Un grupo de cadetes de tercer año de la Marina italiana se encuentran atracados en Alicante en el Orsa Maggiore, un velero escuela de 28 metros de eslora y 6,5 de haz. Oficialmente, duermen y completan su formación en suelo italiano, ya que el barco navega bajo la bandera de su país, pese a que este se encuentra atracado desde el sábado y hasta el próximo miércoles en el puerto de Alicante.

Junto a ellos, se encuentra el comandante Sergio Cozzo, quien dirige su instrucción, aunque apunta que "los cadetes son independientes. Es importante que lo sean. Navegamos y llegamos a los diferentes puertos gracias a ellos, nosotros solo damos unas pequeñas instrucciones". Además, les ha recibido en Alicante el agregado de Defensa a la Embajada de Italia en España, el capitán de navío Simone Malvagna.

El agregado de Defensa a la Embajada de Italia en España y uno de los cadetes atienden al comandante Cozzo. HECTOR FUENTES

El barco no se encuentra al completo, ya que este tiene capacidad para veinte personas: dos oficiales, con camarotes independientes, y dieciocho cadetes, que duermen en camarotes conjuntos: "Si necesitamos ser veinte, es porque hay marejada. A Alicante hemos llegado con cuatro personas, aunque lo normal es ser unas doce y dividirnos en dos grupos de trabajo de seis. Si necesitamos a las veinte para navegar, es porque el viento azota y el mar está complicado", apunta Cozzo.

Cada vez que se dirigen a un destino, los cadetes tienen que elaborar un informe para explicar a sus compañeros detalles del lugar que será su anfitrión.

El navío, construido en 1994, es uno de los más modernos de los que componen la flota de formación italiana. Cozzo le hace una pequeña broma a Malvagna: "Tal vez estarían más cómodos en uno de los antiguos". Malvagna se lo niega. Al fondo, los cadetes guardan la compostura.

Tres cadetes atienden las palabras del comandante Cozzo y el capitán de navío Malvagna. HECTOR FUENTES

No es necesario resolver ningún conflicto en el barco, porque no los hay, indica uno de los cadetes después de que Cozzo le dé el turno de palabra: "Somos una unidad y trabajamos como tal. No puede haber conflictos porque nos necesitamos los unos a los otros".

El aprendizaje de los cadetes no se ciñe a las tareas de navegación. Para ellos, indica Cozzo, el objetivo principal es aprender lecciones de vida y trabajo en equipo.

En el camarote principal luce un trofeo de una competición de regatas. No es un primer puesto, sino un premio por asistir a una navegación que se encontraba en problemas: "Íbamos segundos en nuestra clase cuando otra embarcación necesitó asistencia. No lo dudamos, abandonamos la competición y nos dirigimos hacia ella", indica Cozzo.

Un mapa de Alicante, en el velero Orsa Maggiore. HECTOR FUENTES

El Orsa Maggiore ha vuelto a la normalidad tras la pandemia, que también afectó al navío: "Tuvimos que abrir las escotillas e ir con mascarillas", señala Cozzo. Algunos de los buques italianos, como el Amerigo Vespucci, el más grande de los que conforman la flota de instrucción italiana, aún no han recuperado los procedimientos previos a la pandemia.

Además, apunta Malvagna, cada vez que el navío atraca en un puerto internacional, como es el caso de Alicante, el comandante y los cadetes se presentan a las autoridades correspondientes. Ambos oficiales apuntan que esto les enseña diplomacia. Un arte con especial significado en tiempos del primer conflicto bélico en Europa en más de dos décadas, la guerra en Ucrania.

Sin embargo, Malvagna niega que cambien las instrucciones que reciben los cadetes por la situación actual: "No cambia nada. Pueden cambiar algunas tácticas, porque hay nuevos tipos de armas, como los drones, pero el entrenamiento es el mismo".