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El calor "activa" las noches tropicales para todo el verano y aumenta el riesgo de gota fría a medio plazo

Los episodios de altas temperaturas se hacen cada vez más frecuentes y más sostenidos en el tiempo, acortando la primavera y el otoño - La provincia vivió una situación similar hace justo ahora 41 años, pero como algo excepcional entonces

La playa del Postiguet de Alicante abarrotada de bañistas durante la ola de calor de estos días. JOSE NAVARRO

Las noches tropicales van a ser una constante en la provincia de Alicante hasta el final del verano, tras la entrada de una primera ola de calor que ha hecho subir a valores extremos las temperaturas, las cuales previsiblemente ya no bajarán de forma notable en los próximos meses. Así lo señala el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), Jorge Olcina, quien explica que el episodio cálido que se está viviendo este mes de junio ha "activado" la escalada térmica también por las noches, especialmente en la costa. A partir de ahora, y hasta septiembre o quizá incluso octubre, vaticina que será "raro" que las mínimas se queden por debajo de los 20 grados en el litoral.

La ola de calor tiende a remitir y, aunque se espera que esta próxima semana las temperaturas sigan siendo altas, se mantendrán en valores más habituales para estas fechas, con máximas que en general oscilarán entre los 28 y los 34 grados, según el lugar, y mínimas que en el litoral rondarán los 20 grados y en el interior se quedarán ya por debajo. Sin embargo, la subida de los termómetros ha hecho más difícil sobrellevar el día a día durante más de una semana, por más tiempo incluso del que inicialmente se había previsto. Las máximas han llegado a superar puntualmente los 40 grados, pero más llamativo aún es que las noches han sido tropicales de forma generalizada, y ecuatoriales en las zonas más cálidas.

Olcina recuerda que se ha tratado de "una ola de calor en pleno sentido de la definición", con "temperaturas anormalmente altas durante más de cuatro días". Ha sido un episodio especialmente temprano, iniciado durante la primera quincena de junio, y además no se ha tratado del primero del año en lo que ascenso térmico se refiere: ya hubo dos entradas de aire sahariano durante la segunda quincena de mayo, aunque por su duración no pueden ser consideradas olas de calor, ni tampoco fueron tan intensas.

El director del Laboratorio de Climatología de la UA incide en que ha sido "una ola de calor temprana", y que "con esta intensidad no suelen ser tan habituales". O al menos, no lo han sido hasta ahora, aunque todo apunta a que a partir de ahora sí comenzarán a serlo. Olcina explica que "las olas de calor están teniendo una frecuencia de aparición mayor desde 2000 y han ampliado su duración media de cuatro a seis días". Asimismo, "cada vez son más tempranas", aludiendo a las llegadas de aire sahariano que se produjeron en mayo y que son cada vez también más habituales, "y al tiempo más tardías", puesto que se producen también en septiembre e incluso hasta la primera quincena de octubre.

El experto agrega, en este sentido, que "los modelos de cambio climático nos hablan de un aumento en el desarrollo de estas secuencias cálidas, de tipo sahariano, en el sur de Europa para las próximas décadas", por lo que "debemos estar preparados para ello". Al respecto, apunta a la necesidad de buenos sistemas de alerta, "que ya existen", pero también a un aspecto que "habrá que mejorar", como son unos servicios sanitarios "capacitados para hacer frente a afecciones en sectores de población sensibles al calor".

Una situación que, insiste, será cada vez más prolongada en el tiempo a lo largo del año. Hay un detalle que resulta significativo en este aspecto: la sola comparativa del número de noches tropicales en algunas zonas de interior en 2021 con las registradas en 2011 da indicios bastante claros del progresivo ascenso térmico. Por poner un ejemplo, en Banyeres, el casco urbano situado a mayor altitud en la provincia, por encima de los 800 metros de altitud, se registraron el año pasado 12 noches tropicales, mientras que en 2011 únicamente hubo tres, según los datos recopilados por la Associació Valenciana de Meteorologia (Avamet). Otro ejemplo, esta vez en la costa: en el puerto de Xàbia se ha pasado de 94 noches tropicales en 2011 a 101 el año pasado, 23 de ellas en septiembre.

A eso hay que añadir el calentamiento del agua del mar que se produce debido a estos fenómenos. Hay que recordar que el propio Laboratorio de Climatología señaló el sábado que la temperatura del Mediterráneo occidental supera ya en algunas zonas los 25 grados, un valor más habitual a finales de verano, con una anomalía de en torno a 5 grados para lo que debería corresponder a estas fechas. Olcina recuerda que esto supone una "potencial inestabilización del agua del mar en caso de situaciones atmosféricas de DANA", que contribuiría a que ello derivara en lluvias torrenciales.

El excepcional episodio de 1981

Hace justo ahora 41 años, en junio de 1981, se produjo otra ola de calor temprana que afectó a la práctica totalidad de la península, y que en ese momento tuvo un carácter mucho más excepcional. Según publicó entonces INFORMACIÓN, el 12 de junio de aquel año se alcanzaron en Alicante 36 grados, un valor similar a los que se han registrado estas últimas jornadas; al día siguiente, el termómetro bajó a 32 grados, pero en Sevilla hubo una máxima de nada menos que 44 grados.

Las temperaturas permanecieron en valores anormalmente altos durante casi dos semanas, desde que el 8 de junio se registraron 30 grados de máxima hasta que el día 19 la máxima bajó a 27. El episodio fue calificado en la prensa como "la peor ola del siglo" y, efectivamente, como tal consta, y en lo que va de siglo XXI no se había registrado un fenómeno similar en una fecha tan temprana. Claro que, 41 años después, la historia se ha repetido con una intensidad mayor.

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