Ecologistas en Acción del País Valencià ha presentado al organismo promotor, la Dirección General de la Costa, alegaciones contra el proyecto denominado "Extracción de arena en aguas profundas de València y transporte para alimentación de playas en toda la Comunidad" y su estudio de impacto ambiental (EsIA). La federación ecologista pide que no se apruebe el proyecto y que se emita una Declaración de Impacto Ambiental negativa a efectos ambientales, dadas las graves afecciones que conllevaría, tanto a los recursos pequeros como la pradera de posidonia oceánica.

El proyecto del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico consiste en la extracción de 66,4 millones de metros cúbicos de sedimentos del fondo marino frente a la costa de Cullera, para la utilización de la arena en obras de regeneración de playas. En concreto se describen 16 “obras planificadas” en otras tantas playas y en el crecimiento de dos diques de la gola de Pujol, con un volumen de 12,4 millones de m³ de arena, y la regeneración de otras playas que ni siquiera se especifican, con un volumen de 54 millones de m³. El plazo mínimo de ejecución de las obras sería de 10 años, con un presupuesto total que asciende a 1,3 millones de euros.

 "Las regeneraciones de playas no solucionan la regresión de las costas y suponen un verdadero despilfarro económico", subraya Carlos Arribas, portavoz de Ecologistas en Acción.

Ecologistas en Acción recuerda que el fenómeno de la regresión de las playas tiene varios motivos: elevación del nivel del mar por el calentamiento global, retención de sedimentos en pantanos y embalses, infraestructuras portuarias y destrucción de las dunas por la edificación excesiva, aumento e intensidad de los temporales marinos y destrucción de las praderas de las fanerógamas marinas que frenan las corrientes y protegen la costa.

La organización ecologista denuncia que ante una problemática tan compleja el Ministerio de Transición Ecológica tira por la calle de en medio y busca "soluciones" rápidas pero transitorias para contentar a hoteleros, promotores urbanísticos, empresas constructoras y alcaldes, despilfarrando cientos de millones de euros y dañando los fondos marinos, contaminando la atmósfera con barcos y maquinaria pesada alimentada con combustibles fósiles, y agravando el cambio climático. Además, considera que esas "regeneraciones" tendrían una corta vida útil, pues los próximos temporales marítimos devolverían al mar una parte significativa de la arena vertida.

 La zona de extracción de arena está formada por fondos fangosos con abundancia de especies de fauna como los poliquetos (anélidos o gusanos de mar), que juegan un importante papel en las cadenas tróficas marinas y que constituyen alimento para numerosas especies de interés pesquero (peces, crustáceos). La desaparición de los poliquetos afectará de forma indirecta a las poblaciones de peces demersales, que viven en el fondo marino.

Tal como reconoce el EsIA, la operación de dragado, que duraría al menos 10 años, supondría "la desaparición de la totalidad de individuos [...] presentes sobre o en la arena de la zona de extracción y que se encuentren en la zona directa de la trayectoria del cabezal de la draga. Además, se producirá una destrucción de su hábitat."

 Los impactos de la actuación sobre los recursos pesqueros y sobre la actividad económica de los pescadores serán muy importantes y el EsIA no los evalúa correctamente. Los trabajos de extracción de arena frente a Cullera afectarían a varios caladeros de pesca (Les Maricueces, Roca Mitjana, Terra Lloses, La Barrassa y Roca Esploça), tanto por la desaparición de los poliquetos, como por el incremento de la turbidez del agua durante un periodo mínimo de 10 años.

El mismo EsIA reconoce que la reducción de la actividad pesquera mientras se desarrollaría la actuación proyectada sería del 50% en las Cofradías de Pescadores de València y Cullera.

Además, a la incertidumbre sobre la capacidad de recuperación del ecosistema destruido hay que sumar la imposible recuperación de la morfología del fondo marino tras la extracción de arena que imposibilitaría la actividad pesquera una vez cese la extracción, por las profundidades de las zanjas de excavación realizadas por los dragados.

 Posidonia oceánica

Algunas de las playas que se pretende "regenerar" como obras planificadas tienen enfrente extensas praderas de Posidonia oceanica: playas del Puerto y del Mojón, en El Pilar de la Horadada, tramo meridional de la playa de San Juan, playa de la Marineta Casiana en Dénia y tramo de costa comprendido entre el puerto de Dénia y el río Girona, también en Dénia.

La Posidonia oceanica, además de tener un gran valor ecológico, contribuye a frenar el oleaje antes de llegar a costa y ejerce de refugio para muchas especies animales, en especial de juveniles de especies pesqueras. La descarga de la arena extraída desde la draga hasta esas playas supondría dañar dichas praderas de fanerógamas o destruirlas, impacto que el EsIA no evalúa, según Arribas.

 El EsIA tamoco valora correctamente el impacto del tránsito del barco-draga a través del “Corredor de migración de cetáceos”, declarado como Área Marina Protegida. Las aguas del Área Marina Protegida presentan un gran valor ecológico y constituyen un corredor de migración de cetáceos de vital importancia para la supervivencia de los cetáceos en el Mediterráneo Occidental, con el rorcual común como especie emblemática. Su objetivo es proteger de los efectos que se asocian al ruido submarino a la gran diversidad de especies de cetáceos y tortugas marinas que usan la zona como paso migratorio hacia sus áreas de cría y alimentación entre el mar de Alborán y el golfo de Liguria, así como al resto de especies valiosas de este punto caliente de la biodiversidad mundial. A pesar de ello, el EsIA carece de un estudio del ruido submarino, necesario para valorar correctamente el impacto del proyecto.

Las alegaciones inciden también en otros incumplimientos e insuficiencias de la evaluación ambiental realizada:

El conjunto de actuaciones se presentan como un proyecto, cuando realmente se trata de un auténtico plan, por lo que correspondería la tramitación de una evaluación ambiental estratégica.

El EsIA incumple la ley que regula la evaluación ambiental (Ley 21/2013), pues no describe todas las acciones inherentes a la actuación (ni siquiera incluye la ubicación de todas las actuaciones previstas).

El EsIA no evalúa las emisiones de gases de efecto invernadero emitidas en la ejecución del proyecto, que ascenderán a millones de toneladas de CO2 equivalente y tampoco estudia alternativas menos contaminantes que el gasoil como combustible a utilizar por el barco-draga para la propulsión, succión de la arena del fondo marino, transporte y descarga de la arena en las playas.

El Estudio de Dispersión de las partículas finas durante el dragado infravalora el impacto sobre el Lugar de Importancia Comunitaria (LIC) de l'Albufera incluido en la Red Natura 2000, próximo al punto de extracción de la arena. Analiza los efectos en la pérdida de calidad del agua por la turbidez generada en una operativa de solo una semana de duración, cuando la realidad es que las operaciones de dragado de los fondos marinos durarán al menos 10 años. La pluma de turbidez tendría una extensión de centenares de km² y se acercaría peligrosamente al LIC de l'Albufera.