En Alicante solo hay 21 taxis adaptados de una flota de 537. Ni siquiera llega al mínimo que marca la ley de un 5% de las licencias de taxi del área, 27 vehículos de este tipo para la ciudad de Alicante. Y parece que el panorama para las personas con movilidad reducida empeorará en los próximos años.

El problema es el alto coste que asumen los taxistas para conseguir un vehículo adaptado. No se trata solo de la instalación de la rampa que permite el acceso a estas personas, con un coste de entre 10.000 euros y 20.000 euros. Sino que los costes también se aumentan en los modelos de coche, ya que no todos los vehículos permiten su instalación, y en el consumo de combustible ya que suelen ser coches más grandes.

Una inversión que en la mayoría de los casos asumen los taxistas por su propia cuenta. Este sobrecoste hace que sean pocos los taxistas que opten por un coche adaptado, lo que ha provocado que en Alicante no se llegue al mínimo legal de 27 taxis con ese servicio. Pero la situación probablemente empeorará en los próximos años.

"Han tenido que renovar el vehículo y han cambiado de modelo porque no hay ayudas"

Manuel Sánchez - Taxista de un vehículo adaptado

"Hemos llegado a ser 23 taxis pero ahora se han ido 2 que han tenido que renovar el vehículo y han cambiado de modelo porque no hay ayudas" explica el presidente de la Asociación de Taxis Adaptados de la Comunidad Valenciana (ATACV) y conductor de uno de estos vehículos, Manuel Sánchez.

En esta situación están otros 8 o 9 taxis de la ciudad. Son aquellos que se animaron a adaptar su vehículo en 2018, al amparo de una subvención del Ayuntamiento de Alicante que costeaba el 90% de la instalación de la rampa.

La ayuda estaba condicionada a mantener el vehículo con este servicio durante 5 años, y el plazo de ese acuerdo vence en unos meses. A partir de ahí aquellos taxistas que cambien de vehículo difícilmente asumirán el coste de hasta 30.000 que supone un taxi adaptado, sobre todo si no cuentan con ningún tipo de ayuda o de incentivos.

En Alicante hay media docena de taxis con licencia de taxi adaptado, el resto cubren este servicio de manera voluntaria. "Si no hay ayudas no volveremos a adaptar", afirma Sánchez.

Esta es una de las principales demandas de estos taxistas, contar con ayudas que permitan instalar las rampas, como ya se hizo en 2018. Pero incluso piden ir más allá, como en Murcia, donde el Gobierno autonómico y el Ayuntamiento ofrecen una ayuda de 9.000 euros para adaptar el vehículo y otra de hasta 4.000 euros por el sobrecoste de mantenimiento, seguro y combustible del vehículo.

"Se necesita que haya vehículos adaptados en la calle para atender a personas con movilidad reducida, que tienen derecho a ir al hospital o salir a tomar algo y tener un taxi para desplazarse", insiste Sánchez.

Esta es una de las reclamaciones de las asociaciones de personas con discapacidad. Antonio Ruescas, el Presidente de Cocemfe Alicante, denuncia que no contar con estos vehículos supone "no poder ir a una cita médica o ir al teatro, no tener una vida normalizada como todas las personas que pueden coger un taxi o un autobús cualquiera".

Pero además, desde hace un tiempo no se permite la reserva previa de taxis adaptados, por lo que no se garantiza a las personas con movilidad reducida que se pueda realizar el servicio en tiempo y forma. Desde Cocemfe explican que el tiempo de espera para un taxi adaptado es mayor y en algunas franjas horarias es casi imposible conseguir uno.

El presidente de Cocemfe explica que "incluso en algunos casos no se llega a dar el servicio porque o no hay ningún vehículo adaptado, o la persona usuaria llega tarde a su cita por lo que tarda y tiene que prescindir del servicio. Por esto es tan importante poder hacer la solicitud del servicio de manera anticipada".

"Al final estamos hablando de garantizar derechos, la Administración marca un numero de taxis adaptados que tiene que haber y en Alicante hay menos"

Antonio Ruescas - Presidente de Cocemfe

"Al final estamos hablando de garantizar derechos, la Administración marca un numero de taxis adaptados que tiene que haber y en Alicante hay menos", insiste Ruescas.

Para Cocemfe existen muchas respuestas a este problema, una son las subvenciones que reclaman los taxistas, como ya se hizo en 2018, otra es aumentar las licencias condicionadas a que sean taxis adaptados. Soluciones que para esta entidad tienen que surgir de la colaboración entre las administraciones.

Estas entre otras propuestas las incluían en una carta que mandaron el pasado 10 de agosto al Director territorial de Alicante de la Conselleria de Política Territorial, Obras Públicas y Movilidad, Luis Alberto Alonso Vidales. En ella recogían la quejas de personas con movilidad reducida que que tienen la necesidad de hacer uso de los taxis adaptados en relación a este servicio.

Entre las más repetidas la imposibilidad de realizar reservas previas, la escasa disponibilidad o que haya turnos que no cuenten con suficientes vehículos adaptados. En el documento también informaban a la Conselleria de la intención de varios conductores del servicio de cambiar a vehículos ordinarios en caso de no contar con ayudas a la hora de renovar los taxis.

Pero, aunque la competencia sea de Conselleria, desde Cocemfe y los taxistas reclaman que los ayuntamientos también pueden realizar acciones para mejorar la situación, el de Alicante ya lo hizo en 2018 y se consiguió aumentar la flota de taxis adaptados.

"Al final los que sufrimos la falta de taxis adaptados somos los ciudadanos de Alicante", insiste Ruescas.