El 55% de los menores de 23 años que terminan tratados en Proyecto Hombre lo hacen por una adicción al cannabis, mientras que la droga por excelencia que históricamente sigue centrando las intervenciones en adultos es la cocaína. Aunque para muchas situaciones de la vida la edad y el sexo no influya, cuando se habla de consumo de sustancias, y específicamente de adicciones, sí que los datos son diferenciales, tal y como indican desde Fundación Noray Proyecto Hombre Elche, aunque se puedan extrapolar datos similares en toda la provincia de Alicante.

Se da la casuística de que cada vez son más los adultos que se atreven a dar el paso de poner fin a una adicción, que muchas veces tiene efectos adversos sobre el entorno, y acuden voluntariamente en busca de atención. Los adolescentes y jóvenes, sin embargo, suelen acudir movidos por sus progenitores, quiénes les llegan a dar ultimátums para que dejen de consumir sustancias o buscan la manera de que puedan corregir la adicción después de que, por ejemplo, se les hayan levantado actas policiales por consumo de drogas en la vía pública, teniendo en cuenta que la administración permite conmutar la sanción a cambio de programas de prevención como los que realiza el Proyecto Hombre.

Una parte de los usuarios acude al centro tras el ultimátum de la familia para que dejen de consumir

Nicolás Condés, coordinador del Centro de Día de Elche y del área de Prevención de la entidad, resalta que la tónica más común es que el usuario venga acompañado de una persona de apoyo ya que es fundamental el trabajo con las familias porque «a los jóvenes muchas veces se les responsabiliza del consumo, pero a lo mejor no se han puesto límites en casa, no se han establecido responsabilidades o no hay coherencia parental, por lo que todo ello son factores de riesgo, y la conjunción de riesgos de protección hace que se llegue a una adicción», explica.

Desde la institución, que se dedica a tratar drogodependencias desde 1984, han ido ampliando la cartera de programas terapéuticos para involucrar cada vez más a la familia y acabar, sobre todo, con el estigma que sufren tantas personas para que cuando acaben el tratamiento puedan tener una vida activa. A lo largo de 2021 se intervino en el centro de día de Elche a 81 usuarios y 117 familias en el programa Faro, destinado a la prevención indicada e intervención en adolescentes y jóvenes hasta los 23 que todavía no tienen una adicción cronificada pero sí es necesario parar cualquier indicador. La coordinación con la administración también es crucial ya que a través de la unidad de conductas adictivas de los ayuntamientos se pueden derivar casos. Luego tanto trabajadores sociales como psicólogos trabajan por un lado con los propios usuarios y sus familias y también hay sesiones con los progenitores o tutores legales, si fuese el caso, a solas donde se les realizan entrevistas y se dan talleres de apoyo para saber sobrellevar según qué circunstancias.

Equipo humano del centro de día de Proyecto Hombre en Elche. | MATÍAS SEGARRA J.R.ESQUINAS

Aunque el cannabis es la droga más consumida entre los más jóvenes, hace una década las intervenciones por esta sustancia en adolescentes representaba más de un 80%. La problemática es aún mayor cuando empiezan a dar el salto a la cocaína, a partir de los 16 y, más específicamente, alrededor de los 19 años. Sin embargo, esta droga sólo es motivo de ingreso en el 7% de los menores de 23 años, ya que hay otras adicciones cada vez más incipientes en estos rangos de edad como el juego patológico o la adicción a las nuevas tecnologías.

En adultos, la cocaína afecta al 45% de los usuarios atendidos, algo menos que hace dos décadas cuando superaban la mitad de los casos. Por otra parte, uno de cada tres que acuden en busca de tratamiento llevan entre una y dos décadas enganchados a esta sustancia, según los datos que se manejan de las últimas memorias de Proyecto Hombre. La edad media de ingreso también ha ido variando ya que hace tres lustros, por ejemplo, se situaba en los 30 años y ahora está en torno a los 40.

Cabe destacar que la adicción a la cocaína se da más en hombres que en mujeres, y la segunda causa de ingreso es por abuso de alcohol, en un 22%, mientras que el consumo combinado de cocaína y alcohol, en un 14% de los casos. En este punto hay que resaltar que se ha reducido un 30% la intervención en adultos por alcohol en la última década. Si bien, la curva se revierte en mujeres: el alcohol es la primera causa de asistencia, en un 46% de las ocasiones aunque ellas apenas llegan a representar un 20% de los usuarios, lo que no quiere decir que los hombres tengan más adicciones. Para tratar de aumentar la visibilidad de mujeres el último observatorio nacional del Proyecto Hombre de 2021 señala que la perspectiva de género debe seguir potenciándose como un eje indispensable en la intervención diaria como en el desarrollo porque las mujeres con problemas de adicción presentan unos factores que dificultan «desde el acceso a la primera atención, hasta el propio abordaje del trastorno adictivo».

Al hilo, resalta que entre ellas la media de edad es más elevada, tienen menor acceso al empleo, «una prevalencia más acusada del alcoholismo, un mayor tiempo transcurrido desde el inicio del consumo regular o problemático hasta el momento del ingreso, y cuentan en menor medida con una red de apoyo sociofamiliar, pero con una mayor proporción de cargas familiares». A ello se le suma que ellas tienen mayor incidencia de problemas de carácter psicológico-psiquiátrico y el informe además concluye que dos de cada tres mujeres participantes manifiestan haber sufrido abusos emocionales; casi la mitad, abusos físicos y casi una de cada tres abusos sexuales, «lo que no puede de ninguna de las maneras ser obviado cuando tratamos de la prevención y tratamiento de las adicciones».

Además, la mayoría de usuarios está en activo y con estudios. «Un gran porcentaje de los usuarios que atendemos tienen estudios y están trabajando, por lo tanto no se da la creencia de que son familias desestructuradas». Tal y como explican desde el centro de día de Proyecto Hombre en Elche prácticamente ocho de cada diez usuarios atendidos en algunos de los programas tiene empleo o lo ha tenido recientemente, un 40% tiene estudios básicos y un 30% estudios superiores.

En la provincia de Alicante hay aproximadamente medio centenar de empleados en el Proyecto Hombre de la Fundación Noray formado por trabajadores sociales, integradores sociales y psicólogos que con el paso de los años van afinando la forma de abordar a los afectados desde un enfoque biológico, psicológico y social, y de una forma individual para que esa persona pueda hacer un trabajo interno y pueda responder a «lo que hace, lo que siente y lo que piensa».

LA CLAVE

Más peso a la prevención

La misión es erradicar la adicción y no estigmatizar

Proyecto Hombre viene reforzando sus programas en sus últimos años para involucrar también a la familia en los procesos



Al margen de sesiones grupales, se debe hacer «un traje a medida», según Nicolás Condés, del centro de día, porque hay multiplicidad de problemáticas y de perfiles en función de la edad, sexo, nivel educativo, patrón de consumo, situación laboral, y la salud mental y psicológica, o también la situación familiar o si hay detrás problemas judiciales.

En conclusión, Condés resalta la importancia de la prevención «porque igual que se piensa que para el tratamiento no vale cualquier cosa, en la prevención tampoco, debe basarse en evidencia científica, porque si no se crea un efecto negativo».