La Conselleria de Igualdad debe a las residencias de ancianos de la provincia 10,7 millones de euros por las 845 plazas concertadas que tienen los centros. Así lo denuncia Aerte, la asociación empresarial que reúne a buena parte de estos centros. Según señala su presidente, José María Toro, el concurso de plazas residenciales de personas mayores, que fue el primero que llevó a cabo la Conselleria de Igualdad y Políticas Inclusivas, venció el 31 de agosto de 2021. El concurso que lo sustituye, de 7.100 plazas, "está en la fase de adjudicación provisional actualmente y se espera que entre en vigor el 1 de septiembre de 2022. Es decir, con un año de retraso".

Al mismo tiempo, muchos centros de servicios sociales de titularidad pública y que son gestionados por entidades privadas se encuentran en la misma situación; "sin contrato, con la obligación de seguir prestando el servicio y con retrasos en el cobro de las facturas correspondientes a dichos servicios".

“Comentamos esta situación en la reunión que mantuvimos con la vicepresidenta Mas hace dos semanas y se nos informó de que se iba a resolver en este mes, pero todavía no están contabilizadas las facturas en el sistema informático lo que, desde nuestro punto de vista, impide que se puedan pagar en breve”, lamenta Toro.

Este retraso en la contratación está provocando un atraso en los pagos, ya que no se han cobrado facturas correspondientes a servicios prestados de noviembre del 2021 en adelante. Al no existir contrato en vigor, "se debe pagar a través de un expediente de resarcimiento, que debe ser aprobado por el Consell, lo que dificulta y alarga el periodo de cobro de estas facturas". Por lo tanto, esta situación "no se debe a un problema de tesorería de la Generalitat Valenciana, sino a la deficiente gestión administrativa que impide formalizar los nuevos contratos y contabilizar las facturas que se generen hasta ese momento, lo que AERTE considera inaceptable".

Aerte sostiene que el importe de la deuda acumulada por el concurso de las 3.300 plazas asciende a unos 36 millones de euros en la Comunidad Valenciana, incluyendo el mes de junio, a lo que hay que sumar otros 13 correspondientes a las gestiones integrales, lo que sitúa la deuda en casi a los 50 millones. "Esta situación se está volviendo insostenible y pone en una situación financiera muy complicada a las empresas que prestan el servicio a estas personas en situación de dependencia".

“Aunque se han hecho algunos pagos, la situación general no ha cambiado. Estamos en la última semana de julio y, nos tememos, que lo que no se pague esta semana ya no se pagará hasta septiembre lo que dificultará el pago de las nóminas de este mes para muchos centros. La situación es insostenible” afirmaba el presidente de AERTE.