El envejecimiento de la población sigue imparable en la provincia de Alicante, e incluso se ha agravado aún más ante el récord en la caída de la natalidad que ha supuesto la pandemia de coronavirus. Los últimos indicadores demográficos que ha dado a conocer el Instituto Nacional de Estadística (INE) así lo ponen de manifiesto, con un incremento notable de la media de edad y un aumento de las personas de las capas de edad más altas. Pero además, la gran diferencia que hay entre nacimientos y defunciones, que tiende a crecer de manera continua y que se ha acentuado con la crisis sanitaria, hace muy impensable un cambio de tendencia a corto plazo.

Como ya publicó este periódico hace algunas semanas, en 2021 se registraron en la provincia 13.365 nacimientos, 31 más que en 2020, pero hay que tener en cuenta que ese año se había producido una fuerte caída en relación al anterior debido a la pandemia. La cifra de alumbramientos del pasado ejercicio, pues, se mantuvo en esos niveles muy bajos, y volvió a estar muy condicionada por el contexto sanitario, aun sin llegar a estar, aunque por poco, en mínimos históricos. Pero lo que sí alcanzó un récord fue la mortalidad, con 18.453 defunciones, un número en el que el coronavirus resultó muy determinante.

El resultado de esta situación fue una tasa de 724,27 nacimientos por cada mil muertes, el dato más bajo de la serie histórica. Y en medio de este saldo vegetativo tan negativo, la población en su conjunto va creciendo gracias a la inmigración, lo que se traduce en que el envejecimiento es cada vez mayor. El número absoluto de personas jóvenes va descendiendo, pero sobre todo van suponiendo proporcionalmente cada vez menos sobre el total de habitantes. Los diferentes indicadores no dejan ninguna duda al respecto.

La edad media de la población es de 44,27 años, prácticamente cinco más que hace dos décadas. Por sexos, en las mujeres asciende a 45,30 años, mientras que en los hombres se sitúa en 43,23. Pero hay otro dato que revela que, en realidad, hay una descompensación entre el número de personas mayores y el de jóvenes: el de la edad mediana, es decir, los años que ya ha cumplido la mitad de la población. Este indicador es de 45,54 años para el conjunto de la población, mientras que en el caso específico de las mujeres sube a 46,47 y en los hombres se queda en 44,64.

Los mayores de 65 años conforman ya el 20,65% de la población de la provincia. Esta proporción viene creciendo de manera constante desde 1975, incluso durante una época de limitado rejuvenecimiento como fueron los años de repunte de la natalidad entre 1998 y 2008. Hace 40 años, este porcentaje era prácticamente la mitad que en la actualidad. No obstante, conviene tener presente también que en la demarcación alicantina hay otro factor que contribuye a que la media de edad de los habitantes sea alta, aparte del propio envejecimiento: la presencia de un gran número de residentes mayores en áreas turísticas como la costa, que hacen incluso que esas zonas estén de media más envejecidas que el interior.

En este sentido, basta con mirar los datos específicos de localidades con más de 50.000 habitantes que ofrece el INE. Torrevieja y Orihuela son los municipios con un mayor porcentaje de mayores de 65 años, un 23,27 y un 23,08% respectivamente. Sin embargo, los índices más altos de mayores de 85 años se dan, con diferencia, en Alcoy y Elda; estas ciudades tienen, respectivamente, un 3,47 y un 3,26% de habitantes en esa franja de edad más avanzada. De alguna manera, esto muestra que en las zonas menos turísticas y más industriales el envejecimiento es más progresivo y menos concentrado en una horquilla de edad concreta, y también, que hay menos población joven y eso hace que el porcentaje de mayores sea más alto.

Desciende la proporción de mayores de 80 años

La actualización de los indicadores demográficos ofrece un dato bastante llamativo: en el último año se ha reducido la proporción de mayores de 80 años sobre el total de la población de la provincia. En concreto, según el INE, ha pasado del 5,66 al 5,59%. Resulta bastante plausible pensar que esto se debe al coronavirus, y a la elevada mortalidad que ha producido entre las personas más mayores; si no es la causa exclusiva, al menos parece incuestionable que este factor ha sido decisivo. También ha bajado el porcentaje de habitantes con más de 85 años, del 2,80 al 2,79%.