No beber, no fumar y comer sin excesos. Son las claves para una larga vida según Eduardo Seva Santo, que acaba de cumplir 100 años. Nacido en Alicante el 7 de junio de 1922, es un hombre de buen ánimo que intenta mantener la mente activa leyendo y repasando sus libros en inglés. El centenario, que ya piensa en cumplir 101, celebró junto a su familia y algunos amigos el importante acontecimiento. Tiene dos hijos, Eduardo y Romualdo, y seis nietos, entre ellos Isabel, profesora de Piano, que acudió a la entrevista de este diario con el protagonista.

En la provincia de Alicante hay, a fecha de julio de 2021, último dato publicado por el Instituto Nacional de Estadística, 381 habitantes con 100 años o más, un 0,02%. De ellos 95 hombres y 286 mujeres. Es la novena provincia en personas en este rango de edad, por detrás de Madrid, Barcelona, Valencia, A Coruña, Pontevedra, Asturias, Sevilla, y Zaragoza.

Una década antes los centenarios en la provincia eran 275; por 141 hace dos décadas. Por entonces Alicante era la sexta provincia con más centenarios, por detrás de Madrid, Barcelona, Valencia, Asturias y A Coruña, según los datos del INE.

"En guerra tenía 13 ó 14 años y claro que me acuerdo. Mi hermano y yo nos íbamos al Castillo porque allí había una roca y un huequecito y nos echábamos y desde allí veíamos los bombardeos"

Eduardo Seva - Centenario

Resumir toda una vida en pocas palabras y más si se llega a los 100 años es complicado. A la hora de recordar, Eduardo tiene muy vívidos momentos vividos durante la Guerra Civil. Aún vive en la casa familiar próxima a las escaleras del Jorge Juan pero afirma que nunca se escondió en el refugio de General Marvá. "En guerra tenía 13 ó 14 años y claro que me acuerdo. Mi hermano y yo nos íbamos al Castillo porque allí había una roca con un huequecito; nos echábamos y desde allí veíamos los bombardeos". También habla del hambre que pasaron pues se alimentaron durante mucho tiempo solo de pan de centeno negro y naranjas.

También habla de los estudios de Comercio, de las clases Mecanografía y Matemáticas, y de su empleo en el Banco Hispanoamericano, que estaba en la Rambla, donde ahora se encuentra el Museo de Hogueras. "Fui empleado de banca, cuarenta y tanto años encerrado", señala. De la mili cuenta que pasó dos años en Palma de Mallorca que pudo compaginar con un trabajo en un banco y el último en Barcelona, "tuve la desgracia de que nos metieron en el cuartel y ya no pude hacer nada, terminar la mili allí", señala.

"Mi abuela le cocinaba sin sal, le preparaba siempre comidas muy sanas y casi de régimen, por el problema que menciona mi abuelo del estómago"

Isabel Seva - Nieta

Los problemas de estómago que ha tenido casi toda su vida cree que pueden haber ayudado a que viva tantos años, porque desde que estudiaba ha estado prácticamente a régimen. Su nieta Isabel apunta que "mi abuela, Pepita Román, que murió en 2011, había nacido en 1924. Mi abuelo siempre cuenta (y es verdad) que lo han cuidado mucho primero su madre y después mi abuela. Mi abuela le cocinaba sin sal, le preparaba siempre comidas muy sanas y casi de régimen, por el problema que menciona mi abuelo del estómago".

También ha hecho deporte y nadaba aunque ahora le cuesta, afirma, caminar. "Según el médico, debo salir todos los días a dar una vuelta pero no tengo las piernas como las tenía antes, las tengo más flojas". "Se ha cuidado uno, no he fumado y no he bebido alcohol porque el estómago lo he tenido mal toda la vida, y he estado a régimen, y yo creo que ha sido la causa principal" de llegar al siglo de vida. "Lo que hay que hacer es no hacer excesos de nada. Ahora es cuando mejor estoy con un nuevo medicamento que tomo en ayunas y estoy comiendo cosas bien", añade.

"Mi abuela falleció de un infarto y todos pensamos que sin ella cómo se las iba a apañar mi abuelo. Pero con comida que le lleva mi padre y su hermana, y la chica que lo cuida se ha apañado estupendamente"

Isabel Seva - Nieta

Aunque dice que le cuesta ponerse en marcha, está ágil para su edad y se apaña de forma autónoma. "Mi abuela falleció de un infarto y todos pensamos que sin ella cómo se las iba a apañar mi abuelo. Pero con comida que le lleva mi padre y su hermana, y la chica que lo cuida se ha apañado estupendamente. Esta chica está por las mañanas, le limpia la casa, lo ayuda con el aseo, etc.. y le deja la comida preparada. El resto del día mi abuelo vive solo", apunta de nuevo su nieta.

El centenario, en su domicilio de Alicante Rafa Arjones

"Felices 100. Vamos a por el siguiente", dice su hijo Romualdo mientras celebran el cumpleaños. Su padre centenario contesta: "yo creo que sí". A lo que Romualdo apunta "es un privilegio tenerte aquí". Sobre su celebración de cumpleaños, explica que "ha venido toda la familia, hemos comido juntos y lo hemos pasado estupendamente. Lo que es menester es que podamos repetirlo varios años más".

Desde la perspectiva que le dan los años, señala Eduardo Seva que el tiempo pasa volando, lo que se refleja también en su ciudad. "Alicante ha cambiado completamente. El trozo de la plaza de los Luceros y sus adyacentes es de lo mejor que hay".

"Alicante ha cambiado completamente. El trozo de la plaza de los Luceros y sus adyacentes es de lo mejor que hay"

Eduardo Seva - Centenario

Sobre su familia, cuenta que tiene dos hijos. "Después de nueve años del primer niño vino el segundo y la señora dijo que quería la nena. Le dije que la trajera pero con 28 o 30 años, y me dejó de hablar de nenas", explica con muy buen humor. Sobre sus nietos, dice que "se portan bien, vienen de visita. Hasta el que creíamos un poco rebelde ha venido a felicitarme".

Sobre las cosas malas, recuerda sobre todo los tres años de guerra, "pasamos más hambre que un grillo de ferretería". Aparte de pasar tres años de su vida en el servicio militar, "menos mal que ya está suprimido. Aquello era malísimo. Nos llevaron a un campamento que no había agua potable, casi ya de noche y nos tiraron al mar para que nos limpiáramos. Los colchones eran de paja en el suelo".

"Menos mal que la mili está suprimida. Aquello era malísimo. Nos llevaron a un campamento que no había agua potable, casi ya de noche. Los colchones eran de paja en el suelo"

Eduardo Seva - Centenario

Te puede interesar:

Afirma Eduardo Seva que sigue leyendo pero le cuesta "retener, no sé si serán los años". Hace unos años le pidió a uno de sus hijos el libro de inglés, idioma que ya conocía, y al que traduce la frase "La vida es lo mejor". "Aprendí inglés hace tiempo y ahora estoy machacándolo para que no se me olvide".

Felicidades y que cumpla muchos más.