El número de problemas relacionados con el suicidio ha aumentado en Alicante. El Teléfono de la Esperanza de la ciudad atiende 200 llamadas al año relacionadas directamente con casos de personas con voluntad de quitarse la vida, alrededor de 4 llamadas por semana.

Estos casos son identificados por los voluntarios del Teléfono y clasificados en tres niveles: ideación suicida, cuando la persona manifiesta la voluntad de acabar con su vida; plan suicida, cuando detalla cómo lo va a hacer; y acto en curso.

En el tercer nivel contactan directamente con el 112, para que se haga cargo de la situación urgente, señala Germán Ricardo, responsable de la asociación en Alicante. Cuando se encuentra en una de las primeras dos fases, se le ofrece el acompañamiento y la intervención de los voluntarios, y recibe ayuda profesional si la desea en las primeras 24 horas tras hacer la llamada.

Una pintada sobre el suicidio, bajo las escaleras del Jorge Juan. Alex Dominguez

Las cifras han aumentado respecto a los años anteriores a la pandemia, señala Ricardo. De las cerca de 10.200 llamadas que recibe el Teléfono de la Esperanza de Alicante al año, un 2% tiene relación directa con los suicidios, cuando en los años anteriores a 2020 esta proporción no superaba el 1,6%: "No son la mayoría, pero tienen una importancia muy alta", señala. Además, Ricardo apunta que el incremento en las llamadas es coherente con los datos de suicidio del INE a nivel nacional, donde han aumentado un 7%.

David López Rodríguez, psicólogo de Alicante, señala que el aumento de suicidios coincide con el periodo de la pandemia y el confinamiento: "Ya veníamos de un periodo alto de suicidios y la sociedad está muy debilitada. Hay datos que indican que somos un país propenso a los fármacos para solucionar los problemas emocionales. Además, la pandemia ha hecho incrementar todo. Lo que no existía ha nacido, lo que ha nacido ha empeorado y lo que ha emporado se ha agravado".

Un problema que, entre otros, afecta en especial a la gente joven: "Hay un grupo muy grande de gente joven, de entre 17 y 20 años, que se encuentra muy solo". Un punto en el que coincide López: "El índice de suicidios ha tenido un aumento significativo. En la gente joven, ha aumentado el número de personas que acuden con autolesiones graves a consultas médicas".

"Las llamadas de suicidio no son la mayoría, pero tienen una importancia muy alta. El aumento de llamadas es coherente con los datos a nivel nacional".

Germán Ricardo - Responsable del Teléfono de la Esperanza de Alicante

La clave, según López, está en el mal entendimiento del sufrimiento: "La gente no aguanta nada el sufrimiento, lo que va debilitando mucho a nivel emocional. Sin embargo, el sufrimiento es parte de la vida. Si la gente busca siempre un alivio inmediato es porque no se termina de entender que el sufrimiento es parte del aprendizaje, lo que te lleva a soportar menos adversidades y, al final, a tener un problema y no poder afrontarlo".

Un análisis que coincide en parte con el de Ricardo. El 40% de las llamadas que atiende el Teléfono de la Esperanza se ubican en el apartado de "problemas familiares", indica: "En este punto se incluyen problemas de pareja y conflictos con hijos o padres. Normalmente, es siempre la madre la que llama. La mayoría de casos tiene que ver con discusiones, pero también con el consumo de sustancias".

López apunta que uno de los "boicots" al concepto del "sufrimiento-fortalecimiento" es la propia sociedad: "Frases como 'no te preocupes, ya pasará' o la sobreprotección nos debilitan. Además, la cultura de un país tan social como España está relacionada con la diversión a través de las drogas. No es que vayas a buscar el alcohol, es que está ahí desde los 13 años como algo cultural".

El perfil habitual de la persona que llama al Teléfono de la Esperanza, indica Germán Ricardo, es el de una persona de entre 45 y 49 años. Además, añade, el 67% de las llamadas las realizan mujeres: "Cada caso hay que mirarlo en particular. Entendemos que las mujeres tienen mayor predisposición a hablar de sus problemas y buscar ayuda. Los hombres tenemos mayor dificultad para hablar de nuestras emociones y buscar ayuda. En algunos casos, resolvemos nuestros problemas a través de la rabia".

Sin embargo, señala Ricardo, en los últimos años está cambiando esta tendencia. "En los últimos 2 o 3 años, con el covid, hemos notado mayor presencia de hombres. Muestran mayor facilidad para ayuda y son más proclives a pedirla".

El voluntario apunta, además, que "se ha hecho evidente la saturación de los servicios sanitarios y se ha hecho más importante la presencia de psicólogos". Algo en lo que coincide López: "Se ha dado un desbordamiento en la salud pública, que no tiene tantos recursos para atender a la gente con problemas. Los psicólogos privados estamos desbordados y no tenemos hueco a un mes vista en las agendas. Muchos son adolescentes, pero es algo que afecta a la población en general. Los ciudadanos no tenemos herramientas para una buena gestión emocional".

La soledad, el otro gran problema agravado por la pandemia

El Teléfono de la Esperanza ha aumentado desde el inicio de la pandemia el número de atenciones relacionadas con la soledad: "Se han disparado las llamadas. Hemos llegado a atender más del doble de las que atendíamos antes", señala Ricardo.

Muchas de las personas que llaman por esta cuestión, indica el voluntario, se encuentran en situación de aislamiento, medicación o tienen problemas mentales: "Algunas personas muestran un descuido en la higiene personal y llegan al abandono de la propia persona. Una persona que está sola puede ser más tendente a la depresión y tiene más descuidos en autocuidados como la alimentación o la higiene".

El 18% de las llamadas del Teléfono, indica, son por problemas de soledad: "Es la única problemática que ha aumentado de manera significativa, se han triplicado las llamadas. Antes las personas mayores tenían más contacto con sus familias, incluso en las residencias. Con la pandemia, el malestar se ha incrementado porque hay cierto desconocimiento a la hora de atender a las personas mayores".