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Mascotas llegan al veterinario con heridas en las patas por el calor del asfalto

Un 15 % de los casos de insolación que se detectan en los perros son diagnosticados como graves. Las razas chatas son las más afectadas

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Mascotas y golpes de calor Juani Ruz/Pilar Cortés

Un 15% de los casos de golpe de calor que sufren los perros son diagnosticados como graves y la mitad de ellos termina falleciendo si no se actúa rápido. El calor es uno de los principales motivos de urgencia en las clínicas veterinarias en verano desde que el termómetro se dispara en la provincia, con cada vez más casos de alergias que los veterinarios relacionan con el calor y un aumento de las consultas de perros que llegan con heridas y quemaduras en las patas, sobre todo en la zona de las almohadillas, a través de las que transpiran, por el contacto con el asfalto ardiente, que llega a superar los 60 grados. Las razas chatas son las sensibles al calor en verano. Es el caso de los bulldog francés e inglés, el pequinés o el bóxer, perros a las que su propia constitución les dificulta la respiración, que es el principal factor de riesgo ante los golpes de calor.

En las clínicas aplican una crema a las patitas de los perros para que estén más protegidos del calor del asfalto y les reciben, en algunas de ellas, con cuencos de agua fresca con hielo.

Aunque profesionales veterinarios como los de la clínica San Blas de Alicante o Juan Manuel Griñán, del hospital veterinario JG de Mutxamel, coinciden en que los propietarios de mascotas están cada vez más concienciados, y reciben cada vez mejor cuidado por sus dueños, cada verano se dan casos de perros, sobre todo, y de gatos que llegan a las clínicas con síntomas e insolación. "Debemos recordar que los animales de compañía son más sensibles que nosotros a las altas temperaturas, y por ello hay que ser especialmente cuidadosos. Hidratar bien a los animales, dotarles de un alojamiento con sombra, evitar espacios reducidos cerrados y evitar pasear en las horas de más calor son clave. Si notamos cualquier síntoma relacionado con un golpe de calor debemos acudir de manera inmediata al veterinario para evitar un mal mayor", afirma Gonzalo del Val, presidente del Colegio de Veterinarios de Alicante, entidad que este verano ha publicado un vídeo con consejos sobre qué hacer en estos casos.

En este contenido se explica que los perros son muy sensibles a la hipertermia o golpes de calor, y que una subida de temperatura puede ser peligrosa si no se detecta llevándole incluso a la muerte. Entre los síntomas, una respiración rápida y forzada incluso después de haber descansado, y un jadeo sin pausa, con la boca abierta, la lengua fuera, a veces hinchada. Los perros sudan a través de la boca y de las almohadillas de las patas. Cuando jadean lo hacen para disminuir la temperatura corporal y los vasos sanguíneos se dilatan para provocar una mayor circulación de la sangre y bajar rápido la temperatura, pero hay que estar vigilante a un exceso de salivación y sobre todo si las encías pasan de tener color salmón a rojo ladrillo.

Señales más graves son los vómitos y la diarrea, porque significa que los órganos internos empiezan a dañarse; que no responda, tenga dificultad de movimientos o convulsiones. En estos casos hay que llamar al veterinario para avisar, llevar al animal lo antes posible y trabajar en disminuir la temperatura corporal depositándolo en un área de sombra, rociándolo con agua no muy fría, dándole agua para rehidratarlo, y llevar las ventanillas bajadas o el aire acondicionado de camino a la clínica. A la hora del paseo lo más aconsejable es llevar agua para darle, evitar sacarlo a las horas de más calor y nunca dejarlo encerrado en un coche.

El veterinario clínico José Antonio Olmo, en una entrevista a informaciontv, recordó que los perros y gatos no tienen la capacidad de regular su temperatura a través de la sudoración, como sí los humanos; y que presentan escasas glándulas sudoríparas insuficientes para eliminar el calor, por lo que lo hacen mediante el jadeo, lo que aumenta la frecuencia respiratoria, con la boca abierta, la lengua hacia afuera y un aumento de la producción de saliva. Otra forma en que eliminar el calor es mediante la vasodilatación de venas y vasos sanguíneos.

Los síntomas no solo se producen cuando el paciente está a una temperatura extrema. Influye también las enfermedades de la mascota, la raza, el temperamento y la actividad física. La temperatura media corporal de un perro es de 38/39 grados frente a los 35/37 del ser humano.

¿Cuándo se puede considerar que sufren un golpe de calor? Van a presentar jadeo intenso, abundante salivación hasta el punto de acumular mucha espuma en la boca, disminuye su actividad, aumenta su temperatura corporal, pueden llegar a orinarse o defecar encima; y en casos severos darse una pérdida de conciencia. Así como convulsiones, pelaje caliente, mareos y vómitos.

Como prevención, hay que aumentar su acceso al agua, colocar más puntos para beber en el domicilio, evitar la exposición de la mascota a puntos de calor sin ventilación, evitar el ejercicio intenso en horas de mayor temperatura, no realizar viajes en coche sin la ventilación adecuada y a la hora de ir de paseo llevar un recipiente de agua fresca para el perro o rociarlo con agua. Así como sacarles de paseo temprano por la mañana o a última hora del día; reducir el tiempo de paseo y proporcionar un ambiente fresco para la mascota en casa; y si es posible cambiar el lugar de paseo a zonas verdes, con agua, ríos o sombra.

Aunque la edad no es un problema añadido hay que tener en cuenta que tienen más probabilidades de presentar patologías cardiacas o respiratorias, y enfermedades que puedan conllevar deshidratación como diabetes o enfermedades renales, por lo que hay que estar alerta a las temperaturas ambientales.

Ladridos

Por otro lado, los ladridos de perros son una causa frecuente de molestias en el vecindario, y por tanto de quejas y denuncias a las autoridades locales. La solución, en cualquier caso, no debería pasar nunca por la utilización de collares eléctricos. Así lo creen tanto el Consell Valencià de Col.legis Veterinaris (CVCV) como la Federación Valenciana de Municipios y Provincias (FVMP) que, ante la extensión en el recurso a estos artefactos especialmente ahora en verano, hacen un llamamiento a propietarios de animales e incluso a las autoridades locales, para evitarlos. Para respaldar este mensaje, ambas entidades han editado un tríptico explicativo en el que se aclara que las descargas que infligen estos aparatos a los animales “además de conllevar un riesgo real de lesión física, son contraproducentes en la resolución del problema: el collar actúa sobre el ladrido, que es el síntoma, pero no considera la causa, que suele ser la ansiedad”, se dice literalmente en el tríptico difundido.   

Los veterinarios desaconsejan este método. “En el mejor de los casos, el problema quedaría enmascarado; en otros, la ansiedad no resuelta se expresará de otras maneras: trastornos compulsivos, conductas destructivas, síntomas somáticos como vómitos o diarrea, etc.”-

Los collares eléctricos ya están restringidos o prohibidos en algunas autonomías españolas y tampoco están autorizados en algunos países miembros de la UE, como Dinamarca, Alemania o Eslovenia así como en otros también europeos no comunitarios como Noruega o Suiza. Tanto el anteproyecto de Ley de Protección, Derechos y Bienestar de los Animales aprobado el pasado 1 de agosto por el Consejo de Ministros como la ya citada normativa que promueve el Consell, restringen su posible uso. El Convenio Europeo para la Protección de los Animales de Compañía también prohíbe “el uso de ayudas artificiales para el entrenamiento que causen sufrimiento físico y psicológico”.

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