La plaza del Abad Penalva, llena de alicantinos hasta el último rincón, ha recibido a la Virgen del Remedio, a su salida de la Concatedral de San Nicolás a las 20.25 horas del viernes 5 de agosto, con más de 20 minutos de retraso respecto a la hora prevista. 

La Patrona de Alicante ha vuelto a las calles entre una lluvia de pétalos de rosa que reflejaban la emoción y sentimiento de una ciudad que recupera esta procesión con ganas tras el parón de dos años provocado por la situación sanitaria derivada de la pandemia.

Tras la misa solemne oficiada por el oriolano Francisco Cases, obispo emérito de Canarias y quien fuera pregonero de la Semana Santa 2022, la Patrona ha recorrido las calles del centro de la ciudad acompañada por representantes de les Fogueres de Sant Joan, Federación de Asociaciones Festivas en Barrios y Partidas de Alicante (FAFBA), Federación de Moros y Cristianos de Alicante (FMYCA), Junta Mayor de Cofradías y Hermandades de Semana Santa, Cofradía de San Nicolás de Bari, y del Cabildo; además de representantes institucionales.

Una colla de dolçaina i tabalet ha abierto la procesión y la Banda Sinfónica Municipal de Alicante ha cerrado el cortejo que ha acompañado a la Patrona. Además, en varios puntos de este trayecto los pétalos de rosa han llovido sobre la imagen de la Virgen del Remedio en representación de la devoción del pueblo alicantino.

El recorrido ha transcurrido por la calle Labradores, Primo de Rivera, Rambla de Méndez Núñez, calles Mayor y Muñoz, y Plaza del Abad Penalva donde ha finalizado la procesión y una lluvia de flores ha recibido a la Patrona en su entrada a San Nicolás.

El paso de la procesión por la Rambla ha obligado a un corte de tráfico en esta avenida desde las 20 horas hasta las 22.

Una devoción de siglos

La devoción de Alicante hacia la Virgen del Remedio se llega a situar en el siglo XIV. Debido a ello se le habilitó un altar en el claustro de la Concatedral para que se le rindiera culto. En 1535 ya hay constancia de que se organizaran procesiones en honor de la Virgen. La cofradía data de 1600 y recibió la aprobación y el reconocimiento del Papa Clemente VIII en 1603.

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El fervor continuado hacia la Virgen del Remedio hizo que el 5 de agosto de 1648 saliera en procesión junto con la Santa Faz por las calles de Alicante coincidiendo con una epidemia de cólera. Ésta, explican las fuentes consultadas, remitió a los pocos días. Creció la devoción hacia la Virgen y en 1768, acabadas las obras de la Colegiata -hoy Concatedral-, los Cabildos Municipal y Eclesiástico acordaron dedicarle el Altar Mayor.

El alcalde Francisco Alberola declaró el 31 de octubre de 1950 a la Virgen del Remedio como Alcaldesa Honoraria y Perpetua de Alicante. En ese mismo acto le fueron impuestas las insignias acreditativas y el Bastón de Mando Municipal, con el que procesiona.