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Alarma en el campo de Alicante: la ola de calor amenaza con quemar la uva de mesa y las hortalizas

Los agricultores afrontan la canícula sin problemas de agua, pero temperaturas superiores a los 37 grados arruinan muchos cultivos

Un agricultor revisando una plantación de uva de mesa en Novelda, donde el campo para las 12 horas por el calor. Áxel Álvarez

Alarma en el campo y esta vez la culpa no es de la falta de agua. Las altísimas temperaturas, sin que haya contraste térmico entre noche y día, están provocando que las cosechas no tengan tregua, no puede descansar y recuperarse al caer el sol y ahora mismo corre peligro, entre otras, la uva de mesa, a punto de recolección y que desde hace unos días está amenazada y corre el riesgo de quemarse cuando las temperaturas, como es el caso de este lunes, superan los 38 grados. De momento, muchos productores ya han advertido de que el calibre del grano de la uva va a disminuir. Y en cuanto al agua, no hay problemas porque están funcionando bien los trasvases del Tajo y del Júcar, pero como hay que regar más, el agua sale a precio de oro, incluso para las instalaciones que tienen riego por goteo. La campaña fuerte de recogida de la cosecha de uva de mesa arranca en dos semanas.

Otros cultivos amenazados con las alcachofas, en pleno proceso de plantación, la almendra en fase de maduración y en cuanto a las granadas se mancha la piel, lo que dificulta la comercialización del producto.

José Vicente Andreu, presidente de Asaja-Alicante, subraya que “en lo que respecta a los cítricos, el exceso de calor estresa a las plantas, puede llegar a caer fruta, y sobre todo retrasa la cosecha y disminuye calibres. En las hortalizas como la alcachofa que se está ahora plantando, puede ser un desastre, pues las pequeñas plantitas mueren por el exceso de calor. En la granada se mancha la piel y deprecia el producto”.

La almendra está en fase de maduración, hace que la pepita se deshidrate, se arrugue y pierda mucho rendimiento. “Y la uva, puede llegar a quemarse si no está protegida. Este año por falta de mano de obra la operación de embolsado lleva mucho retraso, y queda uva toda sin embolsar, por lo que se puede quemar”, advierte Andreu.

Otro cultivo amenazado es de de las mandarinas más precoces. “Se desechan por el exceso de calor. Es un problema de todos los años y llega a afectar al 20%/30% de la variedad Clemenrubi, orogros, oronules. Las de recolección muy temprana, cuanto mayor sean las olas de calor más le afecta a estas variedades”, explica Andreu.

La uva de mesa es uno de los cultivos más rentables de la provincia Axel Alvarez

El gran problema es que este verano está haciendo más calor de lo normal. “En Alicante máximas de 33 y 34 grados en verano son normales. Lo que no es normal es que el termómetro supere los 37 grados pues se produce el estrés hídrico sobre las plantas, sobre todo sin están al descubierto y pueden quemarse”, subraya Antonio Rico, director del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante.

"La uva, puede llegar a quemarse si no está protegida. Este año por falta de mano de obra la operación de embolsado lleva mucho retraso"

José Vicente Andréu - Presidente Asaja-Alicante

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La producción la uva de mesa, la que más preocupa en estos momentos, se centra en dos zonas principales y diferenciadas, el Medio Vinalopó y la zona de Albatera, San Isidro y el Campo de Elche. Las variedades más destacadas son la Aledo y la Ideal, que empieza a recolectarse a partir de agosto.

Por otra parte, la superficie dedicada al cultivo de la uva de mesa presenta una tendencia descendente desde 1993, manteniéndose desde 2005 hasta la actualidad. Hoy por hoy, se contabilizan 12.000 hectáreas dedicadas a la producción de este fruto, cada temporada más presionado por la falta de precio y, este verano, por los rigores del calor, que van a provocar una disminución del tamaño, al margen de que los agricultores tienen que regar más, lo que encarece los costes.

Los arranques de viña de uva de mesa embolsada se han disparado disparan en el Medio Vinalopó porque el cultivo está dejando de ser rentable para unos agricultores que llevan años trabajando a pérdidas. Los costes de producción son más elevados que el beneficio que obtienen por la venta de la fruta en el campo. No resulta por tanto extraño que en 2020 se eliminaran 250 hectáreas de superficie de uva de mesa en la comarca reduciendo a leña 500.000 parras.

“En Alicante máximas de 33 y 34 grados en verano son normales. Lo que no es normal es que el termómetro supere los 37 grados pues se produce el estrés hídrico sobre las plantas"

Antonio Rico - Director del Instituto Universitario de Geografía de la UA

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Pero la situación parece agravarse este año y la cifra lleva camino de triplicarse. Ese año ya se han arrancado 50 hectáreas -100.000 parras- de la variedad Aledo en diferentes fincas de La Romana Novelda. La mayoría ubicadas en los parajes de Cucuch, Horna Baja, Serreta y Ledua-Monteagud. En esta última zona las tareas comenzaron el miércoles y en su mayor parte se trata de viña joven, también Aledo, plantada hace ocho años.

En la mayoría de las plantaciones eliminadas la tierra quedará yerma. Casi todos los propietarios optan por abandonar el sector y sólo unos pocos tienen intención de plantar otras variedades. En definitiva, una pérdida de tierras de labor que avanza de forma imparable desde hace décadas y acarrea consecuencias negativas para el empleo, la economía y la protección del medio ambiente.

Detalle del daño que el calor extremo provoca en la uva de mesa en el Vinalopó. Áxel Álvarez

Por otro lado, el senador de Compromís, Carles Mulet, ha exigido hoy que Aemet y el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) comparezcan para aclarar el rigor científico que existe por parte de quienes de forma totalmente irresponsable están alterando el ciclo del agua sin ninguna clase de permiso de la Administración e incluso están haciendo un negocio muy rentable con la venta de contenedores con cañones de ondas sónicas. “Entendemos que, frente a la política de dejar hacer ante un tema tan sensible y delicado como este, lo que debería es actuar y aclarar con qué clase de apoyo cuentan estas prácticas ilegales que contravienen la Ley de Aguas sin ningún apoyo científico y, lo que nos parece más grave, con dinero público”, ha declarado.

En los últimos veinte años, las tierras de cultivo de la Comunidad Valenciana han caído en picado en un 23% (178,500 hectáreas en 2001 a 136,600 en 2021), mientras que las destinadas a pastos y el terreno forestal se han incrementado en un 22% y un 19% respectivamente, según el Informe del Sector Agrario de 2021. Cada vez menos campo agrícola activo y más superficie abandonada que pone en evidencia que son tiempos muy duros para el sector.  

 Granizo

Por otro lado, el senador Carles Mulet (Compromís) ha registrado distintas preguntas en las que pide conocer las autorizaciones del Ministerio con las que cuentan la cooperativa de Puigmoreno, el Consorcio para la Lucha Antigranizoy las administraciones públicas implicadas para desplegar una red de 36 generadores de yoduro de plata a la atmósfera, 15 de ellos en territorio bajo aragonés. Mulet ha preguntado al Gobierno si el sistema es efectivo y qué permisos se otorgan desde la Administración para la emisión a la atmósfera de yoduro de plata, un material contaminante, así como las autorizaciones a la empresa SMAG, que dice contar con un centenar de cañones sónicos en todo Aragón.

Un jornalero agrícola hidratándose ayer con el agua de un botijo, remedio ancestral en el campo alicantino

 El senador valencianista ha declarado que “la defensa ante las inclemencias meteorológicas no puede ir por ahí, pues no existen estudios científicos y es imposible experimentar con tormentas, esto no es como la medicina. Aquí no se sabe dónde va a caer el granizo, o si iba a caer y es de una irresponsabilidad en el actual contexto de sequía y cambio climático y sin apoyo científico seguir con este tipo de acciones y Aemet y las autoridades del país deberían dejarlo bien claro”.

 La coalición entiende que sería muy interesante evaluar el impacto global de toda esa red sobre el régimen de lluvias en estas autonomías y en las colindantes, por ello reclama a la Administración, que requiera estudios antes de autorizar la modificación de la fase atmosférica del ciclo del agua como está haciendo o sancione estas prácticas “que se está demostrando son ilegales, contaminantes, molestas y no cuenta en ocasiones ni con el permiso municipal, tal y como queda reflejado en las sanciones del Seprona y organismos de cuenca”.

 Compromís sostiene que supone un “despropósito” lanzar productos químicos y ondas a la atmósfera en el marco de lucha contra la sequía y los efectos de la desertificación y el cambio climático.

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