Casi le tiemblan a uno las manos cuando se dispone a redactar estas líneas sobre la Feria Taurina de San Juan de 2022. Ni la más visionaria de las ficciones distópicas que abundan en películas y series de ciencia-ficción habría podido pergeñar un guion como el que hemos vivido en estos últimos años. Y eso a pesar de que, en el apartado taurino, en 2021 la afición pudo disfrutar de los festejos sanjuaneros en formato reducido y con todas aquellas restricciones que ahora nos parecen tan lejanas. Sin embargo, nada podía ser igual.

Porque decir toros en Alicante es decir Hogueras, y viceversa. El pasodoble Club Carratalá que abre cada tarde de fiesta en el coso de la Plaza de España va ligado en la memoria sensorial al ruido y el olor de la pólvora. El paseo que lleva hasta el coso no se entiende igual sin el vistazo a los monumentos fogueriles que jalonan ese espacio. Y es así desde 1928, que ya ha llovido lo suyo.

Desde aquellas primeras «Fogueres de San Chuan», las que se convertirían con el paso de los años en fiestas principales de nuestra ciudad (relegando a las cercanas de San Pedro) nacieron y vivieron siempre asociadas a las fiestas del toro, de manera que, le pese a quien le pese, no se entienden las unas sin las otras.

Por toda esa tradición secular interrumpida de golpe por el dichoso coronavirus, este año resulta tan especialmente emotivo y diferente. Hay ganas de fiesta, pero muchas más que nunca. Y para los amantes del toreo se presenta una cartelería de lo más atractiva posible.

Por calidad y cantidad, podemos estar ante la mejor feria de las últimas décadas, pues se combina la presencia de alicantinos de todos los escalafones junto a los principales valores del toreo mundial. No están todos los que son, porque no se puede plantear una feria infinita más allá de los límites de fechas lógicos; pero sí son todos los que están, que es, a la postre, lo que verdaderamente otorga fuste a cualquier ciclo como el fogueril.

El peso de la feria recae en dos nombres fundamentales. José María Manzanares es el torero más importante que ha dado nuestra geografía en lo que va de siglo. Nadie puede ponerlo en duda. Que no pase por su momento más dulce no resta un ápice de interés a su doble presencia las tardes del 23 y el 24, puesto que ya ha demostrado de sobra su especial empaque y personalidad por todas las latitudes, incluidas las dos plazas más importantes del mundo (Sevilla y Madrid), a las que se podrían añadir también francesas y americanas.

José María Manzanares es el torero más importante que ha dado nuestra geografía en lo que va de siglo. Manuel Lorenzo

La afición alicantina, además, vive una especial identificación con él, pues siempre se ha mostrado cercano y fiel a su patria chica. Compartirá esa responsabilidad de la doble comparecencia Morante de la Puebla, el 24 y el 25. De arrollador genio, quizá estemos ante el torero más completo de la historia, que ya es decir. Su tauromaquia es un sabio compendio de todos los estilos conocidos, y en él convive lo más clásico y tradicional con lo más barroco y atrevido. La vanguardia del toreo del sevillano se nutre de una vuelta a las raíces, de un picoteo de entre los mejores sabores que haya tenido el arte de Cúchares desde sus inicios. A su plasticidad tan evocadora hay que sumar una capacidad lidiadora y una solvencia impropias de los toreros de su corte, esos llamados «artistas», que pocas veces han contado con el sello de la regularidad.

En nuestra plaza conocemos la mejor faceta del torero de la Puebla del Río, y en diferentes versiones. Y la más excéntrica también, desde apuntillar a un toro sin descabello hasta regar él mismo la arena con la manguera, pasando por regalarle unas gafas al usía de turno por no conceder los trofeos que demandaba la mayoría del público. Un artista así nace una vez cada cien años. O menos.

Cartel redondo para el 24

La tarde del santo, junto a Manzanares y Morante se acartela Pablo Aguado, el último de los diestros llegados por el camino de la sensibilidad. Eclosionó una tarde mágica de abril de 2019 en su Maestranza, y un percance en Madrid impidió que se presentara aquel mismo año en la «terreta». La pandemia no le ha permitido asentarse como debiera, pero mantiene el interés de atesorar un concepto muy natural, templado y conmovedor. Los tres se las verán ante un encierro del nuevo hierro de Álvaro Núñez, procedencia de Núñez del Cuvillo, camada que dirigió muchos años.

Tremendo atractivo mantiene también la terna del 23 que, con Manzanares, completarán David Fandila «El Fandi», un diestro muy del gusto de los tendidos bullangueros del coso alicantino que siempre ofrece espectáculo y color, y que ha triunfado repetidamente gracias a su entrega y variedad en los tres tercios; y el huracán peruano Andrés Roca Rey, que sigue tan arrollador como antes de los dichosos confinamientos. El limeño es el último revolucionario del escalafón, y su entrega y contundencia han rendido ya, con apenas 25 años, a todas las aficiones del planeta taurino. Los astados de esa tarde lucirán la divisa de Victoriano del Río.

Otro cartel redondo se anuncia para el 25, pues a Morante le acompañarán dos toreros de muy diferente tono. Uno será Alejandro Talavante, que anda en tiempos de vuelta a los ruedos tras su paréntesis de descanso voluntario desde octubre de 2018. Sus cualidades son de sobra conocidas y sigue contando, a pesar del parón, entre los principales reclamos para todas las ferias.

Y Tomás Rufo, por otro lado, es novísimo y está dejando sorprendidos a propios y extraños. Es el primero fenómeno post-pandemia, pues se doctoró en septiembre de 2021 y ya ha abierto las dos puertas grandes más importantes en menos de un mes. Sevilla y Madrid se rindieron por igual ante el temple y las formas exquisitas de este espada que está llamado a liderar las pasiones taurinas en los próximos años. Los toros llevarán el hierro de Juan Pedro Domecq, que en Alicante han lucido lo mejor y lo peor. Ojalá toque cara este año.

Las corridas de toros del abono se completan con el interesante cartel del día 22, con una terna peculiar. La encabeza Antonio Ferrera, que salió a hombros el pasado año y repite, por tanto, por méritos propios. El torero extremeño vive en su madurez los mejores años de su profesión, y a su capacidad lidiadora une cierto toque histriónico a la hora de afrontar determinadas suertes. Miguel Ángel Perera, que vivió en nuestra plaza grandes tardes la anterior década, no pasa por su mejor momento, pero tiene más que atesorada su eficiencia y capacidad. Es Ginés Marín, debutante esa tarde, quien aportará la mayor novedad. El torero, formado en la Escuela Taurina de Badajoz, actuará después de haber sufrido un grave percance en la pasada Feria de San Isidro, plaza de la que ya ha salido a hombros dos veces en su corta carrera. La ganadería de Fuente Ymbro añade el punto de casta y emoción al elenco ganadero del serial que es, a buen seguro, la pata más débil de las que lo sostienen.

Novillada con ilusión alicantina

La feria a pie se completa con una novillada picada el domingo 26 de junio. Tres nombres ligados de diferente forma con la ciudad. Borja Ximelis se formó sus primeros años en la Escuela Taurina de Alicante y vuelve a trenzar el paseíllo desde 2018, último año que se dio un festejo de este tipo.

Santiago Esplá encarna el último de los nombres de la dinastía Esplá, en su tercera generación. El hijo de Juan Antonio debutó en Calasparra en septiembre de 2019 y la pandemia segó la posible evolución. Sigue el concepto familiar de torero largo, variado de capote y eficaz banderillero, con personalidad y mucha afición. Su presentación, como cualquier evento que una las palabras Esplá y Alicante, supone un auténtico acontecimiento.

El diestro Andrés Roca Rey en la Feria de San Juan de Alicante.

Y junto a una dinastía señera, otra que se empieza a fraguar con Borja Escudero, hijo del matador de toros Ramón Escudero. Viene con el eco de un toreo de calidad, armónico y no exento de ese corte especial que siempre dota la sangre gitana, tan necesaria para la tauromaquia. Los novillos de Zacarías Moreno llevarán en sus entrañas las mayores o menores opciones de triunfo de los ilusionados aspirantes.

Aniversario en rejones

El espectáculo de rejones que abrirá el abono el 19 de junio reúne dos principales alicientes. El primero de ellos, la celebración de los 25 años de alternativa del benidormí Andy Cartagena, tantos años entre los caballeros con más paseíllos a cuestas.

En Alicante ha disfrutado de actuaciones muy exitosas, y celebrar el cuarto de siglo en plenitud ante su gente supone un verdadero hito. Además, lo hará junto a Guillermo Hermoso de Mendoza, que se ha encaramado a los primeros puestos de su escalafón tras abrir la Puerta del Príncipe en abril.

El hijo de Pablo, el gran animador del arte de Marialva desde los años 90, ha recogido el testigo de su padre a un nivel que pocos esperaban y que, más que una losa, parece que le ha supuesto un revulsivo. Completará la terna la amazona Lea Vicens, que abrió por segunda vez la Puerta Grande de Madrid a finales de mayo. Los toros serán del gaditano Fermín Bohórquez, como viene siendo habitual en los últimos años.

Un lugar para el futuro

Sembrar para recoger el fruto en un futuro no muy lejano es un aprendizaje que la tradición nos ha dejado como argumento inmarcesible. Y en la tauromaquia no podía ser de manera diferente. Por tanto, fundamental es dar oportunidad a aquellos nuevos valores que, desde su juventud e ilusión, ponen todo su empeño y vitalidad en convertirse en toreros. La Escuela Taurina de Alicante lleva a cabo un trabajo ímprobo para formar y ayudar a esa juventud que quiere probar suerte en una de las últimas expresiones culturales que basa su razón de ser en una filosofía de vida más que en el prestigio social, dadas las actuales circunstancias de la fiesta.

Hay mucho más de superación personal, de rito iniciático, de sacrificio y sentimiento en el camino hacia convertirse en matadores de toros que ambición de fama o dinero. Con una verdad inmutable: la muerte presente en la bravura y los pitones del animal totémico. Todo eso, y mucho más, es muy difícilmente vendible en esta sociedad de consumo que se mira en el espejo de las redes sociales, todo superficialidad y estúpida pose, y que cada minuto que pasa deshumaniza más al hombre.

En el espectáculo de rejones del 19 de junio se celebrarán los 25 años de alternativa del benidormí Andy Cartagena. MORELL MORELL

Qué consecuencias dejará el uso indiscriminado de los smartphones y las redes sociales en las generaciones que vienen ahora será asunto que nos traerá el pasar de los años y que habrán de analizar psicólogos, sociólogos y antropólogos. De momento, seguir contando con adolescentes que prefieran sacrificar su ocio en este camino tan duro no deja de provocar sorpresa y cierta esperanza en nuestros jóvenes, que quizá puedan vencer así el marasmo del metaverso y las redes succionadoras de lo social. Allanar el camino a la plaza para que, de manera gratuita, los aficionados puedan asistir a las evoluciones de estos alumnos supone otro acierto de la empresa.

La tarde del 20 se lidiarán astados de Aida Jovani para Cid de María (Escuela Taurina de Guadalajara), Daniel Encinas (Alicante), Roberto Martín (Zaragoza), Alejandro Troya (Alicante), Joaquín García (Alicante) y Javier Cuartero (Alicante), mientras que el 21 saltarán animales de El Parralejo para Ángel Delgado (Úbeda), Nek Romero (Valencia), Angelín (Alicante), Javier Poley (Huesca), Kevin Alcolado (Alicante) y Miguel Losana (Toledo).

Ojalá la suerte esté con ellos y ambas tardes encuentren argumentos para seguir luchando en una ética tan anacrónica ya como auténtica, ajena a los tiempos y paralela a ellos, una isla de verdad entre tanta mentira como se vende en estos tiempos modernos.

Y José Tomás

Se anunció como preámbulo de la feria, aunque en realidad será el epílogo fuera de abono y de San Juan. José Tomás vuelve a Alicante, y a la media hora de ponerse las entradas a la venta de su particular festejo ya se habían agotado las localidades. El 7 de agosto, como era de prever, habrá un lleno absoluto para volver a ver al de Galapagar en su segunda aparición de la temporada.

Antes lo habrá hecho en Jaén el 12 de junio después de tres años fuera de los ruedos, cuando el 22 de junio de 2019 cortó seis orejas y un rabo en Granada. Para Alicante no se han designado todavía ganaderías, pero se sabe que lidiará cuatro reses en solitario en esta nueva modalidad del tipo «Juan Palomo». Los legionarios de José Tomás, que casi se constituyen en secta, podrán disfrutar de este modo de su ídolo en exclusiva, sin tener que compartirlo con otros espadas que puedan perturbar la aparición tomasista.

La anterior actuación del torero madrileño en nuestra ciudad fue en 2016, en pleno debate municipal sobre la tauromaquia, cuando políticos de triste recuerdo se afanaron por intentar ahogar institucionalmente la tauromaquia en nuestra ciudad. Ante aquella afrenta la presencia de José Tomás supuso un aldabonazo tan sonoro como incontestable: se dio la feria con mayor número de abonados de la historia de esta plaza.

Ningún espectáculo de masas superó aquel año (y muchos otros también) a la fiesta de los toros. Aquellos dislates de una izquierda política prohibicionista menos de izquierdas que nunca reforzaron los cimientos de la afición taurina en varias temporadas de aislamiento y ninguneo que hoy, como los confinamientos, parecen lejanos, pero que siempre permanecerán latentes. José Tomás aporta números, argumentos y titulares en prensa que de otra manera no suelen aparecer.

Y por eso sus paseíllos, aunque esporádicos y con escaso compromiso, sean tan de agradecer. Alicante y el toreo estarán en boca de todos por la gracia de su figura. La idolatría seguirá alimentándose. Y que sea por muchos años.