«Son las fiestas tradicionales alicantinas, las de toda la vida», explica Paloma, una de las vecinas que ve les danses sentada en la plaza del Puente, bajo la atenta mirada de la Cara del Moro y a los pies del parque de la Ereta.
Y no le falta razón, las de San Roque son una de las fiestas tradicionales de la ciudad más antiguas. Empezaron a celebrarse antes de1559, como una fiesta religiosa en la que se decoraban las calles con altares de flores y se conmemoraba al copatrón de la ciudad el día16 de agosto.
Pero para ver esta celebración tal y como la conocemos hoy en día hay que acercarse a principios del siglo XIX, cuando las fiestas religiosas dejaban hueco a lo que se conoce como las fiestas «de calle».
Es el auge de las fiestas de barrio, familiares, esas que organizan entre un grupo de vecinos y disfrutan quienes viven allí y quienes vienen de visita. Además, son una celebración en la que año tras año, de padres a hijos, se mantienen los mismos actos desde hace décadas, y casi siglos.
«Las fiestas de San Roque tienen un encanto especial, se celebran en un lugar único, con vistas al castillo, en un barrio que fue el inicio de nuestra ciudad», explica el presidente de la Federació de Festes Tradicionals d’Alacant, Óscar Llopis Barragán.
«Pero además, mantienen muchas tradiciones, como las danzas típicas de la provincia. Cada año hacen un esfuerzo por mantener estas costumbres», insiste Llopis.
«Son las mismas fiestas que yo llevo 30 años disfrutando», afirma el presidente de la comisión de fiestas de San Roque, Enrique García.
Un programa que incluye las ya mencionadas danzas, la noche del pregón, el sábado 13; las paellas, el domingo 14 por la noche; la banyà, el lunes 15, o la procesión, el día 16 de agosto, además de juegos populares todas las tardes.
Pero sorprendentemente, en los últimos años han cosechado cierto éxito entre los extranjeros. Erasmus que vivieron en la ciudad o personas que de turismo descubrieron estas fiestas tradicionales.
«Viene hasta un grupo de Manchester que todos los años repite» explica Francisca, vecina de Madrid, pero que participa en esta celebración desde hace más de 50 años. «Tenemos una casa en la calle Toledo», explica con orgullo.
«San Roque recoge parte de la historia de nuestra ciudad. Estas fiestas tradicionales, junto con las de San Antón, Santa Cruz, Tabarca, San Gabriel y Raval Roig son un reflejo de los barrios de Alicante. Por eso hemos pedido que sean declaradas de Interés Turístico Local. Es imprescindible que sobrevivan como parte de nuestra cultura y tradiciones», ha insistido Llopis.
