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Las altas temperaturas y la materia seca acumulada convierten a los montes en un polvorín

La Font Roja, el Maigmó, la Sierra de Mariola o la pinada de Guardamar entre las zonas con mayor riesgo potencial | Bomberos forestales piden mayor prevención y aumentar la plantilla

Bomberos del Consorcio vigilan por una zona de monte de la provincia. Jose Navarro

Solo un descuido o un gesto fortuito podría ser el inicio de una guerra contra el fuego. Las altas temperaturas que se están registrando en el mes de julio, con humedad y viento, así como la acumulación de vegetación, sobre todo seca, que hay en los montes de la provincia los convierte en una especie de polvorín que podría encenderse en cualquier momento. Una situación que mantiene en alerta a las partes implicadas, tanto en prevención como en extinción de incendios, que se afanan en vigilar las zonas con más riesgos para evitar que miles de hectáreas ardan bajo las llamas.

¿Hay riesgo en la provincia de un gran incendio como los que azotan a otras zonas de España? Los expertos apuntan a que sí existe riesgo, aunque como todos los veranos. Porque según explican "ninguna campaña se puede comparar con otra" porque cada una tiene sus características. Daniel Morcilo, bombero forestal en la provincia y delegado sindical de SPPLB, explicó que "estamos preocupados por la situación porque lo que está pasando en verano es que cada vez son más largos y con clima extremo".

Este año, la ola de calor que azota estos días a todos los territorios es un condimento perfecto para ello, pero también los montes tienen gran cantidad de materia seca acumulada, lo que en el "argot" de emergencias se conoce como combustible. Entre las razones, las lluvias de los pasados meses de abril y mayo. A más agua, la vegetación y árboles crecen y, con el calor, se secan. Pero no es el único motivo.

El abandono de las zonas rurales también juega su papel en las zonas de riesgo de incendios. Lo advertía el presidente de Asaja-Jóvenes Agicultores, José Vicente Andreu, hace unos días en un artículo en este diario en el que afirmaba precisamente que habían disminuido las zonas de cultivo dando paso a terrenos forestales que no se trabajan lo que, junto al cambio climático, hacía que todo fuera "una bomba a punto de explotar". Y así lo corroboran otras partes implicadas en atajar incendios. Trabajar la tierra hacía que hubieran "zonas de fortuna", o lo que es lo mismo, terrenos donde el fuego se podía parar o controlar. "El abandono rural y la falta de explotaciones hace que haya más extensiones expuestas a los incendios" además de que "dificulta el acceso a otras", indicó Morcilo. Todo ello "es combustible preparado para arder rápido" y puede llevar a "incendios más agresivos".

Uno de los camiones de bomberos en el Maigmó. Jose Navarro

En este sentido, el presidente de ACIF (Agrupación contra incendios Forestales) de Alcoy, Jordi Gutiérrez, explicó precisamente que en los montes de la provincia se está dando esa situación de cúmulo de circunstancias: "la climatología, el abandono de la agricultura y que no existe ningún tipo de explotación forestal, hace que se gane cada vez más combustible"; es decir, esa vegetación seca. Una situación que según indicó "es similar a la del resto del país". En el caso de la zona de Alcoy y alrededores, "la continuidad actual de la vegetación podría hacer que un incendio que se inicie en Biar acabe en Agres".

"La climatología, el abandono de la agricultura y que no existe ningún tipo de explotación forestal, hace que se gane cada vez más combustible"

Jordi Gutiérrez - ACIF

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Por su parte, Carlos Arribas, de Ecologistas en Acción, indicó que "la situación es grave. Con estas temperaturas y la sequedad, los montes son un polvorín". Algo que el profesor de Ecología de la UA, Jaime Baeza, considera "algo extremo" aunque la situación actual "no es la mejor" porque la climatología es "un problema grave". El experto añadió que "el 95% de los incendios son por causas humanas", por un descuido o falta de atención y "al no percibir el riesgo". Así añadió que las condiciones climatológicas actuales "hacen que la situación sea explosiva". Y reivindicó que "cuando se dice que el monte está sucio, en realidad no es así" sino que "tiene como tiene que estar" por la naturaleza del mismo.

En la provincia, existen zonas con mayor potencial de riesgo. Entre ellas, el peligro se cierne sobre el parque natural de la Font Roja, la Sierra de Mariola, el Maigmó o la pinada de Guardamar, según las mismas fuentes. Pero también en la Torre de les Maçanes o Relleu donde hay gran masa forestal. Así, las zonas de costa, donde se ubica Serra Gelada en Benidorm o la zona del Montgó en la Marina Alta también tienen riesgo.

Entre las medidas de prevención estaría crear "más cortafuegos y más zonas de seguridad", como ampliar la limpieza de los laterales de las carreteras. Pero también "lo principal es poder dar un servicio muy rápido" para que el incendio no se haga grande en poco tiempo, indicó el bombero forestal.

Luchar contra los incendios es trabajo de los bomberos, tanto los del Consorcio Provincial de Alicante o los de la ciudad de Alicante como de los forestales que la Sociedad Valenciana de Servicio Integral de Gestión de Emergencias (SGISE), dependiente del Consell, tiene desplegados en la provincia. A ellos se suman también grupos de voluntarios como la Agrupación Contra Incendios Forestales (ACIF) con varias sedes como la de Alcoy.

"La situación es grave. Con estas temperaturas y la sequedad, los montes son un polvorín"

Carlos Arribas - Ecologistas en Acción

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Todos coinciden: llegar pronto cuando se produce un incendio es clave para intentar evitar que se propague y se convierta en un gran incendio. De ahí que los medios materiales y humanos sean importantes para lograr este punto pero también el control y extinción del fuego. Así, los medios aéreos en la provincia son dos helicópteros del Consorcio de Bomberos, uno que se usa para rescates también, Alpha 01, y que participa en incendios forestales porque lleva carga de agua; y otro, del 1 de julio al 30 de septiembre, para detección, coordinación, dirección y extinción de incendios, según fuentes de la entidad. A ellos se suman dos helicópteros de la Generalitat, uno de ellos con base en Mutxamel, donde también hay dos aviones para esta tareas. Cinco drones del Consorcio se unen a la flota.

Bomberos en el monte con una de las balsas de agua para luchar contra los incendios. Jose Navarro

Así, existen Unidades de Bomberos Forestales por toda la provincia. Según fuentes oficiales hay 12 de ellas que cuentan con 11 autobombas. En cuanto a bomberos del Consorcio, en los 8 parques, 5 subparques y retenes en verano hay 138 efectivos al día. Unos 700 forman este organismo en la provincia. Así, trabajan con 14 camiones de bomberos con carga de agua con bomba nodriza pesada; dos bombas nodriza ligera; 8 bombas forestal pesada; tres bombas forestal ligera; y 28 UMJ, vehículos que se utilizan para llegar al incendio. Esta entidad es la primera en llegar y es quien coordina el trabajo de campo. Además, ACIF colabora tanto en la prevención como en la extinción de incendios. Para lo primero, solo la de Alcoy cuenta con 35 voluntarios; 40 para la segunda tarea. Además, 14 cámaras vigilan los picos de la comarca y voluntarios a caballo recorren los fines de semana los montes.

Pero ¿son suficientes? Algunas fuentes indicaron que con estos medios disponibles, la provincia podría hacer frente a un incendio forestal de grandes dimensiones. Aunque alegaron que un fuego de este tipo nunca se puede prever porque está sujeto a múltiples factores. Así recalcaron que, en el caso de ser necesario, el apoyo llega de bomberos de otras provincias o comunidades; en el caso de ser muy extremo, también interviene la UME.

Así, los bomberos forestales llevan tiempo con reivindicaciones sobre la mesa que apuntan a la necesidad de mejorar los medios y las condiciones del colectivo y, sobre todo, reorganizar horarios y turnos y, por tanto, ampliar las plantillas, para que la labor de vigilancia y extinción se cubra de manera óptima los 365 días del año las 24 horas del día. Así lo explicó el delegado del SPPLB quien indicó que "las unidades están mermadas". Según sus datos, en la provincia existen 13 unidades de Bomberos Forestales (11 anuales y dos, las de Guardamar y Relleu, que funcionan seis meses). Una de las reivindicaciones que el sindicato lleva años haciendo es que "sean todas anuales" y que a la de Guardamar "se le dote de una autobomba" por la zona de riesgo en la que se encuentra.

"El 95% de los incendios son por causas humanas, por un descuido o falta de atención y al no percibir el riesgo"

Jaime Baeza - Profesor de Ecología de la UA

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En cuanto a las plantillas, Morcilo apuntó que ahora mismo hay entre 80 y 85 efectivos en este colectivo, que "algunos días son muchos menos", con un sistema de dos turnos que "ha quedado obsoleto" y que no es suficiente para atender todos los días del año. Por ello, piden un tercer turno, una reivindicación a nivel autonómico hecha al Consell que para la provincia supondría "un aumento de efectivos en 95 más".

"Un tercer turno de Bomberos Forestales es una reivindicación autonómica que para la provincia supondría 95 efectivos más"

Daniel Morcilo - Bombero forestal y delegado sindical del SPPLB

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Los beneficios serían poder reaccionar más rápido pero también "más relevos" que harían que "cuando se declare un incendio siempre había gente 'fresca' y se respetarían los turnos de descanso". E hizo hincapié en la necesidad de tener en cuenta la edad de los efectivos: "Es una preocupación porque no se puede tener en primera línea a efectivos de más de 60 años". El bombero forestal añadió que la "falta de componentes en las unidades es por la falta de previsión política y de la empresa que ha generado una incapacidad de contratación que esperemos se solucione pronto" y "debido a la huelga en la que estamos por la falta de estabilidad laboral de un 1/3 de la plantilla".

Prevención necesaria

El trabajo de prevención se hace también por parte de los bomberos durante todo el año y las administraciones públicas también invierten cada año en campañas y planes de empleo para la puesta a punto de estos entornos naturales. "Se quita la masa forestal de carreteras y si se realizan prácticas se aprovecha para hacerlas en zonas que pueda ayudar a minimizar el riesgo de incendio", explicó el delegado sindical.

Pero queda una parte del monte: la que está en manos de particulares. Pasa, por ejemplo, en la Font Roja o en áreas donde las urbanizaciones les han comido el terreno a la naturaleza. "Es responsabilidad de los propietarios despejar las zonas de viviendas", indicó Gutiérrez. Algo que apoya también los expertos: "Cada vez hay más incendios con interfaz interurbana", indicó Morcilo; es decir, en zonas de urbanizaciones que lindan con zonas forestales, por ejemplo. Arribas apuntó además que esos "bosques privados no tienen rendimiento económico. Hay una falta de gestión" y son zonas donde "se acumula biomasa". Por ello, piden incentivos para que los dueños gestionen esas tierras "de forma correcta". Algunos "propietarios, especialistas o profesores han hecho estas reivindicaciones pero no están en la agenda política".

Medios de extinción sofocan un incendio forestal en la provincia en una imagen de archivo. David Revenga

Los planes de prevención son claves, sobre todo a largo plazo. Pero no solo las tareas necesarias pasan por limpiar los bosques, sino por buscar la manera de aprovechar los terrenos que ahora son forestales para que no se acumule ese material seco. "Limpiar el bosque a golpe de talonario es inviable", asegura el presidente de ACIF quien apunta a que hay que "buscar explotaciones como recurso", por ejemplo reutilizar la madera que queda abandonada. "Hacen falta más política de prevención porque cada vez los incendios son más agresivos", indicó Morcilo.

Arribas añadió que "las administraciones públicas invierten poco, como la Generalitat". Para el ecologista es básico "mantener la agricultura de montaña precisamente para que haya discontinuidad" porque muchas veces esas zonas actúan para parar el fuego. Y el profesor de la UA indicó que "se debería reorientar un porcentaje importante de los recursos a pensar en el problema serio" que se da por las condiciones extremas y el cambio climático.

La rápida actuación de los bomberos es clave contra un incendio. Alex Domínguez

Con todo, todas las partes implicadas y expertos coinciden: hay que estar alerta en todo momento para que los montes de la provincia no ardan. Por ahora, no se ha producido ningún incendio de gran tamaño en ellos. Y todos cruzan los dedos.

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