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La UA forma parte de una red europea de 11 países para vigilar el estado de los insectos polinizadores

En el proyecto participan ciudadanos voluntarios que controlan las colonias de animales y recogen datos sobre su evolución

La Universidad de Alicante imparte la formación a los voluntarios

La reducción de las poblaciones de insectos es un hecho constatable y un problema que preocupa a nivel internacional. De toda la diversidad que se está perdiendo la comunidad científica tiene un especial interés puesto en los insectos polinizadores, dado su papel esencial en la naturaleza.

Con el objetivo de monitorear el declive de los varios grupos de insectos polinizadores y buscar medidas para limitarlo, la Universidad de Alicante, a través del grupo de investigación: “Bionomía, Sistemática e Investigación aplicada de insectos” del departamento Ciencias Ambientales y Recursos Naturales, forma parte del proyecto Spring. Se trata de un proyecto financiado por la Comisión Europea y constituido por un consorcio de 23 entidades de once países en toda Europa.

Una de los aspectos más innovadores del proyecto es que promueve la colaboración de ciudadanos voluntarios para ayudar en las labores de seguimiento de las poblaciones de insectos polinizadores a escala nacional, “una experiencia de ciencia ciudadana totalmente pionera en nuestro país, pero que sin embargo tiene una amplia implantación en otras naciones, como Reino Unido y en centro y norte de Europa, que incluso sirve para potenciar actividades de desarrollo rural y turismo”, señala Santos Rojo, profesor de la Universidad de Alicante e investigador principal del proyecto, junto a la profesora Celeste Pérez y la estudiante de doctorado Andrea Aracil.

Los voluntarios, durante uno de los cursos formativos

En el proyecto Spring, se trabaja a escala europea con tres grupos de polinizadores: las mariposas diurnas, las abejas y abejorros y las moscas de las flores. Cada uno de estos grupos tiene a su vez varios centenares de especies, por lo que la tarea no es sencilla, y los voluntarios tienen que recibir una formación inicial para poder ayudar en los seguimientos. En este sentido, la Universidad de Alicante está participando en los cursos de formación para el reconocimiento de las moscas de las flores de los voluntarios de España y Portugal que participan en esta red. De hecho, la UA es un centro de referencia del estudio de estos insectos en España y recientemente acaba de finalizar la elaboración de la lista roja de las moscas de las flores de Europa para ayudar a su protección y los hábitats donde viven.

En España hay actualmente más de 20 puntos de observación y, en el caso de Alicante, uno ubicado en la zona de Alcoy. Los voluntarios recorrerán una senda previamente delimitada, describiendo los insectos que ven y recogiendo ejemplares con la ayuda de trampas. De esta manera se podrá constatar si las poblaciones de las diferentes especies de insectos estudiados disminuyen o aumentan a lo largo del tiempo.

Se trata de la primera experiencia piloto a escala europea que será el preludio de un plan nacional de monitorización de polinizadores que se coordinará a nivel nacional. “En este futuro proyecto posiblemente se triplicarán los puntos de observación, así como la incorporación de nuevos voluntarios y personal especializado”, señala Rojo. España, y en general el sur de Europa, es una de las zonas más ricas en cuanto a diversidad de insectos. Incluso sin salir de la provincia se puede hallar una gran variedad de especies “desplazándote tan solo unos kilómetros encontramos una gran cantidad de hábitats y microhábitats diferentes”.

Imagen del grupo de voluntarios que participa en la iniciativa

La reducción de insectos polinizadores es un problema real que afecta a toda Europa, “en algunos casos llega a ser del 40% y que es claramente detectable en los últimos años”. De ahí que se hayan puesto en marcha iniciativas como este proyecto, que la Comisión Europea ha financiado con aproximadamente 5 millones de euros. De momento la comunidad científica discute sobre las causas de este declive de polinizadores silvestres y también palpable con los domésticos como la abeja de la miel. Para Santos Rojo, uno de los principales motivos se debe al efecto del aumento de la población en el planeta. “En 2050 seremos 10.000 millones de habitantes en el planeta y eso conlleva un impacto a todos los niveles, desde el uso del suelo, del agua, la contaminación, el efecto en el clima y finalmente los recursos disponibles”.

De hecho, recientemente, el University College de Londres publicó un estudio en la revista Nature asegurando que, en aquellos lugares donde la huella del ser humano es más profunda, el número de insectos podría haberse reducido a la mitad desde principios de siglo. Según la FAO, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, entre 235.000 y 577.000 millones de dólares de los beneficios que cada año generan los cultivos mundiales dependen directamente de los insectos polinizadores, y su cantidad va en aumento.

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