Entre zanjas abiertas y medianeras arrancadas pasean varias personas mayores. Cerca dos niñas juegan en la arena mojada, junto a un charco provocado por el sistema de riego, afectado tras la última reforma del parque.

La empresa adjudicataria renunció a una semana de la fecha prevista para acabar las obras habiendo ejecutado tan solo un 2% del total, lo suficiente para retirar medianeras y estropear parte del sistema que regula el agua que da vida a la masa forestal de este pulmón verde.

"Es una pena, los árboles están secos, algunos incluso empiezan a estar inclinados, cualquier día se caen, y podría ser un peligro", se queja uno de los vecinos, uno de los habituales que cada día recorren Lo Morant para pasear. "Las zonas a las que llegan los aspersores se mantienen, pero en otras no llega el agua, habría que regarlos a mano, si no les echan agua durante el verano los árboles se secarán", añade otro.

El sistema de riego no funciona en algunas zonas y en otras encharca el parque / Manuel R. Sala Manuel R. Sala

Parte del problema es que la maquinaria de la empresa desertora rompió las bocas y en algunas zonas apenas pueden activar el sistema de riego unos minutos antes de que empiece a salirse el agua.

En otras, la empresa retiró medianeras y alcorques, por lo que al regar el agua se sale de la zanja e inunda las zonas aledañas. Pero la parte más grave es que en algunos lugares las copas de los árboles comienzan a dar signos de sequedad y dejadez, especialmente aquellos lugares a los que es más difícil acceder para regar a mano.

Desde el Ayuntamiento explican que están negociando un nuevo contrato que debería salir cuanto antes. Esperan llevar al pleno la propuesta durante el mes de julio, para adelantar al máximo la reforma del parque.

Esta es una de las grandes obras pendientes de la ciudad que salió a licitación por 553.000 euros (IVA incluido), aunque finalmente la empresa adjudicataria cifró el presupuesto en 398.396 euros, una oferta que en un inicio se consideró baja temeraria.

Sin embargo, no hay prevista ninguna actuación de emergencia para paliar los efectos del verano y los problemas de riego en la masa forestal del parque, más allá de las mejoras y "arreglos" que realice la empresa adjudicataria del mantenimiento STV. De hecho, desde el Consistorio consideran que no hay ningún riesgo por la falta de riego al tratarse de un parque ya consolidado.

El sistema de riego provoca charcos y barro en algunas zonas del parque Lo Morant Manuel R. Sala

Según el Ayuntamiento, el nuevo contrato el sistema de riego se cambiará en su totalidad, para renovarlo e incorporar sistemas de control más sostenibles y de menos consumo.

Con la futura adjudicataria se implantará el nuevo sistema y se acometerá una reforma paisajística con plantaciones de árboles y arbustos y se renovarán las zonas infantiles con la colocación de juegos inclusivos. Unas obras de mejora en el parque que suponen una inversión de casi un millón de euros en dos fases, pero que difícilmente podrán comenzar antes del otoño.

Además, desde el Consistorio insisten en que la situación del parque ha mejorado ya al haberse finalizado ya la otra parte del contrato de mejora que suponía la reforma de baños y los bajos del anfiteatro.

Una opinión poco compartida por los usuarios de Lo Morant que coinciden en que la empresa llegó para arreglar el parque pero "lo dejaron peor que estaba". De hecho, muchos se quejan de que se retiraron bancos y papeleras que nunca se repusieron. "Con el parque tan chulo que tenemos no podemos permitir que se deje perder", comenta una vecina que también reclama que se reabra el bar y la biblioteca del enclave para dar vida a uno de los mayores pulmones verdes de la ciudad, de casi 130.000 metros cuadrados de superficie y que este año celebra su 35 aniversario.

La empresa, "a la fuga"

En abril la mercantil que tenía que hacer las obras alegó el encarecimiento de las materias primas y también de la energía, con motivo de la crisis del covid, recrudecida por la invasión rusa en Ucrania, para no poder llevarla adelante.

Si se hubieran cumplido los plazos el 13 de abril la actuación habría estado finalizada, pero cuando el Ayuntamiento inició la resolución del contrato, a solo siete días de esta fecha límite, la empresa apenas había ejecutado un 2% de lo proyectado.

Si bien es cierto que la mercantil presentó a principios de marzo un escrito en el Ayuntamiento solicitando la ampliación del plazo de ejecución en dos meses, alegando como causa justificativa del retraso cuestiones como los días festivos, la crisis sanitaria del covid-19 y la inestabilidad del mercado de materias primas y suministros de productos manufacturados. 

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Apenas dos semanas después, la empresa registró un nuevo documento en el que insistía en la inviabilidad de llevar a cabo el proyecto si no se producía ningún tipo de ajuste.

El Ayuntamiento de Alicante subrayó en aquel momento que la obligación de la concesionaria "es la ejecución de la obra, en el que se evidencia que no se ha realizado ninguna actividad tendente a realizar la prestación objeto del contrato". "No existe una demora en la ejecución sino un incumplimiento total de la obligación, a lo que se suma la negativa del contratista, desde un primer momento, de facilitar el programa de trabajo", según argumentaron los técnicos para rechazar un cambio en el proyecto.