La Conselleria de Sanidad ha remitido este lunes a los departamentos de salud el nuevo protocolo de actuación del personal sanitario frente a sospecha de sumisión química, que incluye los pinchazos. Este protocolo se suma y complementa al que ya publicó Sanidad en 2019 dirigido a la atención integral, sanitaria y judicial a víctimas de agresiones sexuales de la Comunidad Valenciana. En este documento, se insta a que se aconseje a la víctima a denunciar, aunque no se detecten sustancias químicas en la analítica, para que se puedan perseguir penalmente estas agresiones.

El nuevo documento establece que se deberá informar a la víctima de la conveniencia de formalizar denuncia para continuar el proceso judicial, incluso "en el caso de únicamente haber recibido un pinchazo sin clínica de ningún tipo, ya que este también es un delito penal". Si decide denunciar, se contactará desde Urgencias con las fuerzas de seguridad y en los casos de un diagnóstico de sospecha confirmado de sumisión química se comunicará al juzgado de guardia.

En el documento, de veinte folios, se expone que "la sumisión química (SQ) consiste en la administración de sustancias químicas con efectos psicoactivos a una persona, sin su consentimiento y sin su conocimiento, con fines delictivos, con el fin de modificar su estado de consciencia, su comportamiento o anular su voluntad". Señala, además, que "en los últimos años, este fenómeno ha adquirido una notable relevancia por el incremento de los casos y su importante repercusión social y sanitaria".

En España, tras la reforma del Código Penal en 2010, el artículo 181.2 determina que se consideran abusos sexuales no consentidos los que se ejecuten sobre personas que se hallen privadas de sentido o de cuyo trastorno mental se abusare, así como los que se cometan anulando la voluntad de la víctima mediante el uso de fármacos, drogas o cualquier otra sustancia natural o química idónea a tal efecto.

Como consecuencia de la aparición de varios casos de sumisión química, la Administración General del Estado ha elaborado y publicado diferentes guías. La más reciente es la guía de buenas prácticas para la actuación forense ante la víctima de un delito facilitado por sustancias psicoactivas: intervención ante la sospecha de sumisión química.

Sustancias utilizadas

El protocolo señala que "las sustancias empleadas en la SQ reúnen una serie de características comunes: fáciles de obtener, sustancia sin sabor, color ni olor; administrada habitualmente vía oral, mediante una inyección subcutánea o intramuscular, y excepcionalmente de forma inhalada; activa a dosis bajas, de acción rápida y de corta duración; de acción depresora o bien estimulante del sistema nervioso central; y que suele ocasionar amnesia anterógrada, sedación, confusión, efecto alucinógeno o desinhibición".

Las más habituales son sobre todo el alcohol etílico y los hipnóticos benzodiacepínicos (preferibles de vida media corta) o no benzodiacepínicos (zolpidem, zopiclona).

Otros destacados son el Gammahidroxibutirato (GHB), metanol, opioides, cannabinoides, ketamina, cocaína, derivados anfetamínicos, LSD, alfa-pvp, atropina, burundanga o escopolamina y disolventes.

Entre las actuaciones que debe completar el personal sanitario que atienda a una posible víctima de sumisión química se contempla la recogida de orina y sangre.

La sangre debe obtenerse en las primeras 48 horas tras el presunto delito para evitar la desaparición de la sustancia tóxica, y la toma de muestra se hará sin emplear alcohol u otro volátil como desinfectante.

"Se remitirá sangre venosa periférica en cuatro tubos de 5 ml, preferiblemente dos con fluoruro sódico como conservante y oxalato potásico como anticoagulante, (tubo tapón gris), y otros dos de sangre total anticoagulada con EDTA -ácido edético- para evitar la formación in vitro de GHB (tubo tapón lila)".

El protocolo incluye, además, un formulario específico para garantizar la cadena de custodia en la recogida de las muestras y su remisión a laboratorios especializados. El documento se ha remitido este lunes a los departamentos de salud el nuevo protocolo de actuación frente a casos de posible sumisión química, que incluye las sospechas de pinchazos, en el que se establece un procedimiento coordinado de actuación con los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado (FFCCSE).

Respuesta integral

El objetivo es establecer un procedimiento coordinado de actuación entre profesionales sanitarios y cuerpos y fuerzas de seguridad del estado para la atención de posibles víctimas de sumisión química, garantizando así los derechos de la persona y facilitando una respuesta integral, que incluye también profilaxis por exposición frente al VIH y otras enfermedades por el uso de las agujas y ante patologías de trasmisión sexual si además ha habido un contacto sexual.

Así, en el caso de una atención ambulatoria la posible víctima de sumisión química se remitirá al servicio de urgencias del hospital , mientras que la atención extrahospitalaria de un posible caso se reducirá a lo estrictamente necesario para evitar tardanzas y duplicidad en la exploración y en el relato de los hechos, dado que se ha de remitir sin demora al hospital.

Ante la llegada a un hospital de una persona que declara haber sido víctima de posible caso de sumisión química, o únicamente de un "pinchazo", el jefe de la Guardia será responsable de coordinar y garantizar el cumplimiento del presente protocolo. Además, se recalca que tanto si confirma como si se descarta la agresión sexual, la víctima será atendida en un área donde se le pueda garantizar la mayor privacidad posible.

Recogida de muestras

Lo primero que harán los facultativos será la recogida de muestras para tóxicos, dado que desaparecen con el tiempo, se detallarán los síntomas y se registrará el consumo voluntario de medicamentos o cualquier tipo de sustancias psicoactivas por parte de la víctima que puedan enmascarar los síntomas propios de la intoxicación delictiva.

La atención incluirá una exploración física y un parte de lesiones. Ante la sospecha de que además ha habido una agresión sexual se contactará con el Servicio de Ginecología y el Médico Forense de Guardia, se informará a las FFCCSE y se activará el Protocolo para estos casos.

Sanidad recalca que se debe garantizar "la trazabilidad, autenticidad e integridad" de las primeras muestras obtenidas por el centro sanitario ya que pueden ser constituir una prueba.

Además, se valorará proporcionar a la víctima profilaxis frente al VIH y VHB, y en los casos de sospecha de contacto sexual se le practicará asimismo una prueba de embarazo y profilaxis antibiótica para infecciones de transmisión sexual, así como estudiar la necesidad de una profilaxis antitetánica.

Según la sintomatología que se presente, se decidirá si precisa o no ingreso hospitalario y la pertinencia de derivación a otros recursos asistenciales. En todo caso, se remitirá para su posterior control y seguimiento por atención primaria o hospitalaria, si necesitara profilaxis post exposición.