La histórica ola de calor que está afectando a la provincia a lo largo de este mes de julio toca techo este lunes, con temperaturas que podrán alcanzar incluso los 44 grados en las comarcas del sur. Así lo estima el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA), que advierte de la posibilidad de que los termómetros registren un valor en absoluto habitual en el territorio alicantino, ni siquiera en la zona más meridional. Además, tal y como señala la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), las máximas podrán sobrepasar de forma generalizada los 40 grados en todo el interior, mientras que en el litoral es probable que se superen los 35 e incluso lleguen a 38.

La Aemet mantiene avisos por las altas temperaturas en toda la provincia, de tipo naranja en las comarcas del interior y las de más al sur, y amarillo en la mitad norte del litoral. Este pico térmico dejará paso a partir del martes a una retirada del calor más extremo, aunque de todos modos los termómetros se mantendrán en valores más altos de lo habitual en todo el territorio. Así, para este 26 de julio se esperan 36 grados en Villena, 35 en Elche y Orihuela, 34 en Alcoy y 33 en Alicante. Los modelos indican que al menos hasta el 10 de agosto no se normalizará más la situación, según explica el director del Laboratorio de Climatología de la UA, Jorge Olcina.

Este verano de 2022 está batiendo registros en cuanto a calor. La propia Aemet en la Comunidad Valenciana señalaba hace unos días a través de su cuenta oficial de Twitter que no hay precedentes de un inicio de ciclo estival tan cálido. A principios de la semana pasada, la temperatura media se situaba 3 grados por encima del promedio de los años comprendidos entre 1981 y 2010. Según este organismo, en el periodo que va del 1 de junio al 17 de julio el valor térmico medio superó en 0,4 grados al verano de 2003, que hasta ahora había sido el más caluroso desde 1950.

Las temperaturas en julio no están siendo especialmente excepcionales, salvo en momentos puntuales como el que se espera para este lunes, pero una circunstancia que llama mucho la atención para los expertos es su persistencia. Conviene señalar, en este sentido, que son ya dos semanas seguidas con un calor intenso. Además, las temperaturas están siendo altas, con más de 34 grados en el litoral, a pesar de que están soplando brisas y viento de levante, que teóricamente deberían moderar los valores térmicos.

Olcina corrobora que "este verano está resultando muy caluroso", hasta el punto de que "los modelos ya lo anunciaban, pero incluso está rebasando las expectativas". El director del Laboratorio de Climatología recuerda que "llevamos tres oleadas intensas de aire sahariano", y que "eso ha hecho que las temperaturas estén siempre por encima de la media". El descenso térmico que se prevé a partir de este martes, agrega, apenas si será un ligero respiro. "Aunque no con tanta intensidad, el calor seguirá". De hecho, en la costa, donde no se esperan valores tan altos este lunes, "prácticamente ni se notará".

A eso hay que añadir la continuidad de las noches tropicales de forma prácticamente generalizada en todo el territorio, al menos hasta bien entrada la primera quincena de agosto. Pero no solo eso, ya que el pico térmico del lunes hará que la noche sea tórrida en gran parte de la provincia, es decir, por encima de los 28 grados. Tan solo se librarían los municipios situados a mayor altitud, en este caso según el sistema de vigilancia de la Conselleria de Sanidad; eso sí, los termómetros se quedarían en cualquier caso por encima de los 25 grados.

Calentamiento del mar

El calor también está haciendo que el agua del mar esté alcanzando valores térmicos no vistos hasta ahora. Olcina calcula, aunque sin llegar a asegurarlo con rotundidad, que "es la primera vez que la temperatura del Mediterráneo llega a los 29 grados en un mes de julio". Y esa situación podría tener consecuencias a medio plazo: ese mar tan cálido es "potencialmente inestable", y eso podría hacer que, en caso de que se produjera una DANA en los meses posteriores, se generara un episodio de lluvias torrenciales.

El director del Laboratorio de Climatología recalca que este contexto no implica que vaya a producirse necesariamente una DANA. De hecho, "ha habido veranos muy calurosos que no han venido seguidos de lluvias torrenciales en el otoño", caso por ejemplo de 2003. Sin embargo, "habrá que estar alerta a partir de ahora". "Lo importante es que haya una vigilancia constante del estado del tiempo" y que haya capacidad de reacción y prevención en caso de que se previera la llegada de una masa de aire frío en capas altas.