El sindicato Comisiones Obreras ha denunciado la situación de colapso sanitario en las prisiones debido a la falta de médicos. CC OO denuncia la falta de previsión y la incapacidad de gestión de Instituciones Penitenciarias, que ha provocado que el 60% de las plazas de los facultativos estén sin cubrir actualmente y que más del 90% de las plazas que se convocan quedan vacantes. Esta situación, unida a una jubilación masiva de los médicos, provoca el colapso sanitario en los centros penitenciarios y pone en grave riesgo la salud de miles de reclusos.

En opinión de CC OO, la estrategia "fracasada" de “obligar” a las comunidades autónomas a asumir gratis la transferencia de la sanidad de las prisiones, a la que obliga la Ley de Cohesión y Calidad del Sistema Nacional de Salud de 2003, ha impedido resolver los problemas endémicos de la sanidad en las prisiones.

Para el sindicato es imprescindible mejorar las condiciones laborales y retributivas del personal de sanidad penitenciaria y específicamente de los facultativos y que se desarrollen conciertos públicos de colaboración con las comunidades autónomas para garantizar la salud de la población reclusa.

CC OO afirma que emprenderá iniciativas para garantizar "la salud de la población penal, los derechos del personal penitenciario de la sanidad y el cumplimiento de la legalidad vigente".

La organización precisa que las malas retribuciones y condiciones laborales no hacen competitivo el medio penitenciario para conseguir médicos en un momento de déficit como el actual.

Acusan a los gestores penitenciarios de no abordar medidas estructurales que atajen la raíz de los problemas y cuestionan la implantación de un sistema de teleasistencia médica como solución.

Este sistema incrementa las cargas de trabajo "al ya muy saturado personal de enfermería, lo que sin dudas abrirá una nueva vía de salida de profesionales muy cualificados de prisiones, que tienen una alta demanda externa".

La teleasistencia penitenciaria, según Comisiones, no sólo deja sin atención primaria a los presos, poniendo en riesgo su salud e integridad, sino que conlleva otros graves problemas que deterioran más la atención sanitaria, como obligar al personal de enfermería al intrusismo profesional, al tener que diagnosticar ante una urgencia a quién se evacúa a un centro hospitalario o se deriva horas después a una teleasistencia sin exploración alguna.

Las experiencias pilotos, entre ellas la de la cárcel de Villena, han demostrado "graves carencias y fallos de funcionamiento que sufre este sistema".