Esta vez, sí. La Federació de Fogueres tiene previsto convocar un congreso en los próximos meses para reflexionar sobre el futuro de las Hogueras con el objetivo de "tomar medidas importantes" para garantizar la viabilidad de las fiestas oficiales de la ciudad. Así lo ha confirmado la presidenta de la Federació, Toñi Martín-Zarco, quien sostiene que el espacio de reflexión debe celebrarse "cuanto antes", aunque sin "prisas", para poder tomar decisiones de cara a las Hogueras de 2023, que se prevén que estén marcadas por la crisis económica derivada de la pandemia y posteriormente de la guerra en Ucrania.

"Todavía no nos hemos juntado para ponerle fecha, pero está tomada la decisión de tomar decisiones", señala Martín-Zarco, quien calcula que tendrá que ser tras la Elección de la Bellea del Foc de 2023, prevista para finales de este año 2022. "Teniendo en cuenta el nuevo calendario, principios de 2023 podría ser una buena fecha", añade la dirigente festera, quien apunta que ahora tendrán que decidir la "ubicación" y el "formato".

El reciente cambio en el calendario festero obliga a Federació a empezar a trabajar en breve en las proclamación de las nuevas bellezas de los distritos, como paso previo a la Elección de la Bellea del Foc, que se prevé celebrar por segunda vez en el mes de noviembre.

De celebrarse el congreso que se reclama desde la propia Fiesta, esta directiva de la Federació de Fogueres cumpliría por primera vez sus estatutos. Ya que en el apartado cinco del artículo siete, figura que "en cada legislatura se organizará, al menos, un congreso sobre la Fiesta, cuyas conclusiones deberán servir para mejorar su funcionamiento y que serán presentadas a la asamblea general". Hasta la fecha, nunca se ha celebrado este espacio de reflexión que para muchos festeros ya es inaplazable ante la situación que vive la Fiesta.

Martín-Zarco asegura que su Junta tenía previsto celebrar un congreso para reflexionar desde que llegaron al cargo, en septiembre de 2019, pero que el estallido del covid obligó a cambiar los planes. "Cuando estalló la pandemia, la idea era compartir ideas con otras fiestas, como las Fallas de València y la Magdalena de Castellón, para hacer una reflexión colectiva que nos ayudara a saber dónde estamos y hacia dónde queremos ir", prosigue la dirigente festera, quien sin embargo admite que el contenido de ese espacio de reflexión tiene que "ir más allá".

Desde Federació admiten que es el momento de "reflexionar", pero "también de tomar decisiones", a la vez que subrayan que a nivel interno ya "se conocen los fallos". "Nos preocupa el censo, que la gente no pueda seguir formando parte de la Fiesta. También debemos valorarnos más. Es muy fácil alquilar una mesa durante los días de Hogueras y olvidarte de la organización de las Hogueras el resto del año", prosigue Martín-Zarco, en una clara alusión a aquellas personas sin vínculos con la Fiesta que se limitan a alquilar una mesa en un racó o una barraca para disfrutar de los días grandes de Hogueras. "Que el que quiera tener fiesta que esté dentro. No puede ser que la Fiesta la hagamos entre 9.000 personas", agrega.

Martín-Zarco reconoce que problemas como el futuro del censo festero, agravado por la pandemia, tampoco es nuevo, "pero la inercia no ayuda a pararte a pensar". Entre esas cuestiones que están sobre la mesa y que la dirigente reconoce que se deben abordan también figura la "profesionalización" de la Federació. "La situación nos supera, cumplir con la normativa es inalcanzable para un grupo de personas que tenemos nuestros trabajos y que nos juntamos por las tardes. Esto requiere de expertos, porque hay que tramitar muchos permisos por motivos de seguridad", prosigue la presidenta del órgano gestor de la Fiesta, quien abre la puesta a fijarse, al menos en parte, en el modelo de las Fallas de València, que se gestionan desde el propio Ayuntamiento de Alicante.

El concejal de Fiestas, Manuel Jiménez, apostaba la pasada semana, en una entrevista con este diario, por que la Federació contratase personal para liberar de trabajo a los miembros de la Junta Directiva, aunque a su vez rechazó implantar en Alicante el modelo de Fallas.