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UN AÑO PARA EL 28-M Natxo Bellido Suay Portavoz municipal de Compromís

"Tenemos una ciudad paralizada, más desigual, sin liderazgo político y que no atiende a la emergencia climática, su principal reto de futuro"

El portavoz de Compromís lamenta que el bipartito de PP y Ciudadanos prefiera bloquear iniciativas de la Generalitat para poder decir de cara a elecciones que "no ha hecho nada en Alicante" a colaborar "para que esta ciudad tenga unos servicios sociales y unas dotaciones públicas más potentes"

El portavoz de Compromís, Natxo Bellido, en las escalinatas del Jorge Juan ALEX DOMINGUEZ

En menos de un año, los alicantinos estarán convocados a las urnas para elegir a una nueva Corporación municipal. Será el 28 de mayo de 2023. En el tercer año del gobierno del bipartito, INFORMACIÓN ha iniciado una serie de entrevistas con los líderes de los seis grupos municipales en el Ayuntamiento de Alicante. Tras Vox, es el turno de Compromís. El portavoz de la coalición hace balance del gobierno del bipartito de PP y Ciudadanos, con críticas a Barcala por no tener un modelo para la ciudad y por anteponer los intereses electoralistas a las necesidades de los alicantinos.

Se van a cumplir tres años del gobierno del bipartito y ya queda menos de un año para elecciones. ¿Cómo ve la ciudad?

Desgraciadamente, la ciudad está paralizada, sin esa transformación que necesita, que vemos en otras ciudades. Cuando un alicantino viaja a Cartagena, València, Elche, Murcia, ciudades de nuestro entorno, ve que están pasando cosas. Se entiende que tenemos que ir hacia ciudades más sostenibles, más amables, más atractivas. Y en Alicante, desgraciadamente, no estamos viendo nada de eso. Y después de cuatro años de Barcala en la Alcaldía, somos una ciudad más desigual, y eso lo dicen los datos. Han crecido las desigualdades sociales, la pandemia ha sido durísima, la crisis ha sido muy dura y siempre nos afecta más a nosotros que a otras ciudades, con lo cual tenemos una ciudad paralizada, más desigual, que no atiende a su principal reto de futuro, que es la emergencia climática, y que además no tiene liderazgo político.

No podemos pasarnos otra legislatura sin avances considerables en el Plan General

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En este año que falta para las municipales, ¿qué considera que es lo más urgente en Alicante?

Se tienen que situar los proyectos para poder intentar que el mandato pase haciendo cosas. No podemos pasarnos otra legislatura sin avances considerables en el Plan General. Ahora ha habido avances, pero es muy poco respecto a todo lo que se tendría que haber hecho. Hay que poner orden en la respuesta social que está dando el Ayuntamiento a ese crecimiento de la desigualdad. Deberíamos establecer una agenda común, reivindicativa. Tenemos la Agenda del Tren, donde nos jugamos también parte de la transformación de esta ciudad, con los vecinos movilizados y un gobierno ausente de todos estos debates. Y deberíamos ser capaces de ver qué hacemos con todo el dinero que está en los bancos y que no está en los barrios de esta ciudad.

¿Por qué piensa que Alicante avanza a partir de acciones puntuales que no forman parte de un plan estratégico de ciudad?

Barcala no tiene una ciudad en su cabeza. Nunca la ha tenido. Yo creo que no tiene ni la voluntad de tener esa ciudad en su cabeza. Tampoco tiene la capacidad de liderar nada y creo que lo ha demostrado sobradamente. Obviamente se hacen cosas. Un Ayuntamiento hace cosas: arregla plazas, pone aceras... Pero, ¿hacia dónde vamos? ¿Cómo fortalecemos nuestro modelo económico para ser más resistentes frente a las crisis? ¿Cómo fortalecemos la ciudad ante crisis climáticas o ante una crisis como la que nos ha venido encima como la pandemia? Eso no está en la cabeza de Barcala.

Alicante tiene que tener una Ordenanza de Convivencia porque la tiene casi todas las ciudades, pero no se pueden abordar los comportamientos incívicos, cuando hablamos de colectivos vulnerables, únicamente a base de multas

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Hablando de proyectos clave de este mandato. La ordenanza contra la mendicidad es una de las iniciativas más criticadas desde la izquierda, pero todas las ciudades están aprobando, si no las tienen ya, Ordenanzas de Convivencia Cívica...

La ciudad tiene que tener una Ordenanza de Convivencia porque la tiene casi todas las ciudades y porque además hay que abordar los comportamientos incívicos. Hay que regular las relaciones en la ciudad, pero no se puede hacer, cuando hablamos de la parte social y de colectivos vulnerables, a base únicamente de multas. No pueden ser la respuesta. Porque la ordenanza además se junta con otras muchas cosas, como rechazar un recurso de la Generalitat Valenciana para ampliar el albergue, con tener unos servicios sociales raquíticos. El PP, y más con la extrema derecha, lo que pretende es esconder esa pobreza, invisibilizarla y hacer como que aquí no pasa nada. Pero tenemos una ciudad cada día más desigual y con más familias que lo están pasando mal.

Señala los servicios sociales. ¿A quién responsabiliza de la criticada gestión social: a la concejala Llopis o al alcalde?

Por acción u omisión, el responsable es Barcala. Se ha tenido una respuesta cruel ante la crisis, de insultar a la gente que está ayudando a otros a llenar la nevera. Han hecho muy poquito ante la brecha digital, que no solo afecta a las personas mayores, sino también a los colectivos vulnerables. A la derecha hay una parte de la ciudad que no le interesa. Cuando se gobierna hay que hacerlo para toda la ciudad, con políticas de equilibrio.

El bipartito prefiere poder decir el año que viene que la Generalitat no ha hecho nada a colaborar con el Consell para que esta ciudad tenga unos servicios sociales y unas dotaciones públicas más potentes

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El bipartito critica al Consell por dejar en manos de los ayuntamientos competencias autonómicas, tanto en la gestión de los servicios sociales como en Educación.

En una situación ideal, la Conselleria de Educación debería hacer colegios, sí... Pero el problema es que venimos de donde venimos, de un PP en la Generalitat que lo dejó todo arrasado. Lo que se ha hecho es buscar fórmulas de colaboración y de cooperación, que admito que suponen más trabajo para los ayuntamientos, pero lo están asumiendo todos los ayuntamientos, excepto uno. Torrevieja, Orihuela, Benidorm, ayuntamientos de todo color político... Pero sólo hay uno que se ha declarado en una rebeldía sectaria donde se junta el talante personal de la concejala de Educación y de Acción Social y del alcalde Barcala. Al final a quien se hace daño no es ni a Mónica Oltra ni a Marzà, sino a la ciudadanía. Y eso es uno de los rasgos más definitorios de este mandato. Los gobernantes que tenemos en el Ayuntamiento prefieren poder decir el año que viene que la Generalitat no ha hecho nada a colaborar con el Consell para que esta ciudad tenga unos servicios sociales y unas dotaciones públicas más potentes.

Bellido, tras la entrevista ALEX DOMINGUEZ

Este mandato era, entre otros asuntos clave, el de la renovación de las grandes contratas de la ciudad. ¿Cómo valora los futuros contratos de limpieza viaria y transporte? ¿Se ha aprovechado la oportunidad?

En la contrata de los autobuses se ha perdido una oportunidad, se han recogido alegaciones, pero no se ha sido valiente, no se ha querido dar un cambio radical a la movilidad en esta ciudad. Se han introducido mejoras, pero con las mismas reglas de juego. ¿Es la transformación que necesitamos? No. En el tema de la limpieza, algo parecido. Va a haber más dinero en el contrato, lo cual era absolutamente necesario. Pero en el tema de la gestión de residuos nos seguimos quedamos a la mitad. La puesta no puede ser exclusivamente poner más contenedores de orgánica, sin campañas de concienciación para poder realmente hacer una revolución en la gestión de residuos. Y después tenemos el problema de la planta de tratamiento, que se ha quedado obsoleta y está prácticamente colmatada.

En la contrata de los autobuses se ha perdido una oportunidad, no se ha sido valiente; y en el tema de la limpieza viaria, algo parecido

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¿Cree que la falta de avances en la revisión del PGOU es el gran fracaso de este mandato?

Entre los consensos que salieron en campaña electoral estaban no renovar la contrata de limpieza, y se ha renovado, y avanzar en el nuevo PGOU, y se ha mentido. Barcala dijo que íbamos a tener el Plan General Estructural y el Plan General Pormenorizado en este mandato. Lo dice porque no sabe de lo que habla y porque le da igual decir verdades que mentiras. Estamos acostumbrados ya a Barcala, no diferencia cuando dice la verdad, que cuando dice la mentira. Obviamente, que el retraso en el PGOU es uno de los fracasos de este mandato.

Usted también ha sido crítico por la acumulación de "ahorros" en las arcas municipales, porque subraya que reflejan incapacidad en la gestión.

Ha habido un factor que es la pandemia, que no lo vamos a negar y que ha afectado a todas las administraciones. Y después se dan varias circunstancias. En Alicante existe un fracaso de la planificación. No se planifica y así es mucho más complicado ejecutar. Si aprobamos los Presupuestos a mitad de año es imposible que se ejecuten a tiempo. Es un problema de organización municipal, porque el Ayuntamiento no es una máquina bien engrasada. Habrá que ser valiente y organizarlo de mejor manera. Y también es un problema del nivel del equipo de gobierno que tenemos, que es bajísimo. Se tapa porque no generan ruido, pero es que no generan nada, ruido tampoco.

Barcala no diferencia cuando dice la verdad y cuando miente

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Durante este mandato, desde la bancada de la izquierda se han ofrecido muchas recetas. ¿Considera que los exsocios tienen credibilidad entre la ciudadanía después de la experiencia del tripartito?

Creo que ya hemos pasado pantalla. Ahora lo que tenemos que examinar son los cuatro años del gobierno de Barcala. Claro que el tripartito no salió bien, es obvio que acabó con el transfuguismo político, pero estuvo gobernando sólo dos años y medio, y le dio para que esta ciudad no tuviese amo y para quitar la sombra de corrupción que existía.

Cuatro años y medio después de la ruptura del tripartito, ¿cómo están las relaciones entre los grupos de la izquierda?

En general, las relaciones este mandato han sido bastante buenas, y de hecho se han hecho bastantes iniciativas conjuntas. Tenemos matices, claro; tenemos cosas que discutimos, por supuesto. Y tenemos cosas en las que no estamos de acuerdo, también. Pero creo que en estos momentos la relación entre las fuerzas progresistas es buena y además se va a intensificar.

La idea de Yolanda Díaz es atrayente, puede sumar. Compromís siempre ha estado en espacios de sumar, de cooperar. Lo que está claro es que ese espacio, en el País Valenciano, pasa por Compromís

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En la izquierda existen disparidad de opiniones sobre la última polémica en la ciudad: la ubicación de las mascletás de Hogueras. Ustedes se han manifestado en contra de que se lancen en Luceros, pero ahora dicen que no es el momento de ese debate. Explíquese.

A mí personalmente me encantan y disfruto como cualquier alicantino de las mascletás en Luceros. Pero creemos que hay que tener un debate sobre la afección a la fuente y al patrimonio. Pero a dos semanas de Fogueres, no se puede hablar de que las mascletás tengan que cambiarse de ubicación porque no es posible y porque creemos que después de dos años sin Hogueras debemos evitar la polémica para que se celebren toda normalidad. Nosotros, en el pleno de junio, una semana después de Fogueres, pediremos al equipo de gobierno que se encargue un informe sobre la afección y el impacto de las mascletás en el monumento y que se vaya trabajando en buscar una ubicación alternativa. Vamos a pedir un debate con tranquilidad, con seriedad, con tiempo por delante, sin ningún drama, como se ha hecho en otros momentos en esta ciudad. Y esperamos que se puedan tener debates de esta ciudad sin caer en la demagogia y el populismo.

Y respecto al futuro del Hércules, ¿qué opina? ¿Debe interceder el Ayuntamiento para forzar la salida de Enrique Ortiz?

El alcalde tiene que mostrar claramente que el futuro del Hércules no puede pasar por Ortiz. El pasado y el presente ha pasado por él, porque así lo quiso el Partido Popular, porque cuando le regaló y le dio las llaves de esta ciudad, también le dio las llaves de su equipo de fútbol. Hay que hacer toda la presión desde la ciudad y también desde el Ayuntamiento al señor Ortiz para decirle que es el momento de buscar soluciones que pasan por que se aparte de la gestión y la propiedad del equipo.

El alcalde tiene que mostrar claramente que el futuro del Hércules no puede pasar por Ortiz

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En las últimas elecciones municipales, las principales alternativas para el votante de izquierdas eran tres en la ciudad de Alicante. ¿Cómo cree que se presentará el eje progresista en las municipales de 2023? ¿Habrá nuevas alianzas?

Es un camino que hay que ver, nosotros estamos abiertos a todo. Hablando de ese espacio de suma del que se habla ahora, con Yolanda Díaz abriendo un proceso de colaboración, Compromís siempre ha estado en espacios de sumar, de cooperar. Lo que está claro es que ese espacio, en el País Valenciano, pasa por Compromís. Y a partir de ahí, veremos. Eso no significa que no haya que ser ni generoso ni limitarnos a los liderazgos. Tenemos que sentarnos y hablar en busca de la fórmula más inteligente. Considero que la idea de Yolanda Díaz es atrayente, que puede sumar.

Gente de dentro y de fuera de Compromís me está animando a que me vuelva a presentar en las próximas elecciones

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Cuando lleguen las próximas elecciones, Bellido llevará ocho años en el Ayuntamiento de Alicante. ¿Hay todavía ilusión por seguir o se abre a nuevos retos en la política o incluso fuera de ella?

Ilusión hay para todo, pero la decisión no está tomada. Además, no tiene que ser una decisión personal, sino colectiva. Y es verdad que estas cosas ya se empiezan a hablar. Yo tengo gente de dentro y de fuera de Compromís que me está animando a que me vuelva a presentar en las próximas elecciones. Pero esto es un proceso de hablar con mucha gente, y después se tomarán decisiones colectivas que deben tener un consenso lo más mayoritario posible dentro de la organización.

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