marcha atrás al traslado de los fuegos cuando ya lo había anunciado públicamente y había incluso una ubicación elegida, la plaza de la Estrella? Esta alternativa fue votada por los festeros pero fue descartada por problemas con el tráfico, los autobuses, la estación del AVE y los patrocinadores. La mascletá nunca llegó a salir de Luceros, pero desde entonces, cada vez que se deteriora el monumento, los fuegos se sitúan en el punto de mira. Se decidió aislar la fuente con mamparas de metacrilato, que son los cajones que desde entonces cubren los caballos durante las mascletás.
Cada vez que se restaura la fuente, tampoco dura demasiado en buen estado. Se rehabilitó en 2003 con un coste de 360.000 euros y a los dos años volvía a presentar deterioro. En 2006 fue desmontada por las obras del tranvía debajo de la plaza y fue restaurada. Sin embargo, la Conselleria de Infraestructuras (el Consell estaba entonces en manos del PP) destrozó el vaso al considerar que era de mala calidad puesto que "estaba hecho con mampostería y un tipo de escombro apelmazado, que era lo que producía las filtraciones de cal", explicaron entonces.
También destruyeron la base de la escultura al entender que no era parte artística. Al año siguiente la fuente fue reinstalada en la plaza pero las manchas rojizas en el conjunto reaparecieron pronto. En 2011 volvieron a aparecer fisuras por falta de mantenimiento y en 2013 una de las esculturas se rompió por la oxidación de las tuberías de hierro y volvieron a aparecer grietas, lo que motivó la decisión del Ayuntamiento del fallido traslado de las mascletás.
En 2017 un temporal de viento provocó nuevos desperfectos en la escultura de Bañuls y el gobierno tripartito de izquierdas optó por sacar moldes para reemplazar las piezas dañadas. Una restauración que tardó cuatro años en realizarse por la falta de presupuesto y de voluntad política mientras el monumento acumulaba multitud de desperfectos.
Protección insuficiente
El departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Alicante hizo en 2016 y 2017, por encargo del Ayuntamiento, mediciones de las vibraciones de las mascletás de Luceros, acreditando científicamente que las aceleraciones máximas de la pirotecnia superan estándares europeos. En esta investigación se basa la Conselleria de Cultura para requerir al Ayuntamiento que explique las medidas de protección de la fuente.
En ese estudio, titulado "Evaluación dinámica de una fuente histórica bajo carga explosiva" y publicado en 2017 en la revista científica Science Direct, los investigadores Javier Baeza, Salvador Ivorra, David Bru y F. Borja Varona concluían la insuficiencia de las pantallas de protección instaladas en la fuente durante las fiestas de Fogueres de Sant Joan 2016, cuando llevaron a cabo los análisis del impacto sobre la fuente de las mascletás.
"Los niveles de aceleración registrados tanto a nivel de suelo como a tres metros de altura sobre el monumento superaban los límites recomendados de diferentes estándares. Por lo tanto, las pantallas protectoras alrededor de cada estatua de caballo no son suficientes para garantizar su conservación. Las vibraciones del suelo transmitidas directamente desde el punto de detonación y a través de la losa de hormigón armado de la estación subterránea son más importantes que el efecto de presión de las cargas explosivas aéreas. Por lo tanto, se deben considerar medidas adicionales", reza en el documento del Consell, que incluye las conclusiones de los expertos en el apartado de evaluación patrimonial.
Entre esas medidas adicionales que también propone el Servicio Territorial de Cultura, aparece una medida que los expertos mencionaban. Se trata de la instalación de una plataforma entre las cargas a explosionar y el pavimento, de manera que se puedan utilizar elementos adicionales de amortiguación para el control de las vibraciones más nocivas causadas por la detonación de pirotecnia que, según el resultado del análisis, son las de transmisión terrestre. Otra opción es la reubicación del punto de detonación.
Otras ubicaciones
Parecen muy lejanos los tiempos en los que las tracas y petardos propios de estos fuegos se disparaban en otros puntos de la ciudad de Alicante. Pero así era. Hubo otros sitios antes de Luceros, cuatro ubicaciones en los 32 años que se lleva celebrando el concurso pirotécnico. Éste se inició en 1988 por iniciativa de Conrado Albaladejo, que presidía la Gestora de Hogueras, y del alcalde Lassaletta. Se estrenó en la Rambla. Al año siguiente, 1989, se llevó a Alfonso El Sabio.
El concurso se llevó por primera vez a Luceros en 1990, donde se disparó también al año siguiente. En 1992 se trasladó al paseo de Campoamor, donde no tuvo ningún éxito, y en 1993 volvería a Luceros, hasta la actualidad. Es el lugar donde más espectáculos se han celebrado en la historia de este concurso.
