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Solo el exdiputado socialista Antonio Amorós hace uso de la última palabra al final del juicio por el Plan Zonal de la Vega Baja: «No sé de qué se me acusa»

El expolítico del PSPV afirma que mantener que participaba en los asuntos de Ángel Fenoll «es falso y grave». El empresario Enrique Ortiz y la exalcaldesa de Orihuela Mónica Lorente dan las gracias al tribunal y a las partes mientras que el expresidente de la Diputación José Joaquín Ripoll Ripoll y el resto de encausados optan por el silencio

El exdiputado socialista Antonio Amorós junto a la exalcaldesa de Orihuela Mónica Lorente a su llegada a una de las sesiones del juicio que se ha celebrado en la sede de la Audiencia en Elche. ANTONIO AMOROS

De los trece acusados en el proceso del Plan Zonal que este miércoles ha quedado visto para sentencia solo el exdiputado socialista Antonio Amorós ha hecho uso del derecho a la última palabra al término del juicio y ha sido para afirmar que no sabe de lo que se le acusa. 

Amorós, uno de los pocos encausados que ha asistido a prácticamente todas las sesiones de una vista oral que ha durado seis meses, ha explicado al tribunal que no declaró en el juicio por consejo de su abogado y que él mismo no entiende «los hechos concretos de los que se me acusa».

Tranquilo, el expolítico socialista añadió que se habían hecho conjeturas sobre su papel en este proceso, «un papel que nunca tuve, ni de enlace, ni de mensajero ni de nada con el empresario Ángel Fenoll. Decir que yo participaba en sus asuntos no deja de ser atrevido, falso, inoportuno y grave», precisó.

En otro momento de su alocución, que llevaba escrita, incidió en que los alcaldes socialistas que formaban parte del consorcio del Plan Zonal «nunca recibieron por mi parte indicación ni presión alguna para orientar el sentido de su voto, como declararon en el juzgado de Orihuela y ante el tribunal». Y agregó que hasta la celebración del juicio no tenía conocimiento del «resentimiento» de su compañera del partido, la actual delegada del Consell, Antonia Moreno, hacia él.

«Señorías», dijo Amorós, «llevo 28 años de servicio público y jamás he tenido problemas de ningún tipo, y menos judicial».

De sus doce compañeros de banquillo solo el empresario Enrique Ortiz y la exalcaldesa de Orihuela Mónica Lorente hicieron uso de su derecho a la última palabra para agradecer al tribunal y a las partes su trabajo durante este largo proceso. Fenoll, el padre del caso Brugal al que dio origen con sus grabaciones, acudió solo para este trámite y dijo no estar en condiciones para hablar (su abogado ha presentado al tribunal informes de que padece una enfermedad degenerativa) y el expresidente de la Diputación José Joaquín Ripoll se limitó a enunciarque no iba a utilizar ese derecho a hablar antes del que proceso quedara vista para sentencia.

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