Inevitable preguntar por estos dos años de pandemia… ¿qué balance económico hace de ellos?

¿Hasta dónde ascienden las pérdidas? No es un buen balance ni de lejos. Las perspectivas que teníamos se han ido ennegreciendo con cada una de las suspensiones consecutivas de las Hogueras, donde los talleres han tenido que subsistir con presupuestos obsoletos, únicamente válidos para un ejercicio, que es la finalidad que tiene el contrato entre artistas y comisiones.

No podría darle un dato de pérdidas, pero sí podría decirle que es la crisis más grave económicamente a la que se ha enfrentado el sector de los artistas de Hogueras en lo que llevamos de historia. Un desastre.

Y anímicamente, ¿cómo lo ha llevado el sector?

Pues con mucha resignación y desánimo. Los artistas en general están muy desilusionados y con la vista puesta en qué hacer con su futuro. Si ya de por sí es un trabajo muy vulnerable por el margen tan corto de beneficio que hay, con todo lo que ha ocurrido, se ha generalizado un desánimo.

Han sido tres largos años angustiosos, donde las relaciones entre comisión y artista se han hecho más longevas de lo habitual y donde los problemas referentes a la hoguera que les une se han multiplicado exponencialmente. Lo que sí podemos sacar de positivo es que la gente ya ha asumido, por fin, que no podemos seguir como hasta ahora en cuanto a volúmenes y demás. No hay mal que por bien no venga.

¿El gremio de artistas ha encontrado algún tipo de ayuda o solución para paliar estas consecuencias económicas?

El gremio de artistas ha tenido que buscar y pedir auxilio a todas las instituciones y administraciones habidas y por haber. Hubiéramos preferido la mejor ayuda posible: trabajar. Y de alguna forma, estamos enormemente agradecidos por ello a la Diputación de Alicante, que destinó en 2021 337.000€ y en 2022 500.000€ a la realización de decoraciones y trabajos navideños en ayuntamientos de la provincia, un balón de oxígeno económico y real.

Por su puesto sin olvidar las diferentes ayudas de autónomos, artesanía y una subvención para el mantenimiento de las Hogueras, que puso en marcha el Ayuntamiento de Alicante. Aunque, repito, que la mejor ayuda era poder trabajar y no perder con ello mano de obra que lamentamos enormemente haber perdido todo el tiempo de parada.

¿Cómo encara las fiestas que están por venir?

Las encaro con agotamiento, con el cerebro saturado de todo lo que hemos vivido. Esto nos ha quemado años de vida psicológica en poco tiempo. Me entristece decir que tenemos ganas de que lleguen las Hogueras para cerrar un ciclo, dudo mucho que podamos disfrutar de ellas. A nosotros se nos ha pedido mucho más de lo que podíamos dar y sobre todo más de lo que deberíamos haber hecho, a nuestras espalda hay una gran responsabilidad que no nos merecemos tener.

¿Se ha reinventado la creación de monumentos?

No. Las Hogueras estaban en procesos muy avanzados y no ha dado tiempo de reinventarlos. Otra cosa es la evolución técnica que constantemente vivimos en nuestra profesión, que nos hace reinventarnos diariamente. Si se refiere a reinventarnos para subsistir, tristemente y en muchos casos, ha tenido que ser así, para poder comer.

En las últimas Hogueras celebradas, las del 2019, se apostó por la crítica social, ¿qué reflejarán este año los ninots?

Pues sin conocer en profundidad lo que los y las artistas nos tienen preparados, estoy convencido que todo aquello más actual sí ha podido ser plasmado, y supongo que las críticas se habrán tenido que modificar para adaptarlas al día a día.

De lo que estoy seguro es de que vamos a ver críticas más allá de lo que estamos acostumbrados, porque como digo, el sector está muy pero que muy resentido en general. Hay quien cree que lo ha hecho bien de cara a nosotros, y la realidad es muy diferente y eso se traducirá en alguna que otra escena crítica al respecto de esta crisis del coronavirus que hemos padecido.

En cuanto a los nuevos constructores, ¿han decaído los aspirantes o resurgen con más fuerza que nunca?

La juventud es un divino tesoro. Tiene un efecto brutal en la vitalidad, el júbilo y las ganas de comerse el mundo. No me cabe duda que los nuevos artistas estarán a la altura de lo que se espera. Respecto a los nuevos, si yo fuera uno de ellos, me pensaría muy mucho entrar en esta profesión después de ver lo que hemos vivido. Nos hemos puesto al límite. Por ahora no tenemos conocimiento de aspirantes a entrar en el gremio de artistas.

¿Cree que los artistas de Hogueras tienen el protagonismo y atención que merecen?

Para nada. Y además le voy a contestar a esta pregunta con rotundidad. Si el protagonista principal de la Fiesta es la Hoguera, y ésta ha perdido su protagonismo, cómo esperamos tener nosotros el nuestro.

Somos creadores de auténticas obras de arte únicas en el mundo, somos una profesión autóctona de nuestra Comunidad y no se valora lo suficiente, pero tampoco a nivel político. De hecho le digo más, a nosotros nos ha ayudado de alguna manera diferente por ser las Fallas las que se suspendieron.

Si toda esta crisis hubiera ocurrido cualquier otra fecha del calendario que no hubieran habido fallas y hogueras en la calle listas para plantar, esta entrevista hubiera tenido otro tono, porque no se habría acordado nadie de nosotros.

La crisis de la pandemia se solapa con la imparable subida de precios, y en consecuencia el encarecimiento de materiales, ¿cómo se van a afrontar los presupuestos de 2023? ¿Cómo afectará esto a los monumentos del próximo año?

Somos conscientes de la que se nos viene encima, todavía más. Los precios no se han disparado, están por las nubes. Es la puntilla a nuestro desgaste y si a eso le añadimos que ya nos van avisando los indicadores que las comisiones también sufrirán merma económica, pues ya podemos vislumbrar el 2023. Nosotros vamos a abordar muy seriamente este tema en nuestra próxima reunión porque así no vamos a ningún lado y es necesario abordar el problema de raíz.