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El hambre no se va de fiesta

Un 20% de la población de Alicante vive en la pobreza - La situación se ha cronificado para buena parte del colectivo, que necesita de la ONG para poder subsistir

Una de las 15 personas que atiende el comedor sirve platos de comida ALEX DOMINGUEZ

Las luces en las calles, los ninots preparados y las barracas a punto para ser montadas…. Alicante se prepara para vivir unas Hogueras con toda la ilusión y ganas de desquitarse de la pandemia. Mientras buena parte de la ciudad tiene ya la mente puesta en su agenda social de la semana que viene, otra parte de la ciudad vive pensando en qué comerá esos días y dónde podrá dormir.

Esa cara B de la ciudad no es pequeña, un 20%, según el último informe de la Fundación Foessa. 60.000 personas que viven bajo el umbral de la pobreza, en una situación crónica ya para muchos de ellos, y que subsisten gracias a las ayudas que dan las ONG de la ciudad. Entidades como el comedor de San Gabriel, donde a diario se sirven entre 100 y 140 menús. En este local comparten mesa y mantel pobres de toda la ciudad, cada uno con su mochila personal a cuestas que les ha empujado hasta el último escalón de la pobreza y la exclusión.

Dos mujeres comen este jueves en el comedor social de San Gabriel ALEX DOMINGUEZ

Hay un personas con enfermedad mental; extranjeros que trataron sin conseguirlo de probar suerte en Alicante; en los últimos meses algunos ucranianos que han huido de la guerra y también muchas personas mayores con pensiones ridículas que no tienen más alternativa que recurrir a las ONG para poder salir adelante. Es el caso de Víctor Quicaño, un peruano de 79 años que lleva más de 20 residiendo en la ciudad. Con 350 euros al mes vive en una casa ocupada que comparte con una mujer rusa y sus tres hijos. “Mi situación es mala, porque ya ni siquiera tengo edad de trabajar, pero hay gente peor que yo, que está durmiendo en la calle”, se consuela este usuario del comedor de San Gabriel.

También Rafael León cobra una pensión no contributiva de la que descuenta 150 euros para pagar un alquiler. “Subsisto gracias a que me dan comida aquí y a que recojo algo de chatarra, porque no hay nada más . Los servicios sociales no te ayudan en absoluto y en otras asociaciones sólo reparten bocadillos, y eso no es alimento”. La semana que viene el comedor de San Gabriel se tomará unos días de descanso, así que León iba este jueves dándole vueltas a cómo se arreglará esos días sin un plato caliente que echarse al estómago.

Antonio Moya está al frente de este comedor social que lleva años alimentando a los más pobres de la ciudad. Años en los que no se ve que la pobreza afloje, pero en los que sí aprietan los problemas. El último ha sido una reducción en la aportación de alimentos al comedor por parte de algunos de sus proveedores principales. Así que toca hacer equilibrios para alimentar diariamente a más de cien bocas.

En el comedor se sirve a diario un menú de dos platos, con postre, enlasada y pan ALEX DOMINGUEZ

El menú de este jueves, callos y segundo carne a la plancha con patatas con ensalada, postre y pan. Los usuarios esperan pacientemente su turno en la puerta, porque el comedor no tienen capacidad de acoger a todos a la vez. Una vez han terminado de comer recogen sus platos, tiran los restos a la basura y ceden su sitio a otra persona. El comedor lo atienden 15 personas, entre voluntarios y gente que cumple trabajos en beneficio de la comunidad.

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