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Jorge Olcina Director Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante

Jorge Olcina: “Necesitamos ciudades más verdes, con más sombra, más fuentes y viviendas adaptadas al calor"

"Este verano de tanto calor evidencia que el cambio climático es un proceso irreversible", afirma el director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante

Jorge Olcina, director del Laboratorio del Clima de la Universidad de Alicante Información

Jorge Olcina, geógrafo, dirige el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. Desde su doble condición de experto en territorio y clima, advierte de que el cambio climático aumentará la intensidad de la sequía, también de las lluvias torrenciales, lo que obliga a cambiar el chip en la gestión del agua en la provincia y en España general, pero exige un ejercicio a la Administración para que sepa explicarlo a los afectados. En cuanto a lo que sucede este verano, el climatólogo y geógrafo no tiene dudas. "Es un escenario claro de las consecuencias del cambio climático, que en el Mediterráneo tiene su propia variante: el calentamiento del agua del mar".

Noches tropicales día tras día, el mar a 30 grados y sensación térmica de 51 grados. ¿Qué está pasando en la provincia de Alicante?

Estamos experimentando los efectos de un proceso de calentamiento climático que adquiere rasgos propios en la cuenca del Mediterráneo. No es un problema exclusivo de Alicante, pero en nuestra provincia se evidencian las consecuencias de este proceso de forma notable ya. Hay gente que no se lo creía, que pensaba que esto del cambio climático era un cuestión de cuatro aficionados. Este verano, de tanto calor, está evidenciando que el proceso es cada vez más difícilmente irreversible.

"Necesitamos también colegios adaptados al calor, patios, arbolado, aulas refrigeradas. No se trata de retrasar el inicio del curso"

Jorge Olcina - Climatólogo

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¿Nos tenemos que acostumbrar?

Sí, por supuesto. No estamos atajando la causa principal de alteración del balance energético de nuestro planeta, que es el mecanismo que controla el funcionamiento de nuestro clima y que desde hace décadas manifiesta alteración por la inyección a la atmósfera de gases procedentes de la quema de combustibles fósiles que generan un efecto invernadero de causa antrópica. Cada año hay más CO2 de causa antrópica en nuestra atmósfera. Y así no puede conseguir devolver al sistema climático a un funcionamiento natural. El clima de la Tierra siempre ha cambiado. Estamos en una fase más de estos cambios, pero es una fase singular porque se ha introducido la mano del ser humano como factor de alteración del funcionamiento del sistema climático terrestre. Podemos decir, con los datos en la mano, que el ser humano ha conseguido modificar el clima terrestre alejándolo de su comportamiento natural.

"El calor se va a hacer cada vez menos soportable, más constante, de día y sobre todo por la noche"

Jorge Olcina - Climatólogo

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¿Cuándo se habla de que avanzamos a veranos menos confortables en el Mediterráneo a qué se refiere?

A que el calor se hace cada vez menos soportable, más constante, de día y sobre todo de noche. La singularidad mediterránea de la subida de temperaturas que estamos registrando viene sobre todo por el incremento del calor nocturno en la franja litoral, que es donde están los destinos turísticos principales, pieza básica para nuestra economía. Por eso la importancia de empezar a aplicar medidas de adaptación para que la economía no se resienta.

Jorge Olcina ISABEL RAMON

¿Qué medidas se pueden tomar para afrontar estas olas de calor? La construcción ha adelantado dos horas el inicio de la jornada

Necesitamos ciudades mas verdes, con más sombra, con más fuentes. Y viviendas adaptadas al calor, con sistemas eficientes de enfriamiento, tanto natural (viento interior en las casas) como artificial (aire acondicionado). Eso si, estos sistemas de aire acondicionado deben tener como suministro electricidad producida por energías verdes (solar, eólica o hidráulica). De ahí la necesidad de ahondar en la transición energética que nuestro país está llevando a cabo, para poder cumplir los objetivos que nos han fijado desde la Unión Europea, para 2030 y 2050. Necesitamos también colegios adaptados al calor, con patios arbolados y clases refrigeradas, para poder cumplir el calendario académico. No se trata de retrasar el inicio del curso escolar, porque eso es complicado si se quieren cumplir los temarios oficiales. Se trata de ir preparando los colegios para unas condiciones climáticas más calurosas especialmente en mayo, junio y septiembre.

"La provincia tiene inteligencia para desarrollar soluciones que nos conviertan en un territorio no dependiente de otras regiones en materia de agua"

Jorge Olcina - Climatólogo

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Hay personas, veteranas, que aseguran que hace 40 años también hacía mucho calor en verano. ¿Qué les diría?

Que revisen los datos y analicen los registros máximos y mínimos que se alcanzaban entonces y la propia duración de las olas de calor. Decir eso es querer quitar importancia, desde la ignorancia, al problema ambiental más importante que nos está afectando y nos va a acompañar durante, al menos, este siglo: el cambio climático por efecto invernadero de causa antrópica. Este tipo de afirmaciones, que se pretenden graciosas, manifiestan desconocimiento científico e irresponsabilidad ciudadana.

¿Va a dejar de llover en España como lo hacia antes?

Ya está siendo así. Está cambiando la forma de llover. Se está alterando la estacionalidad de las lluvias, su intensidad y la cuantía anual. Aunque hay una tendencia general a la disminución progresiva de las lluvias, en zonas de nuestro litoral mediterráneo llueve más ahora que hace tres o cuatro décadas. Son las particularidades que manifiesta el proceso de calentamiento en las precipitaciones de la zona mediterránea. Lo que si que se evidencia de forma clara es que las lluvias caen en episodios cada vez más intensos. De manera que son lluvias poco aprovechables y para las que nuestras ciudades no están preparadas. De ahí la necesidad de ir adaptando los sistemas de evacuación de aguas a las intensidades horarias que se están registrando la lluvia en la fachada mediterránea. Aquí hay un trabajo necesario por parte de la ingeniería hidráulica urbana que cuenta con profesionales excelentes en nuestro país.

 ¿España ha entrado ya en nuevo ciclo seco?

Todo apunta a que está siendo así. Aunque en las cuencas del Júcar y Segura, las reservas son anormalmente altas debido a la primavera tan lluviosa que hemos tenido. Y que no han disfrutado en otras regiones de España donde se ha ido agravando la falta regular de precipitaciones que se venía arrastrando desde el año 2021. Por tanto, aquí estamos en una situación, de momento, privilegiada, respecto a lo que ocurre en las cuencas del sur de España, en el Guadiana, Tajo, Duero, Cataluña o incluso en Galicia. Pero no podemos bajar la guardia porque si en otoño se mantiene la tendencia, la situación se irá poniendo cada vez peor.

 ¿Llegaremos a tener restricciones en el consumo urbano de agua este año?

No, en nuestro territorio no. Tenemos un sistema muy bien diseñado para poder afrontar lo que queda del año sin problema.

"Las ciudades pueden pagar el coste del agua desalada. La agricultura, de momento, no"

Jorge Olcina - Climatólogo

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La sequía llega en plena polémica por la revisión de los caudales ecológicos de los ríos. ¿Considera urgente esa revisión?

Considero urgente que nuestra provincia piense en soluciones alternativas al trasvase del Tajo-Segura. Porque el efecto del cambio climático en la cabecera del Tajo cada vez va a ser más evidente. Y la provincia tiene inteligencia para desarrollar soluciones que nos conviertan en un territorio no dependiente de otras regiones en materia de agua. Y la política nacional y regional debe estar a la altura, ayudando a la agricultura con subvenciones para que pueda pagar el coste del agua depurada y desalada. Y se debe informar constantemente a los ciudadanos de las decisiones que se vayan a tomar en materia hídrica. No imponer acciones porque sí. Esto es lo peor del proceso actual de revisión de los caudales ecológicos, seguramente necesaria, pero en la que ha habido poca información real de los motivos considerados para llevarla a cabo.

“En zonas de nuestro litoral mediterráneo llueve más ahora que hace tres o cuatro décadas pero en episodios cada vez más intensos. Son lluvias poco aprovechables y para las que nuestras ciudades no están preparadas”.

Jorge Olcina - Climatólogo

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 ¿Estas situaciones de sequía son coyunturales o debemos acostumbrarnos a ellas?

La sequía es un proceso climático propio de los climas de latitudes medias. Más frecuentes conforme nos situamos en el borde subtropical como nosotros. Y sobre todo si estamos situados geográficamente en el extremo opuesto a la trayectoria de las borrascas que entran desde el Atlántico, como nos ocurre en el sureste peninsular. Se está diciendo que con el cambio climático debemos acostumbrarnos a sequías cada vez más intensas y prolongadas. Pero de momento esto no es así. Al contrario, el cambio en la circulación atmosférica que se está registrando en nuestro hemisferio, implica movimientos más rápidos de las masas de aire. Es lo propio de las atmósferas que se calientan (o que se enfrían). La atmósfera busca un equilibro térmico que cada vez es más difícil de conseguir. Y eso lo hace moviendo las masas de aire de forma cada vez más rápida. Esto está llevando a que las secuencias de sequía que se desarrollan desde el 2000 son intensas pero de corta duración, en relación con estos cambios en la circulación atmosférica. A esto debemos acostumbrarnos. A cuatro o seis meses sin apenas lluvia que van a poner en jaque los sistemas de abastecimiento urbano y agrario. Esto es lo que estamos investigando últimamente.

"Debemos acostumbrarnos a cuatro o seis meses sin apenas lluvia, que van a poner en jaque los sistemas de abastecimiento urbano y agrario"

Jorge Olcina

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¿Cree en una España húmeda y una seca o puede haber agua para todos bien administrada?

Siempre habrá una España más beneficiada en lluvias y otra, como la nuestra, menos. Esto es un hecho geográfico. Y en general, en nuestro país el agua está bien administrada. Mucho mejor en el sureste sin duda, porque la necesidad ha hecho virtud a la hora de diseñar el sistema de gestión del agua existente. Si la pregunta implica la idea de que venga agua de donde más llueve a donde menos llueve, eso habría que planteárselo a los partidos políticos que nos gobiernan. Nos encontraríamos sorpresas en uno y otro extremo del arco ideológico. Lo importante es ir a soluciones reales, que podamos aplicar ya. No utopías que nunca se van a producir, al menos en una sociedad democrática como en la que tenemos el privilegio de vivir. La provincia de Alicante ha demostrado ser muy inteligente en el diseño de sus sistemas de abastecimiento de agua. Nos queda un paso más. Intentar no ser dependientes de otras regiones.

Jorge Olcina Isabel Ramón

 ¿La desalación es la solución?

Es una de las soluciones, junto a la reutilización de aguas depuradas. La desalación es una garantía fija de abastecimiento. La ciudad puede pagar el coste del agua desalada. La agricultura de momento no. Hasta que no se rebajen los costes energéticos del agua desalada, la política tendrá que diseñar mecanismos de ayuda para que la agricultura pueda pagar el coste de la desalación. La provincia debe ser consciente de que en un contexto de cambio climático como el que estamos viviendo, lo único que puede asegurar la regularidad del suministro de agua es la desalación y, allí donde sea posible, las aguas subterráneas.

¿Va a dejar de llover?

Los recursos dependientes de la lluvia (ríos, trasvases) van a experimentar la irregularidad y progresiva reducción de caudales que señalan los modelos climáticos. En materia de agua, que es un elemento vital para la vida y la economía.Hay que trabajar sobre soluciones realmente posibles y al alcance de la mano. Empeñarse en mantener esquemas diseñados hace décadas, en otro contexto climático muy distinto, que van a poder mantenerse hasta que se pueda, pero no mucho tiempo, es no querer afrontar una realidad que ya tenemos aquí. Realidad que nos obliga a modificar comportamientos y actuaciones que pensábamos eternas .Lo contrario es, realmente, no querer buscar soluciones al tema. Y en esto la política debe demostrar que está a la altura de la coyuntura climática complicada que nos espera, por encima de ideologías.

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